La participación del presidente de la OMC, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, en el marco de una mesa redonda celebrada con motivo de la XXVII Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología, se centró en una reflexión sobre las crisis sanitarias y la ética de la prevención, tomándo como referencia lo acaecido en torno a la Gripe A(H1N1). Durante su intervención, expuso que si bien la prevención no se mueve con las mismas prioridades ni con la misma lógica que la Medicina curativa y la paliativa, sí, en cambio, por los valores esenciales de la Medicina, ?por ello -remarcó- no todo vale en función del apellido preventivo y, por tanto, hablar de responsabilidad en Medicina preventiva ha de conducir a valorar actitudes, decisiones y aplicaciones con la misma exigencia que se aplica en otras áreas»
Madrid, 3 de noviembre 2009 (medicosypacientes.com)
El doctor Juan José
Rodriguez Sendín,
presidente del CGCOM.
La XXVII Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), celebrada recientemente en Zaragoza, acogió una mesa redonda sobre ?Gripe Pandémica A/H1N1: lecciones aprendidas y retos de futuro? en la que se hizo un exhaustivo análisis desde distintas perspectivas y con diferentes agentes: gestores, clínicos, y comunicadores sobre la trayectoria que ha seguido la epidemia de gripe A (H1N1) desde que se tuviera conocimiento de ella, el pasado mes de abril hasta el momento actual.
Moderada por el doctor Andreu Segura, miembro del Instituto de Estudios de la Salud de Barcelona, se contó con la participación de la directora general de Salud Pública de Castilla-La Mancha, Berta Hernández; el jefe de Servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud de Andalucía, José María Mayoral; y con el presidente de la Organización Médica Colegial, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, además de con los comunicadores, Emilio de Benito, periodista de El Pais, y Mª Jesús García, jefa de comunicación del Ministerio de Sanidad.
La intervención del presidente de la OMC se centró en una reflexión sobre las crisis sanitarias y la ética de la prevención. Recordó que si bien la prevención no se mueve con las mismas prioridades ni con la misma lógica que la Medicina curativa y la paliativa, sí, en cambio, por los valores esenciales de la Medicina, ?por ello no todo vale en función del apellido preventivo y, por tanto, hablar de responsabilidad en Medicina preventiva ha de conducir a valorar actitudes, decisiones y aplicaciones prácticas con la misma exigencia que en cualquier otra área?, tal como manifestó.
Sin embargo, y en base a los últimos acontecimientos y publicaciones, fundamentalmente, relacionados con lo que está sucediendo en torno a la gripe A(H1N1), se puede deducir que ?en vez de esforzarnos en explicar el riesgo real a la sociedad, se la ofrecen soluciones preventivas ineficaces, de lo cual se desprende que parece aceptarse tácitamente que la prevención tiene unas menores exigencias éticas que otras áreas de la Medicina?.
Como advirtió el presidente de la OMC, de esta forma ?se justifica la creación de los más dramáticos escenarios para movilizar e informar a la población contra riesgos generalizables de sufrir o morir?. ?Estos riesgos supuestos ?añadió- obligan a tomar medidas que deberían ser eficaces y disponibles para la población afectada, pero lamentablemente no es así, es decir, se crean alarmas exageradas toda vez que las soluciones son inexistentes, inútiles, ineficaces o simplemente ya se han realizado?. De tal forma, a juicio del doctor Rodríguez Sendín, que ?se ponen en evidencia dos tipos de engaños, el de la exageración, por una parte, y el de la ineficacia o inexistencia de soluciones para contrarrestarlos, por otra?.
Sustancialmente grave sería, según advirtió, que ?por presiones políticas o por una actitud defensiva ante campañas de opinión pública se realizaran intervenciones preventivas sin las adecuadas garantías de seguridad, ignorando el principio de precaución que el perfil científico de todo profesional de la Medicina debe respetar?.
Como consecuencia de este tipo de acciones, se promueve que la prevención y en especial algunas de sus herramientas más eficaces como la vacunación se ?conviertan en conceptos débiles?., de acuerdo con su argumento.
Cuatro principios universales
en torno a la prevención
Llegados a este punto, el presidente de la OMC aludió a cuatro principios universales a los que la Medicina preventiva debe someterse.
Uno de ellos es el de beneficiencia, en base al cual no es posible admitir una intervención preventiva sin que se aporten pruebas de su efecto beneficioso real, y sobre el que, en su opinión, «hay que insistir todavía con mayor exigencia cuando se trata de la población en general» .
Otro reseñado es el de no-maleficiencia, que obliga, además, a que el beneficio demostrado se tiene que relacionar con el daño potencial que la actuación preventiva puede provocar.
También citó la justicia distributiva, mediante la cual se exige priorizar la prevención en los grupos poblacionales que más lo necesiten o rentabilicen sanitariamente.
Por último, la autonomía de la prevención, traducida a que en Medicina preventiva, el consentimiento informado tiene la misma relevancia que en Medicina clínica y, por tanto, el paciente debe ser informado tanto de los beneficios como de los riesgos que puede esperar de una determinada actividad preventiva o, en su caso, de no realizarla?.
Es objeto de preocupación, como señaló el doctor Rodríguez Sendín, que la equidad, como mandato bioético integrado, que afecta a los cuatro principios mencionados aplicados a la prevención y que adquiere una importancia que, con frecuencia, como en el caso de la gripe A o en el de cualquier crisis sanitaria, se diluya en la magnitud de lo que se supone, en especial por los efectos devastadores de lo que se presenta y por el carácter generalizado del miedo que provoca.
En definitiva, según insistió «bajo el paraguas de la prevención no vale todo», y, además, alertó del riesgo que corre la prevención cuando se convierte «en negocio». «La resultante de este conglomerado puede ser un sector comercial muy agresivo que aumenta progresivamente, en el que se mueven grandes intereses y donde no siempre se juega limpio». Finalizó demandando acciones concretas «frente al despilfarro, frente al gastar por gastar, especialmente en épocas de crisis como en la que estamos inmersos y que inciden, como siempre, en los más débiles y desfavorecidos».