El secretario de la Comisión Central de Deontología Médica de la OMC, el doctor Jacinto Bátiz, que pronunció ayer una conferencia en Santurce sobre la importancia del cuidado afectivo de estas personas, explicó que la transmisión de afecto es percibida y permanece intacta aun cuando la comunicación verbal se pierda
Vizcaya, 3 de febrero 2010 (medicosypacientes.com)
El secretario de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial, el doctor Jacinto Bátiz, ha subrayado la importancia de la comunicación no verbal y afectiva en los cuidados de las personas con deterioro cognitivo en general y, en particular, en las afectadas por Alzheimer. Las palabras del también jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurce se enmarcan en una conferencia dentro del ciclo ?Aula San Juan de Dios?, que organiza este centro hospitalario.
Dr. Jacinto Bátiz,
secretario de la
Comisión Central de
Deontología Médica
de la OMC.
El discurso del doctor Bátiz, basado en su artículo ?Cuidar con caricias?, ganador del VIII Premio Reflexiones a la Opinión Sanitaria fallado recientemente en Madrid, explica la importancia que ?el enfermo de Alzhéimer y su cuidador mantengan alguna forma de comunicación?, sobre todo en los estadios avanzados en los que el enfermo ya casi no se comunica verbalmente. ?Si quien le cuida o acompaña sigue hablándole, sonriéndole o acariciándole, esta comunicación afectiva con el enfermo permanecerá intacta aun cuando la comunicación verbal se pierda?.
Con respecto a estos pacientes, Bátiz sostuvo que ?su corazón afectivo sólo precisa de afecto y para alimentar de este afecto tan sólo necesita que le transmitamos el nuestro a través de nuestra sonrisa, con palabras agradables y con nuestras caricias?.
Educación en afectividad
Para el jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurce, ?las manos son uno de los instrumentos comunicadores por excelencia?. El experto recordó que ?los especialistas en relaciones humanas han comprobado que quienes durante su infancia no recibieron caricias de sus padres son más proclives a mostrar dificultades para dar o recibir afectos, a mantener una postura corporal rígida y a tener limitaciones para expresar emotividad?.
Al parecer, según manifestó, ?estas personas evidencian también una dificultad mayor de la habitual para sentirse queridas y aceptadas por los demás?. Por ello, Bátiz sostuvo la importancia de una correcta educación infantil por parte de los padres en lo concerniente a la afectividad y a la comunicación no verbal. En este sentido, defendió la conveniencia de que ?acariciemos a nuestros hijos, para que ellos sepan cuidarnos, cuando lo necesitemos, con sus caricias?.
El artículo “Cuidar con Caricias” se publica a pie de página