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La OMS lanza las primeras directrices para mejorar la calidad del aire que se respira en el interior de los edificios

Tras un riguroso estudio en el que han participado 36 expertos de todo el mundo, la Organización Mundial de la Salud ha emitido las primeras directrices para preservar la salud en relación a la calidad del aire interior. Según datos manejados por la OMS, en diversos países de la UE entre el 20 y el 30 por ciento de los hogares tienen riesgo para la salud por problemas de humedades y moho

Madrid, 20 de Julio 2009 (medicosypacientes.com)

Las personas pasan la mayor parte de su vida cotidiana bien en los hogares, oficinas, escuelas, centros de salud, y otros edificios, es por ello que la calidad del aire que respiran en su interior es fundamental para su salud y su bienestar. Así lo estima la Organización Mundial de la Salud que acaba de publicar sus primeras directrices sobre la calidad del aire en el interior de los edificios y la incidencia de la humedad y el moho.

El estudio, coordinado por la Oficina Regional de la OMS para Europa, es el resultado de un riguroso examen realizado durante dos años por un grupo de 36 destacados expertos de todo el mundo. Los autores de la investigación concluyen que los ocupantes de edificios afectados por la humedad y el moho tienen un riesgo cercano al 75 por ciento de sufrir problemas respiratorios y de asma. Por ello, la OMS en estas directrices recomienda la prevención y revisión de los edificios que pueden ser dañados por estos agentes con el fin de reducir los daños ocasionados a la salud.

Según ha manifestado el jefe del Departamento de enfermedades no transmisibles y medio ambiente de la Oficina Regional de la OMS para Europa, el doctor Srdan Matic, «por primera vez hemos elaborado unas directrices que ofrecen una orientación a las autoridades en salud pública y de otros sectores sobre las pautas a adoptar para garantizar la seguridad y la salud de los interiores de los edificios, con ello esperamos contribuir a mejorar la salud de las poblaciones de todo el mundo».

Coincidiendo con estas declaraciones, el doctor Michal Krzyzanowski, uno de los máximos responsables de la puesta en marcha de este proyecto, ha manfiestado que «las nuevas directrices son esenciales al proporcionar criterios de referencia para la salubridad del aire», al tiempo que asegura que para su elaboración se han consultado más de 100 estudios sobre los efectos de los ambientes húmedos en la salud de la población».

Entre otros aspectos, las directrices vienen a recomendar las medidas para garantizar que los edificios cumplen con garantías en cuanto a diseño, construcción y mantenimiento. Por otra parte, se alude a la responsabilidad de los propietarios de los edificios en cuanto a proporcionar lugares de trabajo sanos y libres de humedad y moho. Mientras, los ocupantes de los edificios son los responsables de la gestión del uso de agua, calefacción y ventilación para evitar el exceso de humedad.

Problemas de salud derivados de la humedad

En la actualidad, cerca de un millón y medio de muertes se registran cada año en el mundo, sobre todo entre mujeres y niños de países en desarrollo, producidas por la combustión de materiales combustibles sólidos en el interior de los edificios. Mientras, en diversos países de la Unión Europea, entre un 20 y un 30 por ciento de los hogares tienen problemas de humedad y de moho.

Como recuerda la OMS, la humedad favorece que cientos de especies de bacterias y hongos crezcan en los interiores de los edificios y se reproduzcan a través de esporas, a lo que se suma el esparcimiento de fragmentos de productos químicos en el ambiente. La exposición a todos estos contaminantes se asocia a una mayor incidencia o emperoamiento de síntomas respiratorios, alergias, asma y reacciones inmunológicas. No en vano, según datos de dicha Organización, el 13 por ciento del asma infantil en los países miembros de la Oficina Regional de la OMS para Europa pueden ser atribuibles a problemas de humedad en las viviendas.

En resumen, el conocimiento de los contaminantes del ambiente interior de los edificios es la clave para impulsar medidas preventivas relacionadas con los efectos de la humedad y moho sobre la salud y mantener en óptimas condiciones el aire que se respira la mayor parte del día.

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