El artículo firmado por los profesiores Carmen Gamella y Jesús Sánchez Martos se convierte en una extensa «felicitación» a la «gente común» por la verdadera lección de sensatez que, a su juicio, han sabido dar ante la crisis sanitaria originada por la gripe A. El ejemplo dado por estos ciudadanos anónimos, en su opinión, ha puesto en marcha una nueva epidemia: «la de la salud y de sentido común»
Madrid, 9 de octubre 2009 (medicosypacientes.com)Artículo de opinión: «El mejor antídoto contra el miedo: información contrastada, credibilidad y sentido común»
Profª Carmen Gamella Pizarro. Enfermera y Profesora Titular de Educación para la Salud
Dr. Jesús Sánchez Martos.Catedrático de Educación para la Salud. Universidad Complutense de Madrid
Ciertamente podemos felicitarnos porque ha quedado demostrado que la experiencia ha servido, y mucho, en lo relacionado con la gestión de las crisis sanitarias, actualmente la gripe A. Aunque todo es mejorable, la verdad es que aquellos que tienen la obligación de velar por nuestra salud, nuestras autoridades sanitarias, están demostrando que de la gestión de crisis y problemas sanitarios es posible aprender, para mejorar en la respuesta ante situaciones venideras.
Desde la falsa epidemia de meningitis de la década de los 80, pasando por la crisis de las vacas locas y la gripe aviar, por poner solo algunos ejemplos, hasta la actual pandemia de gripe A, la reacción de los responsables sanitarios en nuestro país ha ido mejorando de forma sensible. Incluso a pesar de que las autoridades mundiales y algún que otro ?tertuliano? continúen con su insistente alarmismo al trasladar a la población un incesante goteo de informaciones, difíciles de descodificar para el profano en materia de Salud y de Sanidad y, sinceramente, en no pocas ocasiones, anecdóticas y carentes de interés excepto para el mundo de la ciencia y la investigación. Baste consultar las hemerotecas o Internet para analizar las informaciones que desde el mes de Abril comenzaron a aparecer presagiando una catástrofe a nivel mundial.
Han sido muchas las ocasiones en que, tanto desde el actual Ministerio de Sanidad y Política Social como desde diversas Consejerías, se ha tenido que trasladar un mensaje de tranquilidad y de alerta, que no de alarma a los ciudadanos. Y es que no es lo mismo alarmar que alertar, ni ocuparse que preocuparse.
Pero en esta ocasión la principal felicitación ha de ir a la gente común, a los ciudadanos de a pie, a los padres y madres, a los trabajadores, a los estudiantes, a los empresarios, a los profesores y cuidadores, a los taxistas, etc. por su sentido común y porque han sabido dar una verdadera lección de sensatez ante esta nueva crisis sanitaria.
Por más que la información a veces alarmista no ha cesado, lo cierto es que la población, en general, no ha permitido que el miedo se instalara en sus vidas: han disfrutado de sus vacaciones como siempre, se han incorporado a sus quehaceres, han vuelto a llevar a sus hijos al colegio siempre alertas pero no alarmados, continúan utilizando el transporte público y cualesquiera espacios de uso común ? Es decir, han puesto de manifiesto que la información contrastada y asequible, la credibilidad y el sentido común, son los mejores antídotos contra el miedo. Ni los peores vaticinios en relación con la virulencia del virus, con la atención adecuada y oportuna a todos los grupos de riesgo, con la suficiencia de vacunas, incluso con su seguridad, han conseguido desatar la alarma social de anteriores ocasiones.
Y ese clima de confianza y serenidad lo ha generado, en una medida muy importante, la propia población, aquellas personas a las que cuando se les ha preguntado ante una cámara o micrófono durante sus vacaciones o la entrada del colegio de sus hijos, han manifestado naturalmente su tranquilidad al respecto. Y es que si un líder social (de la cultura, del deporte o del ?famoseo?) tiene una importante capacidad de persuasión, para la gente común es igual de persuasivo saber cómo otro común reacciona ante una situación determinada. El ejemplo dado por estos ciudadanos anónimos ha puesto en marcha una epidemia nueva, una ?epidemia de salud y de sentido común? que, a veces, parece ser el menos común de los sentidos. Hemos comprobado que la salud también se puede ?contagiar? a través del ?grupo de iguales?, de una sociedad activa, con su actitud y su predisposición para afrontar las cuestiones relacionadas con la salud. Claro, que la credibilidad y la confianza de nuestros responsables es el caldo de cultivo de la alerta serena frente al miedo alarmista.
Acaba de comenzar la campaña de vacunación frente al virus de la gripe común y probablemente la cobertura mejorará respecto de campañas anteriores. Sería un logro conjunto de la Salud Pública y la Salud Comunitaria, de gobernantes y gobernados, pero lo verdaderamente positivo sería que esa cobertura se mantuviera al margen de lo que ocurra con el H1N1, denominación compleja que, por cierto, ya forma parte de nuestra cultura popular.