Los pacientes con fractura de cadera ocupan aproximadamente un 30 por ciento de los servicios de Cirugía Ortopédica y Traumatología occidentales. Precisamente, la prevención de las caídas constituye uno de los campos de intervención más relevantes en la Medicina preventiva y en la atención de los pacientes ancianos, de hecho, junto con la mejora de los factores que inciden en el aumento de la masa ósea, es el objetivo esencial a alcanzar para disminuir la incidencia de las fracturas de cadera
Madrid, 4 de junio 2012 (medicosypacientes.com)
Los pacientes con fractura de cadera ocupan aproximadamente un 30% de los servicios de Cirugía Ortopédica y Traumatología occidentales. Las mujeres superan a los varones en una proporción de 3 a 1. En España la tasa de fractura de cadera para los hombres es de 134 por 100.000 habitantes y en el caso de las mujeres de 234 por 100.00 habitantes.
En los últimos cincuenta años la edad media de presentación de las fracturas del tercio proximal del fémur ha ido aumentando progresivamente desde los 67 años en 1944, los 75 años en 1982 y a los más de 80 años a principios de los 2.000.
De hecho la mayor parte del aumento de la incidencia de las fracturas de cadera puede atribuirse a los pacientes de 80 años o más, tanto para las fracturas intracapsulares como extracapsulares. La media actual de presentación en España considerando mujeres y hombres es de 79,25 años.
Con todo la mayor parte del aumento de la incidencia de las fracturas de cadera puede atribuirse a los pacientes de 80 años o más, así pues éste constituye el grupo de edad que está creciendo más rápidamente pero también el que tiene más enfermedades concomitantes siendo, en consecuencia, el que necesita más recursos hospitalarios.
Las fracturas del tercio proximal del fémur, intracapsulares como extracapsulares, en los pacientes ancianos suponen un problema importantísimo para las sociedades avanzadas puesto que solicitan recursos cada vez mayores para dar salida al aumento de incidencia de las mismas.
Las tasas de mortalidad depende de las diferentes publicaciones y varía desde el 2,5% al 15% en el período postoperatorio inmediato, primera semana tras la cirugía, y del 10% al 40% si consideramos el límite al año después de la cirugía.
La estancia media hospitalaria en todo el SNS, para los años comprendidos entre 1997 y 2008 ha ido disminuyendo de manera progresiva. En el año 1997 el promedio de estancia fue de 16,05 días, mientras que en 2008 se alcanzó el menor promedio de estancia con 13,34 días.
Para muestra de la importancia económica del proceso, en el año 2008 el coste global de los casos de hospitalización en el SNS, como consecuencia de una fractura de cadera fue de 395,7 millones de euros. Dichos costes de incrementaron en un 131,17% respecto al año 1997, año en el que se estimó un gasto de unos 171,2 millones de euros.
La prevención de las caídas constituye uno de los campos de intervención más relevantes en la medicina preventiva y en la atención de los pacientes ancianos es, de hecho, junto con la mejora de los factores que inciden en el aumento de la masa ósea, el objetivo esencial a alcanzar para disminuir la incidencia de las fracturas de cadera.
Los factores de riesgo que pueden provocar la aparición de las caídas son:
-Hipotensión ortostática (caída de la TAS>20mmHg tras 1 min de bipedestación, o TAS<90mmHg en bipedestación)
-Deterioro fuerza muscular o balance articular especialmente en caderas y rodillas.
-Trastornos de la marcha/equilibrio.
-Toma de 4 o más fármacos.
-Uso de fármacos psicótropos.
Es por ello que las medidas para evitar las caídas y sus consecuencias en forma de fracturas serían:
-Recomendaciones posturales. Levantarse lentamente, en dos tiempos, elevar cabezal de la cama unos minutos antes de levantarse, utilización de puntos de apoyo (bastones, andadores, etc.).
-Ejercicios contra resistencia (15 minutos, varias veces al día).
-Ejercicios de potenciación muscular y paseos programados.
-Modificaciones del entorno. (Apoyabrazos en WC, evaluar altura de la cama, barandillas para el aseo, evitar bañeras deslizantes, etc.)
-Revisar indicaciones de las dosis de fármacos y disminuir los fármacos psicotrópicos en lo posible, evitar el alcohol.
-Evitar dormir durante el día, bebidas calientes, etc.
-Se debe tener un especial cuidado con: cables eléctricos sueltos, mantener los suelos libres sin objetos, alfombras tanto en los dormitorios como en el baño y evitar escalones rotos o imperfecciones en el suelo.
-La utilización de zapatos con suela de goma y mantener ambientes con luz serán también esenciales en la prevención de las caídas.
Medidas tan sencillas como las enumeradas anteriormente, muchas de ellas de una simpleza insultante, son sin duda una de las bazas más importantes para disminuir la incidencia de la fractura de cadera del anciano, ello posibilitará una más que necesaria disminución del gasto sanitario tan importante en los difíciles y complejos tiempos que corremos.
Dr. Antonio Bennasar Arbós
Traumatólogo y presidente del Colegio de Médicos de Baleares