Con este debate, celebrado recientemente por la Revista OMC, dedicado a la situación de la especialidad de Medicina de Familia bajo el escenario que arropa al primer nivel asistencial, se pretendió arrojar algo más de luz para que el médico de Atención Primaria sepa identificar cuáles son los principales problemas que flotan en el entorno en el que desempeña su práctica asistencial. De entre las conclusiones más significativas extraídas del mismo cabe señalar la importancia de liderar los equipos, la necesaria ruptura con el actual modelo funcionarial, y un mayor acercamiento a nuevas tendencias como es la autogestión y el seguimiento del paciente crónico en detrimento de otras como la excesiva carga burocrática
Madrid, 4 de mayo 2011 (medicosypacientes.com)
Participantes en el debate organizado
por la Revista OMC.
Un debate sobre la situación actual y futura de la especialidad de Medicina de Familia y sobre el colectivo de médicos que la ejerce se puede enfocar desde muy diversos puntos de vista. En este debate organizado, recientemente, por la Revista OMC se ha analizado si, realmente, la Medicina de Familia ?está enferma? y cuáles serían sus principales síntomas, para pasar después a aportar un tratamiento entre todos los asistentes a esta mesa de de-bate, desde los diferentes puntos de vista de las instituciones que representan. Fueron invitados a participar en este encuentro, los doctores Francisco Miralles, por parte de CESM; Josep Fumadó y Juan José Díaz Franco, representantes nacionales de Atención Primaria Rural y Urbana, respectivamente; Ana Pastor, vicepresidenta de la semFYC; Paloma Casado, vicepresidenta de SEMERGEN; y Mercedes Otero, tesorera de la SEMG. La apertura del coloquio corrió a cargo del doctor Serafín Romero, secretario general de la OMC, quien propuso hacer un pronóstico de la situación por la que atraviesa esta especialidad y sus profesionales, y planteó hasta qué punto lo que se tiene es una sensación catastrofista sobre lo que realmente está pasando.
En este sentido, la mayoría de los participantes si bien coincidieron en desestimar una enfermedad para la Medicina de Familia, sí que detectaron una serie de síntomas: envejecida, fatigada, empobrecida, desmotivadora para el profesional que la ejerce… ?Yo no afirma-ría que la Medicina de Familia está enferma -como indicó el doctor Miralles- sino que lo que necesita son impulsos claros que deben partir desde abajo, es decir, desde el ámbito universitario que es cuando el aspirante a médico inicia su contacto con la Medicina?.
La doctora Pastor también descartó diagnosticar una enfermedad a la Medicina de Familia, sino que su sintomatología tiene que ver más ?con la pobreza?, que, como remarcó, no es lo mismo que enferma?, por tanto, a su juicio, lo que hay que hacer es dotarla de mayor inversión. Para el doctor Fumadó, en cambio, ?entre la pobreza y la enfermedad hay un solo paso, ya que cuanto más pobres somos más riesgo de enfermedad tenemos?, al tiempo que se mostró convencido de que ?aunque con poca inversión pero con mucha más visión, la Primaria podría ser mucho más eficiente de lo que es actualmente?.
Mientras que para el doctor Díaz Franco, lo que la sucede es que padece un claro síndrome de burn-out, la doctora Otero considera que ?no se le puede poner ningún nombre claro a la enfermedad que padece la A.P.?, sino que lo que predomina es una gran decepción por parte de los profesionales. ?Nació con unas tremendas expectativas y posibilidades, tras lo cual tuvo un momentáneo crecimiento para después estancarse, y a partir de ahí seguimos peleando años tras años por la misma causa. Somos conscientes de que hay muchas cosas que están debilitando a la A.P. pero, en realidad, no se está haciendo nada para resolver aquéllas que se podían resolver?, tal como atestiguó.
Al respecto, como apuntó en este caso la doctora Casado, ?la Medicina de Familia como especialidad surge en un momento determinado, y quizás los profesionales que nos dedicamos a ella nos hemos hecho mayores y ha perdido el entusiasmo inicial, de ahí los síntomas de cansancio por parte de los médicos de familia que somos los que damos vida a la especialidad. Nos encontramos desmotivados, con la sensación de haber perdido liderazgo y de no ser el eje central del sistema?.
La pérdida de liderazgo
del médico de familia
Otro momento del debate sobre el futuro
de los médicos de familia.
De acuerdo con lo anterior, como apuntó, el representante de CESM, el doctor Miralles, si bien cobró protagonismo durante todo el proceso de su reforma, ?éste se ha ido diluyendo en el tiempo? y, por tanto, ?el problema es ahora que el médico de familia no se siente protagonista dentro del circuito asistencial?, y ese liderazgo es el que hay que recuperar en estos momentos, ?de lo contrario no va a ocupar el lugar que merece dentro del correspondiente escenario para lograr que esta especialidad sea todo lo atractiva que todos deseamos?.
Desde el punto de vista de la vicepresidenta de la semFYC, ?en realidad el médico de familia no ha logrado nunca alcanzar ese liderazgo anhelado, salvo en momentos incipientes de la reforma, ?porque después se ha ido des-dibujando, y ni siquiera se consiguió una vez culminada la reforma. Y es hora de que lo vaya consiguiendo?. El representante de A.P. Rural de la OMC, el doctor Fumadó, coincidió en parte con esta reflexión: ?A la Primaria antes se la escuchaba más, y teniendo en cuenta que tiene un potencial ilimitado, lo tenemos sesgado. Tampoco puede pasarse por alto la mediocridad que tenemos en los cargos inter-medios que tienen poca visión para desarrollar dicho potencial que tenemos en A.P.? A pesar de todo, ?la valoración social de nuestra labor es muy positiva?, tal como corroboró. Por su parte, la representante de la SEMG, Mercedes Otero, también destacó esta valoración social, y al igual que el doctor Fumadó, opinó que ?tras haber alcanzado unos objetivos nos hemos estabilizado en parte porque no se nos ha permitido seguir creciendo cuando es evidente que tenemos muchas más posibilidades?.
El origen del problema
De izda. a dcha., los doctores
Miralles, Romero y Otero.
Una de las principales demandas apuntadas por los participantes, como punto de partida para paliar la situación, radica en que la Medicina de Familia tiene que instalarse definitivamente en las Facultades de Medicina. ?No puede seguir diluida en la formación de un médico, y hay que darle un nuevo impulso y no sólo desde el punto de vista de los que se están formando sino también desde los propios formadores?, tal como apuntó el doctor Miralles. Sobre este punto también hizo hincapié la doctora Pastor: ?la introducción de la Medicina de Familia en las Universidades como área de conocimiento es un paso fundamental y hacia él estamos encaminados todas las Sociedades Científicas, y de hecho lo tenemos incluido en nuestras agendas como un objetivo común?.
La doctora Mercedes Otero, de la SEMG, se mostró de acuerdo en que uno de los problemas que atraviesa en estos momentos esta especialidad es su desconocimiento no sólo por parte del médico residente sino también por parte del estudiante. ?La percepción que tienen ambos grupos es que el médico de familia cuenta con poco liderazgo, sueldo bajo, escasas posibilidades para crecer en su puesto de trabajo por las limitaciones adyacentes, sin acceso a nuevas tecnologías que tanto atraen a las nuevas generaciones y también de que el trabajo que se ejerce es muy repetitivo, con una labor puramente asistencial?. Esta imagen, en su opinión, puede cambiar a partir de que el estudiante conozca en profundidad la Medicina de Familia, ?y aquí las Sociedades Científicas tienen un importante papel y a ello pueden contribuir, sin dudas, las correspondientes cátedras de Medicina de Familia?. Es por ello que, desde su punto de vista, ?hay que inculcar a la gente joven que la Medicina de Familia lleva implícita además de sus mu-chas posibilidades, una extraordinaria relación humana y directa con el paciente, algo que, estoy segura, también les gusta oír a los aspirantes a médicos?.
La ?cultura de la queja?
En la imagen, las doctoras
Casado y Pastor y el doctor
Fumadó.
Sin embargo, para alguno de los intervinientes, como es el caso de la doctora Pastor no hay que olvidar un trasfondo que también hay detrás de todo esto como es ?la cultura de la queja?. ?Al principio de la reforma, nos instalamos en la queja de que ésta se estaba realizando de una manera muy lenta, que no se construían los centros de salud necesarios,? Han pasado los años y seguimos instalados en la queja: exceso de cupos, falta de liderazgo, burocracia,??. ?Son las mismas quejas que ya lanzábamos hace 18 años. Da la sensación de que no hemos conseguido nada o prácticamente muy poco?, lamentó, a su vez, la doctora Otero.
Para la doctora Casado, ?si pensamos que nos va mal es porque, en el fondo, deseamos que nos vaya de otra manera?, a lo que añadió que ?tal vez, las Sociedades Científicas deberíamos actuar más a partir de hechos y con menos quejas ?.
El moderador, Serafín Romero, tomó buena nota de estas aportaciones y planteó, al respecto, si en verdad ?no se estarán gastan-do demasiadas energías en dicha cultura de la queja, en detrimento de poner en escena todo lo bueno que se hace en el primer nivel asistencial?, con la consiguiente propuesta de si no se debería impulsar más la parte positiva de todo lo alcanzado hasta ahora,?
El doctor Fumadó se mostró de acuerdo con lo planteado por el doctor Romero, e incidió en la parte positiva: ?el perfil del médico de familia es integral, polivalente se codea con la parte más bonita de la Medicina. Se puede practicar desde la Cirugía pasando por todas las especialidades, aunque, con las limitaciones que tenemos?.
La representante de semFYC señaló, al respecto, que desde su Sociedad ya se ha establecido una estrategia frente a la ?cultura de la queja?, consistente en ?huir del mensaje quejoso y negativo y transformarlo en los más positivo posible, en informativo, enfocado, sobre todo, a las nuevas generaciones, a través del que se ensalce todo lo bueno y gratificante que tiene esta especialidad para los que la escogen. Los jóvenes son el futuro y tal vez no hemos pasado la antorcha como debiéramos haberlo hecho?. Al respecto, la doctora Otero consideró fundamental que ?la gente joven se encuentre a gusto con la Medicina de Familia, que la conozca en profundidad tal como es ahora?. Y es que como remarcó el representante nacional de Medicina Urbana, el doctor Díaz Franco, ?es el médico de familia el llamado a salvar el sistema?.
¿Es necesario reinventar la A.P.
en España?
A lo largo del debate se insistió, por tanto, en el envejecimiento de la Medicina de Familia, pero la cuestión, como bien sacó a colación el secretario general de la OMC, es si el médico de familia ?puede seguir coexistiendo, tal y como está actualmente estructurada la asistencia, en la organización que se montó hace casi 30 años y en la que, prácticamente, no se ha modificado casi nada, por tanto, ¿sería necesaria la reforma de la reforma o, simplemente, aplicar un tratamiento al modelo vigente?
La representante de la SEMG, la doctora Otero, se mostró a favor de introducir cambios sobre la reforma establecida a partir de 1984. ?Hay que hacer cambios porque la propia sociedad ha cambiado y también la situación cultural, organizativa y económica. El sistema tiene que cambiar y su principal punto de apoyo a de pasar a ser el médico?. La representan-te de SEMERGEN, la doctora Casado, recordó que hubo una etapa ?ilusionante, de querer cambiar las cosas aunque lamentablemente se diluyó ?, a partir de ahí considera que hay que cambiar el modelo actual, teniendo en cuenta un error que, desde su punto de vista, flota siempre, incluso en la estrategia AP21, ?y que es no habernos incardinado en el resto del sistema. Nos movemos siempre dentro del mismo bloque sin darnos cuenta que formamos parte de un gran engranaje?.
En tanto, la representante de semFYC, la doctora Pastor, si bien se mostró de acuerdo en que la coordinación entre Primaria y Hospitalaria es fundamental considera, no obstan-te, que ?más que de reforma de la reforma, de lo que se trata es de refrescar la reforma?. Además, considera que hay que innovar en el trabajo que se haga en equipo, siendo, a su juicio, esto ?una de las grandes asignaturas pendientes?.
Para el representante de A.P. Rural de la OMC, también es de gran importancia la relación entre niveles, y en su opinión, ?tiene que haber una relación de normalidad entre el médico de familia y el resto de especialistas, cuestión que más que ser un problema de los propios médicos, lo es de los políticos sanitarios y de la valen-tía que demuestren a la hora de hacerle frente?.
El doctor Miralles sacó a colación la palabra ?equipo?. ?Es muy bonita, pero puede que esta palabra ni siquiera nos haya venido bien?, en su opinión. Como expuso el representante de CESM, ?cualquier equipo organizado tiene dos principios fundamentales: una jerarquía, una organización, y también definidas unas funciones determinadas. Y sobre esto no ha habido voluntad por parte de nadie. No se trata de cuestionar el trabajo en equipo, pero sí cuestiono y mucho cómo esos equipos se han desarrollado y cómo el médico dentro de ese equipo no hemos sabido defender nuestra parcela?. Y éste es, a su juicio, ?uno de los gran-des cambios que debemos impulsar?.
Ruptura con
el modelo funcionarial
Algunos de los intervinientes coincidieron en apuntar que otra de las claves para poder seguir avanzando es romper el modelo funcionarial en el que el médico de Primaria está inmerso. Tal como indicó, en este sentido, el doctor Miralles, ?las expectativas dentro de nuestra profesión son nulas, se tiene acceso de funcionario pero no a otras cuestiones, no hay perspectivas ni herramientas, y eso lo saben los futuros médicos, por ello la Medicina de Familia se elige como opción supletoria y sólo en caso de no haber podido acceder a la especialidad que realmente se desea?.
Sin embargo, en opinión de la doctora Pastor, ?la A.P. en la actualidad tiene muchas más opciones que las que nunca ha tenido para trabajar y para ser menos funcionarial puesto que este problema organizativo lo soportamos porque así lo queremos muchos profesionales que no quieren variar ni su horario, no desean, por ejemplo, estar disponibles las 24 horas del día, ni hacer guardias?, de ahí que, a su juicio, ?no es que rehuyamos de ser funcionarios, sino que preferimos serlo?. La doctora Casado se mostró en parte de acuerdo con esto: ?hay mucha gente que se siente cómoda con lo que ofrece el modelo. Pero ello tiene el inconveniente de que el que decide por el profesional no es uno mismo sino los directivos mediocres mientras el profesional se vende por un sueldo y un horario específico?.
Al respecto, uno de los principales fallos que atribuyó la doctora Otero al actual sistema radica en que ?el médico de familia no ha sido precisamente el eje del mismo?, tal como se apuntaba anteriormente. Está de acuerdo con la etiqueta de funcionario que se le atribuye, y considera necesario la introducción de cambios de acuerdo a la evolución de la sociedad, de la situación cultural, económica y organizativa. Y es que como apuntó el doctor Díaz Franco, ?el médico del primer nivel asistencial se ve rodeado de un excesivo componente administrativo, con recursos insuficientes y también con poco apoyo institucional?.
Lo que percibe, por su parte, el doctor Fumadó son dificultades con respecto al desarrollo profesional, incluso, cree posible que éstas se den más en el medio urbano que en el rural.?Los médicos se encuentran desmotivados porque hace falta algo más y esto pasa por podernos desarrollar profesionalmente, y no sólo me refiero al tema económico sino al tema profesional en sí. Al médico que quiera desarrollar algunas facetas de su profesión más allá, hay que darle la oportunidad?, según reclama. En otro momento de su intervención se refirió a la autogestión como una clara alternativa de futuro para el médico del primer nivel asistencial, sobre todo, por el estímulo que conlleva ?poder manejar tu propia agenda, trabajar en tu propio equipo y manejar tu propio presupuesto, entre otras ventajas?.
El doctor Miralles se muestra de acuerdo con ello, convencido de que es a través de esta forma de gestión cuando el médico de A.P. va a poder ejercer su liderazgo. ?Es una vía sobre la que tenemos que profundizar y empezar a creer en ella?.
El papel del Foro
de Médicos de Atención Primaria
Con respecto al diagnóstico que se puso sobre la mesa en torno a la Medicina de Familia y por ende a la Atención Primaria, las principales organizaciones comprometidas en velar por ella están en un interesante momento construyen-do cosas codo con codo, por ejemplo, dentro del Foro de Médicos de Atención Primaria.
Como explicó la doctora Otero, ?a través del Foro de Médicos de Atención Primaria se han apuntado distintos ítems y sin necesidad de grandes inversiones económicas ni grandes cambios?. A juicio del doctor Fumadó ?el Foro es el núcleo de los cambios?, porque como añade la doctora Pastor, ?puede ayudar a elegir fórmulas de mejora para la Primaria y hacerla más accesible, más fácil y todavía más ilusionante?, al igual que para el doctor Miralles quien opina que ?los médicos de familia debemos sacarle mucho provecho?.
A la doctora Casado le parece fundamental poder disponer de un espacio para debatir, acercar posturas entre todos los representantes de la Primaria, aunque desde su punto de vista el Foro casi ha llegado tarde,? tendríamos que haber tomado esa actitud de trabajo con-junto quizás dos años antes?.
El doctor Díaz Franco, por su parte, considera que es una iniciativa que ?nos mantiene en una razonable expectativa optimista aunque toda-vía no ha conseguido ningún logro de los que presumiblemente están llamados a conseguir?.
Un tratamiento para la A.P.
Como colofón a este debate se solicitó a los intervinientes la prescripción de un tratamiento adecuado y ajustado a la realidad actual de esta especialidad. El doctor Fumadó propuso uno ?muy simple?, en su opinión: ?procurar que nos escuchen los que tienen poder de decisión a todos los que nos sentamos en mesas de trabajo sobre la Atención Primaria?, al tiempo que se mostró convencido de que hay soluciones para el primer nivel asistencial a muy bajo coste.
Lo que propuso la doctora Casado, por su parte, es ?romper con el hospitalocentrismo existente, resultando mucho más eficiente apostar por la A.P.?. El doctor Miralles recomienda ?ser valientes a la hora de abordar una serie de cambios acompañados del correspondiente presupuesto, así como experimentar modelos que ilusionen al médico de familia?. Mientras que el doctor Díaz Franco sugiere que el médico se crea su liderazgo y comience a ejercerlo.
Dotar al médico de familia de las herramientas que, realmente, necesita para desempeñar el puesto que realmente prefiere, es la apuesta de la doctora Otero. Finalmente, la doctora Pastor optó por hablar más de ?plan de acción?, que de tratamiento, en base a la Estrategia AP 21.