Aún no se han apagado los ecos del éxito de la “Jornada de ética y deontología médica” que, impulsadas por el recientemente reelegido presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, se celebraron en dicho Colegio. “Médicos y Pacientes” informó puntualmente de este acontecimiento (ver edición del 1 de junio) y, dado el interés suscitado por este encuentro, ofrece hoy a sus lectores un amplio reportaje sobre todo lo que allí se trató
Badajoz, 8 de junio 2009 (medicosypacientes.com)
Decía el presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, que “es nuestro compromiso ayudar al ciudadano defendiendo al médico” y en este compromiso la ética (sinónimo de conducta) y la deontología (sinónimo del deber) deben ser, a través de las Comisiones Deontológicas de los Colegios, “el núcleo colegial que, como la Real Academia Española, limpie, fije y de esplendor a la profesión, concienciando, enseñando y difundiendo entre los médicos la bioética”.
La enseñanza de la deontología en el grado de Medicina
Se comenzó hablando en esta mesa de la necesidad de que la ética y la deontología estén incluidas como materia de estudio a lo largo de toda la carrera y se debe transformar tanto el papel del educador como del estudiante: hay que pasar -se dijo- de lo que “yo creo que debe saber el estudiante” a lo que “el estudiante necesita saber”. Temas como el consentimiento informado, confidencialidad, comunicación con los pacientes, familiares y su entorno social, etc. son temas que deben enseñarse en las facultades.
Se comentó que los alumnos pierden capacidad de criterios éticos a lo largo de la carrera. Vamos por el camino del tecnicismo y se olvida cómo incluir los valores médicos. La clave -se expuso- es “enseñar a pensar”, por lo que estas materias no pueden impartirse sólo a base de lecciones magistrales sino que se necesita la implicación y participación activa del estudiante.
Otro problema que puede surgir es la elección de profesores capacitados para enseñar estas materias. ¿Qué habría que exigirles para que puedan impartir estas clases? ¿Cómo conseguir médicos capacitados en estas materias? La respuesta -se apuntó- puede estar en la colaboración con los Colegios de Médicos; a través de ellos se podrán encontrar más fácilmente profesores expertos en las diferentes áreas de la ética y la deontología para cubrir el vacío actual de profesorado específico.
Se destacó que la ética es algo consustancial con la profesión de médico pero que los constantes avances tecnológicos han ido desplazando a la ética. Hoy día se tiende a considerar buen médico sólo al que diagnostica bien y/o hace unas buenas intervenciones, no al que proporciona un buen trato humano -además de médico- a los pacientes.
La ética y deontología son difíciles de enseñar como una materia puntual de estudio, por el contrario, debe ser algo que esté presente a lo largo de toda la carrera e impregne todas las actividades y todas las enseñanzas. Como ejemplo, se puso el modelo denominado “portafolio”, en el que se da un protagonismo especial al alumno, implicándolo de lleno. Hay en este modelo una involucración de muchos profesionales que son partícipes y trabajan conjuntamente sobre casos concretos, lo que da la oportunidad al alumno de pensar, confrontar opiniones y hacer sus propias propuestas.
El médico ante la sociedad
A lo largo de este debate surgieron preguntas como ¿qué es lo que espera la sociedad de los médicos? En opinión de algunos expertos, no está suficientemente claro qué es lo que espera la sociedad de la profesión médica ya que se piensa que la sociedad busca más el “bienestar” que la “salud”. Se coincidió en que la sociedad ha cambiado más que la profesión médica y por ello es necesario un rápido ejercicio de adaptación. No obstante se pidió que esa adaptación no sea incondicional, ya que existen unos valores esenciales que deben mantenerse por encima de cualquier cambio.
Ante las demandas sociales, se planteó que el médico no tiene por qué ser neutral, sino que tiene que ejercer un papel importante en la sociedad y asumir su responsabilidad, se trataría, en definitiva de “recuperar el profesionalismo médico genuino”.
Los médicos tienen entre sus manos la pertenencia más valiosa: la vida de las personas. Por consiguiente la sociedad necesita no sólo buenos médicos, sino médicos que sean buenos. Para ello el Código Deontológico es algo que siempre debe estar presente, la ética y deontología sí pueden enseñarse, y hay que garantizar por todos los medios que la Medicina -con mayúsculas- siga siendo siempre “humana”.
El Código Deontológico y el ejercicio médico
La deontología es la ciencia que estudia los deberes del profesional y es algo que requiere una actualización periódica. Pero requiere también un conocimiento por parte de todos los médicos, algo que no sucede en la actualidad. Como ejemplo se expusieron los datos de una encuesta realizada a médicos en ejercicio. El 46% de los mismos afirmó no conocer el Código Deontológico y sólo un 60,9% sabía definir de forma mínimamente correcta el concepto de deontología médica. Sin embargo, los médicos sí manifestaron su preocupación ante problemas éticos y reflejaron con sus opiniones que la presión asistencial, el burn-out (síndrome de estar quemado), o el sentimiento de desconfianza, ocupaban los primeros lugares entre sus preocupaciones. La objeción de conciencia también salió a relucir sobre todo para cuestiones clave como la eutanasia y el aborto.
Se reconoció que se puede hacer una buena Medicina sin leyes, pero sin ética es imposible; y se pidió igualmente potenciar la enseñanza de la deontología tanto durante la etapa de universitaria como después de la colegiación.
Cuando se habla de ética en las profesiones, se debe reconocer que esta es distinta según de qué profesión se trate. En el caso de la profesión médica, ha sido tradicional su moralidad un poco ajena a las leyes del mercado y esto es algo que hoy día está siendo cuestionado. Lo cierto es que la moralidad en sí, es la misma, lo que varía es el papel, la función que desempeña el médico y que debe ser resultado de un contrato con la sociedad. La primacía del bienestar, la autonomía del paciente y la justicia han de ser los tres pilares en que se asiente ese contrato social.
Sobre esto ya existen numerosos precedentes, como el Convenio Europeo de Derechos Humanos y Biomedicina, que se firmó en 1999 por muchos países, entre ellos España, y que es de obligado cumplimiento.
Buscando ese modelo sanitario centrado en el paciente, se presentó como ejemplo el implantado en Extremadura. Se trata de un modelo participado que trata de buscar el equilibrio entre las necesidades de salud y las preferencias de los ciudadanos. En la base del mismo está que sólo puede haber autonomía real del paciente si existe una buena información. Para ello es necesario llegar a un consenso con los profesionales, por lo que una buena relación con los órganos de representación de la profesión médica, con los Colegios de Médicos, es algo imprescindible.
Las ?Jornadas de ética y deontología médicas? de Badajoz, han sido un claro ejemplo de ese espíritu de trabajo y colaboración entre todos los agentes. Colegios de Médicos, Comisiones Deontológicas, Decanos de facultades de Medicina y responsables políticos, han demostrado que el diálogo y entendimiento es el camino para avanzar mejora constante de la asistencia sanitaria y que la ética y deontología son parte esencial del quehacer médico y deben estar siempre presentes en el ejercicio de la Medicina.