Artículo realizado por Clara Gómez Capablo, estudiante de periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, sobre un acto formativo para periodistas promovido por la Organización Médica Colegial (OMC)
Madrid, diciembre 2010 (medicosypacientes.com)
LA PRESENCIA HUMANA, IMPRESCINDIBLE A LA HORA DE DAR MALAS NOTICIAS
Por Clara Gómez Capablo
Momento de la Jornada fotografiada por Nuria Fernández Gamez
La importancia de dar las malas noticias en persona fue lo que destacaron los doctores Marcos Gómez Sancho y Javier Rocafort durante la rueda de prensa que se llevó a cabo el pasado 4 de Noviembre en la sede de la OMC bajo el lema ?Malas Noticias en Medicina: ¿Se pueden transmitir mejor??
El doctor Rodríguez Sendín, presidente de la OMC, fue quien introdujo el acto ?Malas noticias en medicina: ¿Se pueden transmitir mejor?? que tuvo lugar el pasado 4 de Noviembre en la sede de la OMC y destacó que, a la hora de dar malas noticias es imprescindible darlas a la cara ya que se desconoce cuál va a ser la reacción de la persona a la que nos dirigimos. Marcos Gómez Sancho, presidente de la Comisión Central de Deontología Médica de la OMC y Javier Rocafort, presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, presentes en el acto, coincidieron con el Doctor Rodríguez Sendín.
Desde la OMC se ha rechazado el anuncio de la DGT, que ha causado estupor entre los médicos. ?Se trata de un excelente ejemplo de cómo jamás habría que dar una mala noticia, es decir, por teléfono? afirmó el presidente de la OMC. Dicho anuncio muestra como se avisa por teléfono de un accidente de tráfico a los familiares de los heridos o fallecidos.
Aunque ambos doctores creen que se ha avanzado mucho en este ámbito, abogan por que en las universidades se estudien técnicas y que los estudiantes empiecen a familiarizarse con esta parte de la medicina. «En las Facultades se emplean cientos de horas en enseñarnos cómo diagnosticar enfermedades rarísimas que nunca nos vamos a encontrar y ni un solo minuto en cómo dar bien una mala noticia» declaró el doctor Gómez Sancho, que puso como ejemplo un estudio realizado en EE.UU en el que se determinó que al 23% de enfermos se les comunicó que padecían un cáncer terminal mediante una llamada telefónica.
A la hora de dar una mala noticia primero tienen que cerciorarse de que el paciente está capacitado para escuchar y entender lo que se le dice. Hay que tener en cuenta que no es conveniente dar toda la información a la vez, y nunca debe darse una cifra sobre el tiempo que le queda de vida a un paciente, ya que solo se basan en estadísticas. Para que el paciente se encuentre cómodo lo mejor es buscar un lugar relajado donde el paciente se encuentre a gusto. Los acontecimientos que vendrán después de haber dado una mala noticia estarán condicionados por la manera en que lo has dicho, afirmó el doctor Gómez Sancho.
El presidente de la OMC recalcó que, tanto médicos como periodistas son vectores de educación, salud? por lo que deben ser conscientes de su responsabilidad. Además, debido a la presencia de alumnos de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, junto con Yolanda Martínez Solana, profesora de la facultad de Ciencias de la Información y que se encargó de moderar el acto, hizo hincapié en que los medios deben evitar el sensacionalismo y contrastar toda la información.
Al ser preguntado por la presencia en los medios de comunicación de los médicos que atendieron a Miguel García, jugador del Salamanca que sufrió un infarto en el terreno de juego, el presidente de la comisión central de deontología médica, Marcos Gómez Sancho, afirmó que estos hechos ya están siendo revisados por la comisión que preside.
Javier Rocafort señaló que cuando un periodista escribe una información, uno de cada quinientos lectores son personas que se encuentran en el final de la vida, y uno de cada cincuenta son pacientes o familiares de estos pacientes que se encuentran en fase terminal por lo que los medios deben tener cuidado con las expresiones que utilizan y de la correcta transmisión de este tipo de información. En concreto, el doctor Rocafort indicó que aproximadamente, de cada millón de habitantes, dos mil personas se encuentran en una situación terminal y le quedan entre tres y seis meses de vida.
La importancia de la familia
La familia juega un papel fundamental en la relación médico-paciente. Aproximadamente el 50% de las familias se interpone entre el médico y el propio enfermo. Según el doctor Gómez Sancho la sociedad latina en la que vivimos se caracteriza por ser muy proteccionista, por lo que en muchos casos los familiares apartan al paciente a la hora de hablar con el médico, no quieren que el paciente, es decir, su familiar, se entere de lo que realmente le sucede para evitarle sufrimiento, lo que el doctor Rocafort llama ?La conspiración del silencio?. ?Tenemos que trabajar con las familias para evitar que esto se produzca? afirmó. Ya que en cuidados paliativos, ámbito de trabajo de este médico, la relación médico-paciente es mucho más importante ya que el enfermo se encuentra en el final de su vida.
Sin embargo, no es hasta 1984 en la ?Carta de Deberes y Derechos? cuando aparece por primera vez el derecho del paciente a saber lo que le sucede. En 1986 se aprueba la ley general de sanidad, que recoge en ella la carta anteriormente citada y en 2002, con la Ley de Autonomía del paciente, este derecho se regula y el médico tiene la obligación de comunicar al paciente en todo momento su estado de salud. Aunque, según afirma el doctor Gómez Sancho, existen ciertas excepciones, como cuando el médico considera mejor para la salud del enfermo que este no conozca su situación, o cuando es el propio paciente el que renuncia a saber lo que le sucede.
Al ser preguntados sobre la eutanasia, pidieron que no se tratara con demagogia este tema y afirmaron que actualmente se están llevando a cabo dos tesis sobre la demanda real de la eutanasia. El doctor Rocafort declaró que prácticamente el 100% de los que la solicitan quieren vivir después de un tratamiento psicológico, por lo que pidieron más centros de cuidados paliativos, ya que actualmente existen unos 400, pero estima que hacen falta entre 600 y 750, además de duplicar el número de profesionales que trabajan en ellos.
Por último, el doctor Gómez Sancho afirmó que la medicina alternativa no ha podido demostrar su base científica, y que, aunque el enfermo y sus familiares decidan acudir a un curandero o a un experto en este tipo de medicina, lo más importante es que nunca le retire los medicamentos que le ha recetado su médico, porque entonces pondría en peligro la vida del paciente.