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La OMC se suma a la Iniciativa Mírame: Diferénciate, que busca una atención médica cercana y humana

La Organización Médica Colegial se suma a la Iniciativa Mírame: Diferénciate, una campaña de sensibilización dirigida a profesionales, usuarios y organizaciones sobre la importancia de mirarse a los ojos, de compartir dudas, de intercambiar una expresión o ponerse en el lugar de otros con el objetivo de que los profesionales sanitarios ofrezcan una atención cercana y humana en la que el cuidado y la curación se lleven de la mejor manera posible.

Madrid, 15 de diciembre de 2011 (medicosypacientes.com)

La Organización Médica Colegial se suma a la Iniciativa Mírame: Diferénciate, una campaña de sensibilización dirigida a profesionales, usuarios y organizaciones sobre la importancia de mirarse a los ojos, de compartir dudas, de intercambiar una expresión o ponerse en el lugar de otros con el objetivo de que los profesionales sanitarios ofrezcan una atención cercana y humana en la que el cuidado y la curación se lleven de la mejor manera posible.

A finales de agosto de 2011, un grupo de profesionales se unió para trabajar por un objetivo común, convencidos de que la calidad asistencial puede mejorar con pequeños gestos, como mirar a los ojos de las personas que atendemos. Una idea que surge a través de las redes sociales con el fin de traspasar la pantalla y provocar un gesto.

Este grupo de profesionales lo componen enfermeras, médicos, fisioterapeutas, economistas, pediatras, periodistas e informáticos, convencidos de que la calidad asistencial puede mejorar con pequeños gestos, como mirar a los ojos de las personas que atienden. Su es diferente pero tienen dos nexos de unión: trabajar en el campo de la salud y creer en la fuerza de las redes sociales para generar y difundir ideas e iniciativas.

En esta iniciativa trabajan más de 30 profesionales, organizados en 6 grupos de trabajo, coordinados a su vez por: Carlos Núñez Ortíz, Raúl Ferrer Peña, Olga Navarro Martínez, Miguel Ángel Mañez, Emma Pérez Romera, Antonio Jesús Ramos Morcillo y Serafín Fernández Salazar.

El fin principal de este iniciativa es mejorar la atención y la recuperación de los pacientes a través de revitalizar la calidez en las relaciones de los diferentes agentes del sector sanitario y también mediante gestos de comunicación no verbal como mirar, tocar, el tono de voz, la postura o una sonrisa…. actos que se traducen en una mejora de la calidad asistencial y en la mejora del tratamiento terapéutico por parte del paciente.

Mírame: Diferénciate busca la suma del máximo posible de instituciones, profesionales, pacientes, y organismos para contribuir a mejorar la atención que se presta a los pacientes. Para unirse y conocer mejor este proyecto se puede hacer a través de las redes sociales como Twitter, siguiendo a @diferencia_T y a través del hastag #diferencia_T; en Facebook cuentan con la página http://www.facebook.com/Mirame.diferenciate; en Internet con la web oficial www.diferenciate.org y el blog http://diferenciate.org/blog.

Diferénciate, una iniciativa que busca humanizar

Cuando una persona acude al Sistema Sanitario busca no sólo la competencia técnica de los profesionales, también espera encontrar personas capaces de transmitirle seguridad, confianza y respeto acerca de sus decisiones. No obstante, en ocasiones podemos encontrar situaciones que nos muestran un entorno en el que la atención pierde la calidez o la afectividad deseada.

Entre los factores que pueden intervenir propiciando intervenciones o climas que podríamos calificar como deshumanizados se encuentra la rigidez de las instituciones que enfatizan valores científico-técnicos, la escasa formación humanística de los profesionales y también las excesivas expectativas de los pacientes fundamentadas en la tecnología.

Además, existen algunos elementos que influyen en la pérdida de  las relaciones de confianza en los sistemas de salud  y entre ellos puede destacarse el aumento de la especialización y la división del trabajo, el cambio en el sistema de relaciones directas a otro más burocratizado, la asimetría en la información que genera mayor vulnerabilidad y dependencia de los pacientes o la penetración de elemento de mercado en los sistemas de salud.

Múltiples autores, desde distintos trabajos y enfoques, dan argumentos para insistir en la importancia de generar un contexto adecuado que permita ofrecer una atención cercana y humana en la que el cuidado y la curación se lleven a cabo de la mejor manera posible.

Así, hay autores que se refieren a la comunicación como indispensable para una atención humanizada. Pero una comunicación que deje espacio a las palabras de los ciudadanos y de los profesionales de la salud para construir una red de conversación que promueva acciones singulares en la prestación de cuidados. Una comunicación que necesitará de la participación de todo el conjunto de profesionales que configuran el servicio sanitario (los relacionados con la atención directa, gestores, creadores de políticas públicas) y también asociaciones las científicas y profesionales4.

El cuidado humanizado se debe trabajar en todas las áreas de desarrollo de la enfermería, en la administración o actualmente llamada gestión, en la asistencia, en la formación y en la investigación.

Según algunos estudios se ha constatado que sentirse escuchado es un precursor de la percepción de amabilidad del médico, contribuye de forma significativa a valorar positivamente la información recibida  y el resultado de la intervención.

Dado que todo esto tiene que ver con la satisfacción del paciente y sabiendo que a su vez la satisfacción contribuye al cumplimiento terapéutico, es importante que la persona se sienta escuchada. Si esto se consigue, se habá creado una situación en la que se facilita la recuperación y se contribuye al resultado de la intervención médica. Por tanto, los profesionales sanitarios deben reflexionar sobre sus habilidades comunicativas. En el ejemplo concreto de la Oncología se nos muestra como una buena comunicación con los pacientes aumenta la adherencia al tratamiento y mejora su funcionamiento psicológico.

La comunicación no verbal, un pilar fundamental

Al mismo tiempo que valoramos la capacitación de los profesionales sanitarios en habilidades de comunicación también hay que realizar una especial mención a la comunicación no verbal.

Estudios sugieren que los médicos deben tener también formación en comportamientos no verbales. Tanto es así, que si se realiza una valoración adecuada de la situación del paciente a través de la información no verbal, esta se traduce en un efecto positivo tanto para la satisfacción del paciente como para la adherencia. Pero se debe tener en cuenta que  esto no significa solo que el profesional esté entrenado para valorar el comportamiento no verbal de los pacientes sino que debe de ser consciente y mejorar su propia conducta no verbal.

Por tanto se debe señalar que gran parte de los mensajes que los profesionales de la salud transmiten a los pacientes lo hacen a través de comunicación no verbal.  Se debe tener en cuenta las señales que más valoran los pacientes: contacto visual, tono de voz, expresión facial, características del habitáculo, tacto, distancia interpersonal, vestimenta, gestos y postura.

En la comunicación no verbal el contexto cultural de la persona modula tanto la distancia interpersonal, el contacto visual, el estilo de conversación y el tono de voz, tacto apropiado u orientaciones sobre la conceptualización del tiempo.

Con respecto a la mirada se puede decir que una persona utiliza sus sentidos, la visión, audición y el tacto principalmente cuando utiliza la comunicación no verbal, y a través de ellos, expresa sus pensamientos y sentimientos, interactúa y reacciona en su medio, participa de este escenario social. La visión es un sentido considerado como el principal canal de la llegada de las sensaciones al intelecto. De esta forma, el ojo humano, cuando es utilizado de forma efectiva, posibilita un contacto con la realidad de lo que comunicamos y de lo que queremos comunicar. También la actitud en determinados escenarios debe de ser cuidada.

Desde una perspectiva filosófica, existen determinados elementos que no pueden faltar en la relación clínica y que Francesc Torralba denomina “constructos éticos del cuidar” y entre ellos cita la confianza, la confidencialidad, la competencia, la conciencia y la  compasión. Otros autores, también con un enfoque aristotélico dirigen su mirada hacia las virtudes del profesional y así se refieren  a  la necesidad de que este sea prudente, fiel, benevolente o abnegado. Para Paula Andrea Ceballos el “profesional cuidador” debe poseer algunas características especiales como: capacidad de comunicación y escucha, respeto por las creencias del otro, gran dimensión de entrega, compromiso ético y calidez humana.

Por todo ello es necesario trabajar  y desarrollar estrategias para mejorar las relaciones interpersonales y por lo tanto de comunicación efectiva entre profesionales sanitarios y paciente, porque el proceso de comunicación debe ser priorizado como una actividad terapéutica relevante y esencial.

Según los propios usuarios el hacer bien los cuidados no es tan importante para ellos como hacerlo con entrega y empatía. Realizar un procedimiento con altos estándares de calidad, es una manera de cuidar con respeto.

Todo esto requiere de un cambio de actitud y precisa de una reflexión previa. La parada en la reflexión lleva hacia una mejor comprensión de lo que se hace y ayuda a identificar los problemas y a  estructurar de manera más ordenada las soluciones. En un estudio realizado en una unidad de cuidados intensivos se mostró como mejoraban la comunicación con los pacientes y la satisfacción de estos tras un ejercicio reflexivo en el que se identificaron actitudes inadecuadas en la atención sanitaria. Desde esa toma de conciencia propusieron cambios en el lenguaje y el modo en que los profesionales llevaban a cabo determinadas actividades. Entre estos cambios se hablaba de llamar al paciente por su nombre, hacerle participar en las conversaciones, explicarle lo que se le hacía o informar a la familia.

Parece preciso, entonces, intentar buscar un equilibrio perdido y que sea capaz de integrar  las dimensiones técnicas y humanas como inseparables.

 

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