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La transparencia es la mejor manera de prevenir la patología de los conflictos de intereses entre médicos y medicamentos

El liderazgo de la prescripción por parte del médico es esencial para que ésta esté avalada por criterios científicos de efectividad, seguridad y coste, y para reforzar el contrato terapéutico con el paciente, alejado de intereses ajenos a la salud del mismo. Es por ello que la profesión médica persigue dotarse de mecanismos para hacer frente a actuaciones que puedan poner en riesgo dicho contrato terapéutico y que ofrezcan una prescripción eficiente y de calidad, entendida ésta como la administración, por parte del médico, del medicamento adecuado, en el tiempo adecuado y al menor coste. Sobre estas cuestiones y sobre los conflictos de intereses que pueden emanar de ello se debatió ayer en la Jornada “Médicos y Medicamentos: ¿Conflicto de Intereses?”, celebrada en la sede de la Organización Médica Colegial, como primera actividad de su Observatorio de la Prescripción

Madrid, 17 de junio 2011 (medicosypacientes.com)

Participantes en la Jornada.

Partiendo de la interpretación de conflicto de intereses, en el ámbito médico, como “aquel tipo de situaciones en las que el juicio de un profesional respecto a su interés primario, como es la salud de sus pacientes, tiende a estar indebidamente influido por otros intereses secundarios bien de tipo económico o personal”, la Organización Médica Colegial, a través de su Observatorio de la Prescripción, celebró ayer jueves, 16 de junio, una jornada sin precedentes que bajo el título, precisamente, de “Médicos y Medicamentos: ¿Conflicto de Intereses?”, en la que pretendió abordar esta problemática sin complejos ni trabas, es decir, con transparencia y con la realidad por delante.

La jornada se estructuró en torno a dos mesas integradas por expertos de alto nivel pertenecientes a los distintos sectores implicados en un tema de estas características. Por parte de la Administración sanitaria participó el director general de Farmacia, el doctor Alfonso Jiménez Palacios; por parte de las Sociedades Científicas acudieron miembros de la Sociedad Española de Medicina Interna, representada por el doctor Pedro Conthe, y de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, a la que pertenecen los doctores Vicente Baos y Pedro Rubio. La industria farmacéutica contó con la intervención de José Ramón Luis Yagüe, director de relaciones con las CC.AA. de Farmaindustria. Completaron el elenco de participantes farmacólogos de la talla de Joan-Ramon Laporte y José Antonio González Correa, además deexperto en Deontología médica Rogelio Altisent y del médico de familia Antonio Montaño.

Del hilo conductor de la Jornada se ocupó el coordinador del Observatorio de la Prescripción de la Organización Médica Colegial, el doctor Pedro Hidalgo, a su vez, presidente del Colegio de Médicos de Badajoz. La inaguración corrió a cargo del presidente de la OMC, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, que explicó el objetivo del encuentro e introdujo el tema. “Esta jornada -como señaló al respecto- es un ejemplo más del avance y el interés de nuestra Organización por aclarar los caminos a la profesión y resolver cuestiones planteadas en torno a este tema en respuesta a nuestras obligaciones y compromisos con la profesión médica”.

Como destacó el doctor Rodríguez Sendín, “En ocasiones, nos topamos con contradicciones entre lo que se registra y lo que se financia, los comportamientos de las Administraciones y la falta de coordinación que a veces sufrimos, este tipo de situaciones generan dudas serias relativas a la financiación y a la libertad de prescripción del médico que se coarta en algunas CC.AA., unas veces justificadas y otras no tanto”.

De izda. a dcha., los doctores Jiménez,
Rodríguez Sendín e Hidalgo.

Concluyó su intervención con una elocuente reflexión: “Un uso abusivo y desproporcionado de medicamentos tiene gasto y además puede hacer daño. Los fármacos son la base fundamental con la que nos manejamos los médicos y siendo bien utilizados obtendremos buenos resultados en salud, sin embargo, mal utilizados llegan a convertirse en un arma peligrosa”.

Es por ello, según indicó por su parte el doctor Pedro Hidalgo, al presentar la primera mesa, que “el objetivo es alcanzar un buen nivel de prescripción lo que lleva parejo un aumento de los niveles de salud de la población”. En ese sentido, prosiguió, “los médicos no podemos perder ese liderazgo de la prescripción aunque entren en juego otros prescriptores u otros agentes de salud”. De acuerdo con lo pronunciado por el coordinador del Observatorio de la Prescripción de la OMC, “desde esta Organización vamos a contribuir a que los médicos seamos los mayores responsables de aumentar los niveles de calidad asistencial y de salud. Y es que, coincidiendo con lo expresado por el presidente Rodríguez Sendín, “la prescripción no es sólo un beneficio puesto que puede convertirse en un arma de doble filo si no se lleva por buenos cauces”.

Abordaje adecuado de los
conflictos de intereses

Para el representante de la Administración sanitaria, en este caso, el doctor Alfonso Jiménez Palacios, la única manera de abordar este tipo de conflictos es que apunten en la misma dirección los principales agentes implicados que son fundamentalmente: los médicos, la industria y las Administraciones. “Si los diversos agentes somos capaces de alinearnos con los intereses de los pacientes vamos a ser capaces de abordar adecuadamente los conflictos de intereses en el mundo del medicamento”.

El futuro de la industria, como tal, pasa por procurar alinearse con los objetivos de los médicos y de la Administración que son, a su vez, los objetivos del paciente y ciudadano. El planteamiento de vender más, aún legítimo, no puede ser un objetivo a medio plazo para la industria, tal como apuntó: ?nos cargaríamos la gallina de los huevos de oro, desde el punto de vista económico y desde el punto de vista sanitario que es el más importante, incluso, podría generarse un problema de salud pública?.

Intervinientes en la primera mesa.

No obstante, y bajo la perspectiva del doctor Jiménez, “en España se consumen muchos medicamentos, probablemente más de los necesarios. Y hay que consumir los estrictamente necesarios. Si entre todos somos capaces de alinearnos en este objetivo, esta serie de conflictos de interés irán diluyéndose y desapareciendo. Consumir sólo los medicamentos necesarios es una garantía de futuro y de supervivencia para todos los agentes implicados. De lo contrario, además de los problemas económicos también tendremos problemas para la salud en caso de que no sea necesario”.

El ex presidente de la SEMI, jefe de sección de Medicina Interna del Hospital Gregorio Marañón, el doctor Pedro Conthe, aportó la visión del colectivo de los internistas españoles que, a nivel hospitalario, ofrecen al paciente una atención multidisciplinar. Si en algo insistió el doctor Compthe fue en la necesidad de instituciones con gran credibilidad que dieran pautas recomendables, en las que los médicos se pudieran apoyar y que sirvieran de pauta a la hora de financiar productos.

A su juicio, “los sistemas sanitarios públicos no se acercan al médico con reconocimiento ni tienen instituciones de prestigio que avalen una austeridad prescriptora. La industria, por su parte, presiona sobre las Sociedades Científicas y sobre los líderes de opinión, lo cual resta credibilidad a muchas actividades médicas. Estamos muy influenciados por la industria, tal vez porque los sistemas sanitarios tampoco gozan de credibilidad y no se acercan con reconocimiento y humildad al médico”.

Al catedrático de Farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona, el doctor Joan-Ramon Laporte, también parece preocuparle el papel de los denominados ?expertos? vinculados a Sociedades Científicas en relación a la difusión de cierta información relativa a nuevos tratamientos y en la modificación de los hábitos de prescripción de los profesionales. Apoyándose en lo difundido por diversas publicaciones internacionales, Laporte indicó que son considerados como ?marionetas? de la industria, ?son un cáncer para los hábitos de prescripción en todo el mundo y también en nuestro país”.

No hay duda de que la industria influye sobre los hábitos de prescripción de los médicos. El interés de esta influencia es comercial y no sanitario, no representa una ayuda científica. Sin embargo, existe una escasa concienciación sobre el problema puesto que a la mayoría de los médicos les parece normal ciertas prebendas como la inscripción en congresos y los gastos derivados de su asistencia al mismo sea pagado por la industria, aunque, a jucio de Laporte, no debería contemplarse como una situación normal.

En relación a ello, el doctor Vicente Baos, coordinador del Grupo de Utilización de Fármacos de la semFYC, opinó sobre el habitual y polémico asunto de la financiación de la formación continuada, sin duda, “el gran argumento de la relación entre la industria y los médicos y especialmente con los de A.P.”, como señaló. De tal forma, considera que, en realidad, “la formación continuada asociada a la industria farmacéutica es innecesaria, a nivel cero”. “Un médico, con el nivel de conocimiento que debe tener, con sus fuentes de información electrónicas o de otro tipo, y que se interrelaciona con sus compañeros tiene todo el acceso del mundo a una información independiente y que cubra todas sus necesidades, junto con las Sociedades Científicas. Por tanto, el mito de la necesidad de esta formación financiada es absurdo”, según sus palabras.

En su opinión, tampoco se necesita a la Administración en este terreno, dado que se puede ser totalmente independiente de ambos, más dependiente de tu entorno, de tus compañeros, dependiente de una Sociedad Científica que ofrezca y mantenga un compromiso ético con la formación continuada y transparencia sobre lo que hace, para mantener una alta calidad en la prescripción y en el manejo de la terapéutica.

Por otra parte, destacó un hecho que está siendo palpable como es que la industria, y en concreto sus visitadores médicos, están alejándose progresivamente del sector de la Primaria como objetivo de promoción directa de fármacos para centrarse más en el especialista hospitalario. En dicho cambio puede estar influyendo la entrada a escena de los genéricos, frente a los medicamentos de alta gama, más manejados en el ámbito de la Atención especializada.

Asistentes al acto.

El representante de Farmaindustria, el doctor José Ramón Luis-Yagüe, a partir de que los prescriptores por antonomasia son los médicos, ni la Administración ni la industria, tal como remarcó, se congratuló de que, en estas cuestiones sobre conflictos de intereses entre industria, médicos, administración, afortunadamente cada vez haya más Colegios de Médicos y Sociedades Científicas, posicionándose en torno a la libertad de prescripción.

Como señaló, al respecto, a la Administración le corresponde establecer las reglas del juego en cuanto a lo que se financia y a lo que no se financia, lo que incluye la prestación farmacéutica y lo que no. Reglas que han de ser públicas, objetivas, no discriminatorias, las mismas para todo el SNS. Pero, dentro de ese escenario, el médico ha de gozar de la libertad de prescripción más oportuna porque para ello también tiene la correspondiente responsabilidad. “Hay quien opta por prescribir por principio activo y quien, por la marca. No se debería por ello ni incentivar ni penalizar, teniendo un sistema como el nuestro donde los medicamentos de marca, gracias al sistema de precios de referencia, están al precio de genéricos. ?Tenemos un objetivo común y muchas razones para ponernos de acuerdo?, tal como concluyó.

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