Un nuevo estudio que analiza los factores de riesgo y el exceso de muertes en los consumidores de heroína o cocaína admitidos a tratamiento en España, ha evidenciado que gran parte de las muertes relacionadas con la cocaína no se certifican adecuadamente
Madrid, 7 de febrero de 2014 (medicosypacientes.com/SINC)
Un estudio publicado en el Journal of Substance Abuse Treatment, que analiza los factores de riesgo y el exceso de muertes en los consumidores de heroína o cocaína admitidos a tratamiento en España, revela que la tasa de mortalidad en los que consumen cocaína y heroína es 14,3 veces más alta que en la población general, mientras que en los que solo consumen cocaína es 5,1 veces mayor.
Sin embargo, según explica el investigador del Instituto de Salud Carlos III de Madrid y uno de los autores del estudio, Gregorio Barrio, “en los datos anotados en el certificado de defunción no suele aparecer ninguna referencia a esta sustancia”.
Esto sucede, según Barrio, porque a menudo la causa inmediata de estas muertes es un problema de salud inespecífico, como infarto de miocardio o suicidio, que puede estar provocado por causas muy diferentes a la cocaína o por varios motivos concurrentes.
“Además, cuando en la eventual investigación forense y toxicológica se encuentran evidencias de consumo de cocaína antes de la muerte, generalmente la causa certificada inicialmente no se corrige, por lo que pasa a las estadísticas de mortalidad sin el apellido “cocaína”, añade el investigador.
Ante la dificultad de cuantificar directamente las muertes relacionadas con cocaína a partir de las estadísticas generales de mortalidad, los investigadores compararon la tasa de mortalidad en un grupo de consumidores de heroína o cocaína con la de la población general de la misma edad y sexo.
Para su estudio se captaron dos grupos de usuarios de cocaína, uno de 8.825 personas que consumían también heroína, y otro de 11.905 personas que no tomaban esta última sustancia.
Todos los participantes fueron admitidos a tratamiento por abuso o dependencia de drogas psicoactivas en las ciudades de Madrid o Barcelona entre 1997 y 2007, tenían entre 15 y 49 años en el momento de la captación y fueron cruzados con el registro general de mortalidad del período 1997-2008 para observar su estado vital.
La sobremortalidad ?cociente de tasas de mortalidad ajustadas entre participantes y población general? fue considerable en ambos grupos de participantes. De hecho, la tasa de mortalidad de los que consumía también heroína fue 14,3 veces más alta que la de la población general, mientras que la de los que no consumía esta sustancia fue 5,1 veces más alta.
Los resultados revelan además que los hombres tuvieron un mayor riesgo de muerte que las mujeres entre los que consumían también heroína (1,5 veces), mientras que no se encontraron diferencias según sexo entre los que no consumían dicha sustancia.
Los autores afirman que el exceso de mortalidad encontrado está dentro del rango de los resultados publicados previamente en otros países (4?12 veces más).
A parte del uso de heroína, se identificaron otros factores asociados con un mayor riesgo de muerte, como carecer de empleo regular, usar drogas por vía inyectada o tomar cocaína diariamente.
“Este exceso de mortalidad podría deberse al consumo de cocaína o heroína, pero también a otros factores cuya distribución puede ser diferente en la población general y en los participantes, como los trastornos mentales, rasgos de personalidad, condiciones sociales, etc.”, sostiene Barrio.
Otro hallazgo interesante fue que el exceso de mortalidad con respecto a la población general de su misma edad y sexo fue significativamente mayor en las mujeres que en los hombres, especialmente entre los que consumían cocaína pero no heroína (8,6 veces en mujeres frente a 3,5 veces en hombres).
“Estos datos no significan que las consumidoras de cocaína tengan un riesgo de muerte significativamente más alto que sus colegas varones, sino que el aumento relativo del riesgo de las consumidoras de cocaína con respecto a las mujeres de la población general de su misma edad (que tienen un riesgo de muerte muy bajo) es más elevado que el incremento relativo de los consumidores con respecto a los hombres de la población general”, puntualiza el investigador.
Para los autores, las conclusiones de este trabajo son relevantes porque permitirán obtener mejores estimaciones de la mortalidad atribuible a cocaína y ponen de manifiesto que es necesario intensificar las intervenciones para reducir su consumo y los daños asociados al mismo.