El pasado viernes se celebró, en la sede de la OMC, el tercer seminario incluido dentro del ciclo ?Innovación en la toma de decisiones diagnósticas en Atención Primaria?. Coordinado por el doctor Juan Gervas y promovido por las Fundaciones para la Formación de la OMC y Ciencias de la Salud, estuvo dedicado al análisis de los componentes racionales e irracionales que inciden en la decisión diagnóstica en Atención Primaria
Madrid, 20 de octubre 2009 (medicosypacientes.com)
De izda. a dcha., los doctores Jovell, Casajuana, Bernal y
Gervas, en un momento de la jornada.
Bajo el título “Componentes racionales e irracionales en la decisión diagnóstica en Atención Primaria, resultado de la interacción médico-paciente en un contexto concreto”, el pasado viernes, 16 de octubre se celebró en la sede de la Organización Médica Colegial el tercer seminario incluido dentro del ciclo ?Innovación en la toma de decisiones diagnósticas en Atención Primaria?, coordinado por el doctor Juan Gervas y promovido por las Fundaciones para la Formación de la OMC y Ciencias de la Salud.
En las decisiones diagnósticas que se toman en Atención Primaria interviene una serie de componentes unos de tipo más racional que otros, más irracionales, tácitos, emotivos,? fruto de la interacción entre médico y paciente. Entre ambas partes surge una especie de ?relación de agencia? porque el enfermo delega en el primero la decisión al suponer que el médico emplea el mejor conocimiento disponible para tomar las decisiones que el paciente adoptaría si tuviese dicho conocimiento, tal como explicó el coordinador de esta Jornada, el doctor Gervas, a la hora de explicar el sentido de este seminario.
Bajo este escenario, el médico general/de familia tiene la ventaja de ser capaz de integrar la situación actual del paciente en su historia personal y familiar, y de tener en cuenta el problema principal en el contexto del conjunto de problemas que atañen a este último. Es por ello que resulta fundamental que sea el médico de cabecera el que comparta decisiones diagnósticas con el enfermo pues la falta de visión panorámica sobre éste conlleva errores diagnósticos. Por otra parte, es el facultativo de Atención Primaria el que mejor se mueve en las cada vez más frecuentes zonas de incertidumbre diagnóstica en las que el enfermo no es enfermo ni sano del todo. Precisamente, esta medicalización de la sociedad disminuye el umbral en que se requiere la intervención médica, lo que, en opinión del doctor Gervas, conduce a una incertidumbre creciente en la toma de decisiones diagnósticas, preventivas y curativas.
Estas fueron algunas de las cuestiones sobre las que giró dicho encuentro en el que actuó de ponente el doctor Josep Casajuana, gerente del Ámbito de Atención Primaria de Barcelona, y que tuvo como contrapuntos al doctor Albert Jovell, diirector de la Fundación Biblioteca Josep Laporte, y al doctor Enrique Bernal, de la unidad de Investigación en Servicios de Salud. Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud.
Decisiones compartidas
Aunque la tendencia actual es, según el doctor Casajuana, considerar como situación deseable la de la decisión compartida, a su juicio, no siempre es necesaria la implicación del paciente en la decisión. Al respecto, como enumeró, los elementos a considerar para valorar la necesidad de implicación son: la certidumbre o incertidumbre en relación al curso de acción a seguir, y el bajo o alto riesgo que implica para el paciente. En función de ello será recomendable utilizar, según el caso, información simple, consentimiento informado o instrumentos de ayuda a la decisión. Además, y bajo el criterio del doctor Casajuana, aunque cada vez más pacientes tienen interés en participar en las decisiones médicas (por mayor nivel educativo, más conocimientos y mayor preocupación por su salud, percepción de la salud como bien de consumo, exageradas expectativas sobre los servicios sanitarios?), no todos los enfermos quieren y/o pueden y/o deben cambiar el paradigma.
Albert Jovell alude al paciente activo, como ?aquél que se preocupa por su salud y se hace responsable de obtener la mejor asistencia sanitaria posible y de controlar la evolución de su enfermedad?, ?que tiene el conocimiento y las habilidades necesarias para hacerse responsable de su salud, establecer un modelo deliberativo de relación con los profesionales que le atienden y, por lo tanto, definir objetivos terapéuticos y adoptan de forma compartida con sus médicos las decisiones que les permiten asumir esos objetivos?.
También se detuvo en analizar los factores que intervienen en la toma de decisiones compartidas, entre los que cabe destacar: incertidumbre clínica relevante; perfil diferencial de potenciales riesgos y beneficios de las diferentes opciones diagnósticas y terapéuticas; confianza y empatía con el médico; tiempo suficiente para la relación; y compromiso mutuo con la adherencia terapéutica, entre otros.
A juicio de Jovell, la toma de decisiones compartidas requiere de un profesional que pueda explicar a los enfermos las certezas y la incertidumbre en un lenguaje entendible para el paciente, así como de un paciente que esté en condiciones de decidir las consecuencias de su decisión.
Por su parte, el doctor Bernal se refirió a algunos de los obstáculos que pueden incidir en la toma de decisiones compartidas, en la que, a su juicio, el tiempo de consulta, más que el entrenamiento que el profesional pueda poseer, juega un importante papel.
En definitiva, Bernal llega a la conclusión de que hay más componentes irracionales que racionales en la forma de decidir pacientes y sanitarios. “Los sanitarios, en su papel de agente público tendrían la obligación de facilitar las decisiones saludables y corregir los comportamientos irracionales del individuo y las poblaciones; convendría, por tanto, que los profesionales dispusiesen de ayudas para mitigar la irracionalidad de su propio comportamiento y del de sus pacientes”.
Los seminarios que han configurado el ciclo ?Innovación en la toma de decisiones diagnósticas en Atención Primaria? han sido orientados al análisis teórico y práctico y a la producción de conocimientos en torno a la toma de decisiones diagnósticas en varios campos tales como las diferencias entre el proceso diagnóstico en el hospital y en primaria, la resolución de la incertidumbre diagnóstica en el primer nivel asistencial; el impacto de los nuevos métodos de diagnóstico en la práctica clínica diaria; y la interacción entre médico y paciente en las decisiones diagnósticas.