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Las competencias transversales del médico, vitales para atender con calidad al paciente

La economía de la salud, la gestión clínica, los valores profesionales, la formación en investigación, la promoción de la salud, el razonamiento clínico,  las habilidades en comunicación y la acción tutorial, entre otras muchas, son conocidas como competencias transversales o “huérfanas”,  vitales en la actividad médica diaria y , sin embargo, escasamente representadas en los currículos formativos de los profesionales que se dedican a la Medicina, según coincidieron en señalar expertos participantes en un encuentro en la materia, en el marco de la XXVII Escuela de  Salud Pública de Mahón, en Menorca

El encuentro ha sido organizado por la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad y la Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM), y ha contado  con la colaboración del Consejo General de Colegios de Médicos,  la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, la Fundación Educación Médica, la Sociedad Española de Formación Sanitaria Especializada-Areda y la Cátedra de Educación Medica Fundación Lilly – UCM. Su principal objetivo ha sido poner en valor estas competencias transversales e incidir sobre la necesidad de fomentar la formación de las mismas desde el inicio del grado e incorporarlas en la actividad formativa continuada del médico.

 
En el acto inaugural, el presidente de la Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM), el Dr. Felipe Rodríguez de Castro, lamentó que la formación actual de los médicos “esté excesivamente orientada a la adquisición de habilidades técnicas”.
 
Sin embargo, como remarcó el Dr. Rodríguez de Castro, “si queremos desarrollar una nueva Medicina, es necesario que “competencias que en estos momentos no tienen mucha visibilidad se hagan más evidentes en los planes de formación”.
 
Los actores implicados en la formación, entre los que se encuentran las Administraciones, Universidades, representantes profesionales y sociedades científicas, a su juicio, “no han hecho todo lo necesario para aproximar este tipo de competencias al escenario que se requiere ni a la rigurosidad en cuanto al planteamiento y evaluación que debieran tener”.
 
La situación, sin embargo, no es única de nuestro país, según ilustró el director de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, Carlos Moreno Moreno, refiriéndose a una encuesta realizada en Reino Unido a cerca de 500 estudiantes de Medicina, y en la que se detectó que sólo un 22 por ciento habían aprendido en los estudios de grado a redactar un informe; a un 30 por ciento le habían enseñado a escribir un abstrat; y que sólo un 12 por ciento tenía experiencia en solicitar un proyecto de investigación
 
En su intervención, el representante ministerial se refirió a la troncalidad como una oportunidad para  incrementar o poner en su sitio dichas competencias no técnicas.
 
Moreno no dejo pasar la oportunidad para destacar la importancia del papel de los tutores docentes quienes, a su juicio, “necesitan apoyo, reconocimiento, motivación y herramientas para llevar a cabo sus funciones y colaborar de la mejor manera en la implantación del nuevo modelo de formación troncal”.
 
Es evidente que los médicos son corresponsables de todas las consecuencias económicas de sus actos, de ahí la importancia de la formación en Economía de la Salud, defendida por el catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona Guillem López Casasnovas, a su vez, miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad.
 
En el contexto de economía de la salud, el Prof. López Casasnovas consideró que más allá de la mejora de la financiación “habría que revisar los antiguos instrumentos del gasto de protección social, incorporando elementos de innovación y de ruptura de inercias”. De ahí que, en su opinión, la provisión sanitaria pública “debiera aspirar a una financiación solidaria para todas las prestaciones que fueran al cien por cien coste-efectivas”.
 
No cabe duda que la gestión eficaz y eficiente de los recursos sanitarios forma parte del buen quehacer médico, por ello, la necesidad de una cultura de la gestión clínica, según expuso el prof. Jesús Millán, director de la Cátedra de Educación Médica de la Universidad Complutense de Madrid, y vicepresidente de SEDEM.
 
Desde su punto de vista, la gestión eficaz y eficiente de los recursos asistenciales “debe imperar como uno de los rasgos propios del profesionalismo médico, defendiendo la inclusión de competencias específicas sobre esta materia en los distintos niveles formativos”.
 
La promoción de la salud fue también destacada como una competencia necesaria de incluir en los planes formativos, como expuso el experto en Salud Pública y vocal de Grupos de Trabajo de la SEDEM, Dr. Andreu Segura, convencido de que los planes de estudios dedican poca atención a la salud, entendida ésta “como algo más que la ausencia de enfermedad”.
 
El Dr. Segura incidió en que la promoción de la salud sigue basándose en la perspectiva patogénica, de ahí que buena parte de las actividades e intervenciones de promoción de la salud en el ámbito médico estén orientadas sobre todo a la prevención clínica, la cual, a su juicio, “podría incrementar, incluso, una medicalización innecesaria”.
 
Es por ello que, entre sus propuestas, defendió una contribución compartida desde el sistema sanitario con los demás sectores de la sociedad con influencia relevante sobre la salud, y “así establecer una participación coordinada en el desarrollo de políticas públicas saludables”.
 
Otro gran déficit en la formación de los médicos, apuntado, en esta ocasión, por el prof. Ricardo Rigual, ex decano de la Facultad de Medicina de Valladolid, es el relativo a la investigación.Y es que, como señaló, “apenas se tiene en cuenta ni durante el período de residencia ni durante el desarrollo de la carrera profesional”.
 
Trasladar la lógica de la investigación a la práctica clínica es un reto todavía pendiente para la Medicina española, a juicio del prof. Rigual. Desde su punto de vista,  los médicos deben tener la suficiente formación investigadora  que les permita mantener un nivel competencial al objeto de poder seguir con una visión crítica los avances científicos y poder participar, de algún modo, en ciertas labores investigadoras.
 
Finalmente, el secretario general de la SEDEM, Dr. Arcadi Gual, remarcó la importancia que adquieren en la práctica médica actual competencias transversales como la economía de la salud, la gestión clínica, la promoción de la salud y la formación en investigación.  “Son vitales para ponerse delante del paciente”, como sentenció.
 
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