Con el objetivo de analizar la situación de la atención sanitaria a la población inmigrante en los diversos niveles asistenciales del Sistema Nacional de Salud, enfocando su repercusión y características desde el punto de vista de la Salud Pública, y por otro, conocer de primera mano las dificultades y retos del Inmigrante a la hora de acceder a los servicios que oferta el Sistema Sanitario Público, se ha celebrado en el Ministerio de Sanidad la 1ª Jornada sobre Inmigración y Salud Pública, con la participación de representantes de Administraciones, de organizaciones profesionales y de Asociaciones que engloban a diferentes colectivos de otras culturas. Durante la misma se ha puesto de manifiesto que hay que velar por garantizar a la población inmigrante el mismo acceso al sistema sanitario que al resto de los ciudadanos, a través de la A.P., desde donde se puede ofrecer una atención integral
Madrid, 6 de noviembre 2009 (medicosypacientes.com)
El Ministerio de Sanidad y Política Social celebró ayer miércoles, por primera vez, una jornada con el fin de analizar la situación de la atención sanitaria a la población inmigrante en los distintos niveles asistenciales del Sistema Nacional de Salud. Con ella se pretendió, como destacaron sus organizadores, “conocer de primera mano las dificultades y retos del Inmigrante a la hora de acceder a los servicios que oferta el Sistema Sanitario Público”. Se trata de una iniciativa promovida por la Dirección General de Salud Pública, con la finalidad de crear un marco de reflexión y de profundización en estos temas.
Como expuso la subdirectora general de Promoción de la Salud y Epidemiología del Ministerio de Sanidad, Rosa María Ramírez, encargada de la inauguración del encuentro, “esta es la primera jornada que se hace en el Ministerio de Sanidad que aborda el tema de la inmigración, y parte con una serie de objetivos básicos como el de buscar la fórmula para adaptar las experiencias que a lo largo de ella se han expuesto a la dinámica asistencial y al trabajo cotidiano”.
Otro de los valores añadidos de este encuentro ha sido poder conocer de primera mano, a través de la perspectiva y experiencia de los propios inmigrantes, cúal es la problemática que perciben a la hora de acercarse a nuestro sistema sanitario, a la integración, y a la utilización de nuestro sistema sanitario. Desde la otra óptica, la de los profesionales, también se desgranaron algunos de los obstáculos a los que han de hacer frente a la hora de prestar atención a población procedente de otras culturas. Y es que como indicó la directora del Plan Director de Inmigración de la Generalitat de Cataluña, Mª Antonia Lizana, “nos encontramos a diario con diferentes lenguas, culturas, y, por consiguiente, diferentes formas de entender la enfermedad”.
Lizana aludió a una serie de estudios realizados en el Hospital del Mar, de Barcelona, los cuales aportan información de interés sobre la situación de la atención a la población inmingrante. Algunos de los datos expuestos corroboran que estos ciudadanos no frecuentan más que el resto los servicios sanitarios, sino que, incluso, el porcentaje se reduce hasta un 15 por ciento en líneas generales, excepto en la demanda de atención en Obstetricia y Ginecología, servicios en los que se llega a duplicar la frecuentación de mujeres inmigrantes. Con respecto al uso que suele hacerse de las urgencias entre esta población, se destacó que, por lo general, abundan las patologías leves.
De estos estudios también se entresacan algunos de los principales problemas con los que se topan los profesionales sanitarios a la hora de prestar asistencia, siendo uno de los fundamentales el idioma de muchos de estos pacientes, que no en pocas ocasiones llega a angustiar al profesional. En ello coincidieron algunos de los ponentes que participaron en esta sesión, como el coordinador del Grupo de Inmigración y Salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el doctor José Vázquez, quien abogó más que por ampliar las plantillas de intérpretes, por buscar fórmulas de incentivación para que estas personas acaben dominando el idioma español. Mientras tanto, se han diseñado herramientas informáticas con el fin de facilitar la comunicación entre médico y paciente que no manejan el mismo idioma.
A lo largo de la jornada se incidió en una serie de mensajes como el de la necesidad de garantizar a esta población el mismo acceso al sistema sanitario y a ser atendidos de igual forma que el resto de los usuarios, ni con más o menos privilegios, pero tampoco en desventaja. Además, la vía para acceder al SNS tiene que ser la “puerta de entrada al sistema que utiliza el resto de la población, es decir, la Atención Primaria, y no otros como pueden ser las Urgencias, servicio al que pueden asistir, incluso, aquellos inmigrantes que no tienen legalizados sus papeles de residencia.
Lo idóneo, como señaló al respecto el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, el doctor Luis Aguilera, “es prestar una atención integral pero integrada en el sistema sanitario, a través de los centros de salud, espacios donde se lleva a cabo la Atención Primaria”.
En este sentido, uno de los objetivos del Ministerio de Sanidad y de su Dirección General de Salud Pública es intentar disminuir las desigualdades en salud. Desde 2007, dispone de un Plan de Ciudadanía e Integración dirigido en algunos apartados a la población inmigrante. Se aborda en dicho plan desde su acceso al sistema sanitario en equidad e igualdad a la población autóctona, y por la necesidad de tener un mayor conocimiento de cuáles son los procesos o enfermedades que padece esta población, cuáles son las limitaciones a esos accesos, etc.
Durante la jornada se dedicó, asimismo, un espacio al siempre controvertido tema de la vacunación. Para hablar del mismo se contó con la participación del doctor Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, quien se mostró reacio a la creación de programas específicos de vacunación para población foránea.
Precisamente, el doctor Gil recordó que uno de los programas que con mayor rigidez se suele llevar a cabo en ciertos países menos favorecidos es el de vacunación, es por ello que sus calendarios contienen diferencias poco significativas con respecto a los que se manejan en los países más desarrollados. No obstante, puede suceder, como reconoció, que el estado vacunal de una persona que haya emigrado a nuestro país sea deficiente. En ese caso, lo que propuso fue “estudiar la situación y, de cualquier forma, completar el tipo de vacunas que se requiera, y evitar en lo posible la repetición de las mismas”.
El profesor Gil abogó por estructurar un calendario para adultos similar al de los niños, y puso el ejemplo de Murcia, región que lidera, a su juicio, el programa vacunal del cual ha hecho una adaptación a todas las lenguas posibles.
Dentro del terreno hospitalario se explicaron algunas experiencias puestas en marcha, como la llevada a cabo en la Unidad de Medicina Tropical del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, en forma de programa de educación para la salud, “nuevos ciudadanos, nuevos pacientes”, a través del cual se forma e informa a colectivos de inmigrantes sobre algunas de las patologías más prevalentes en su entorno como el sida, la enfermedad de Chagas, la tuberculosis y algunos tipos de ETS. La finalidad es que estas personas tomen conciencia de la importancia de la salud y aprendan a prevenir la enfermedad, puesto que en muchas ocasiones les preocupa más su situación de residencia en un país desarrollado que su propia salud.