“Salir de dudas mejora la calidad de vida”, con esa intención la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA) ha lanzado una campaña respaldada por la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida destinada principalmente a los jóvenes con el fin de concienciarles de la importancia de un diagnóstico precoz para prevenir la transmisión del virus, poder acceder cuanto antes a los tratamientos y evitar la propagación de la epidemia. En la actualidad se estima que en España puede haber hasta 150.000 personas infectadas por el VIH de las cuales una cuarta parte aún no lo sabe
Madrid, 21 de julio 2009 (medicosypacientes.com)
Se estima que entre 120.000 y 150.000 personas están infectadas por el VIH en nuestro país y, de ellas, alrededor de una cuarta parte (25-30 por ciento) aún no lo sabe. Es decir, hay unas 35.000 personas que por miedo al estigma y a la discriminación, por falta de una adecuada percepción del riesgo o por no acudir a los servicios sanitarios no se están beneficiando de los tratamientos existentes altamente eficaces y no están adoptando las medidas de prevención adecuadas para evitar la transmisión.
La existencia de un número tan elevado de personas infectadas por el VIH sin diagnosticar tiene implicaciones sobre la salud individual y colectiva. Por un lado, no les permite beneficiarse de los tratamientos disponibles y de la consecuente mejora del pronóstico y de la calidad de vida. Por otro, aumenta el riesgo de transmisión a otras personas por no adoptarse las medidas de protección necesarias y por la mayor transmisibilidad derivada de una carga viral elevada en ausencia de tratamiento. Algunos estudios indican que el 25 por ciento de los infectados que desconoce su estado serológico es responsable del 54 por ciento de las nuevas infecciones.
Consciente de la situación, la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA) ha lanzado la campaña “Sal de dudas”, dirigida a sensibilizar a la población y, en particular, a los jóvenes, sobre la importancia del diagnóstico precoz y la realización de la prueba del VIH. La iniciativa cuenta con el respaldo de la Plataforma VIH en España y la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida del Ministerio de Sanidad y Política Social. La idea surge a raíz de la preocupación existente en torno al retraso diagnóstico de la infección por VIH en España y se inspira en los proyectos presentados por estudiantes de Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid.
En este sentido, el director general de Salud Pública y Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad y Política Social, Ildefonso Hernández Aguado, ha manifestado que “reducir la fracción sin diagnosticar de las personas con VIH, sin vulnerar el derecho a la confidencialidad y la voluntariedad de la prueba, es uno de nuestros objetivos prioritarios, tal y como se contempla en el Plan Multisectorial 2008-2012 frente a la infección por VIH y el sida en España. Se trata de promover una actitud de normalidad ante la prueba del VIH, incorporándola de forma mucho más amplia a los procedimientos diagnósticos habituales, con el máximo respeto a la intimidad y a la libre decisión de las personas”.
La prueba del VIH, vital
Según recomiendan los expertos, la población en general y sobre todo los jóvenes deben saber que la realización de la prueba del VIH es vital en el control de la epidemia del virus. Gracias a la prueba se puede prevenir la transmisión del virus y proporcionar un diagnóstico precoz para acceder al tratamiento y reducir así la mortalidad y morbilidad de las personas.
En palabras del presidente de CESIDA, Santiago Pérez Avilés, “promover iniciativas o acciones relacionadas con la prueba del VIH es una de nuestras prioridades de cara a reducir el número de nuevas infecciones. Sensibilizar y concienciar a los jóvenes en la prevención de las conductas sexuales de riesgo, y en la necesidad de realizarse la prueba del VIH si estas se han producido contribuirá a disminuir infecciones futuras”.
Según datos de la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida, más del 37 por ciento de las personas a las que se les diagnosticó el VIH en el período 2003-2007 mostraba un grado de inmunosupresión severa y debía estar en tratamiento. Todas ellas podían haberse beneficiado a tiempo del tratamiento antirretroviral para mejorar la evolución de su infección, protegerse adecuadamente de las reinfecciones y proteger a sus parejas sexuales.