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Galo Sánchez: “El médico como placebo, ventajas e inconvenientes”

El efecto placebo del médico general es el poder del profesional para que mejore el paciente. Es uno de los más importantes factores en la consulta, aunque es olvidado muchas veces, no reconocido o no aprendido, según se refleja en este resumen de un trabajo publicado, recientemente, en www.evalmed.es, bajo el título “El médico como placebo, ventajas e inconvenientes”

Cáceres, 24 de febrero 2015 (medicosypacientes.com)

“El médico como placebo, ventajas e inconvenientes”

Galo Sánchez, farmacéutico de A.P.

En 1987, Kate Thomas, de la Universidad de Southampton, realizó un estudio clínico para averiguar si la actitud del médico es un componente esencial del efecto placebo, más allá de la administración de un comprimido o de la realización de una cirugía ficticia(1).

Teniendo en cuenta que en el 40-60% de los pacientes que acuden a consultorios de medicina general ordinaria, no podría hacerse un diagnóstico firme, se pretendió hacer un estudio clínico sobre este sector. Los pacientes elegibles incluían a los que se presentaban a la consulta con síntomas y sin signos anormales, en los cuales no se podía hacer un diagnóstico definitivo. Las características sociodemográficas y de personalidad no difirieron entre éstos y los otros pacientes no elegibles, que sí pudieron obtener un diagnóstico definitivo.

La muestra se constituyó con los 200 primeros pacientes con síntomas y sin diagnóstico definitivo que fueron vistos por un médico de las 59 consultas de medicina general. Y éstos fueron aleatoriamente asignados a un grupo de consulta positiva u otro de consulta negativa:

En las consultas positivas al paciente se le dio un diagnóstico firme y se le dijo con confianza que estaría mejor en unos pocos días. Y dentro de este grupo se les asignó asimismo aleatoriamente a recibir o no la prescripción un medicamento placebo, que consistía en 3 mg de Vitamina B1. A los que recibían la prescripción del placebo se les decía que ciertamente les mejoraría, y a los que no recibían la prescripción del placebo se les decía que no requerían ninguna medicación.

Las consultas negativas consistieron en no dar ninguna garantía firme. El médico decía al paciente: “No puedo estar seguro de qué es lo que le pasa”. Si pertenecía al subgrupo de NO medicamento placebo, añadía: “Por tanto no le daré ningún medicamento”. Y si pertenecía al subgrupo de SI medicamento placebo, añadía: “No estoy seguro de que el medicamento que voy a dar a usted tenga efecto.” Las consultas negativas terminaban comunicando al paciente que volviera al médico si no mejoraba en unos días.

Cuando el paciente volvió a la sala de espera, el recepcionista le pidió rellenara un cuestionario de satisfacción con la atención. Y, dos semanas después, cada médico envió una tarjeta a sus pacientes preguntando: 1) ¿Ha mejorado usted?; 2) ¿Cuántos días después de verme pasaron hasta que usted ha mejorado?; 3) ¿Requiere usted algún tratamiento adicional?

Aparte de que hubo significativamente más pacientes con satisfacción alta o moderada en el grupo de consulta positiva, los resultados mostraron que hubo una diferencia estadísticamente significativa a favor de los 64/100 (64%) pacientes que mejoran del grupo “consulta positiva” frente a los 39/100 (39%) del grupo “consulta negativa”. Pero esto no estuvo influido por el medicamento placebo, pues al analizar los datos sobre esta variable se vio que no hubo una diferencia estadísticamente significativa entre los 53/100 (53%) pacientes que mejoran del grupo “añadiendo medicamento placebo” frente a los 50/100 (50%) del grupo “sin añadir medicamento placebo.

Al terminar el estudio, la autora expresó así las “ventajas de saberse placebo”: El efecto placebo del médico general es el poder del médico para que mejore el paciente. Es uno de los más importantes factores en la consulta, aunque es olvidado muchas veces, no reconocido o no aprendido. Una mejor apreciación de este poder podría cambiar las actuaciones en la consulta y podría resultar en fabricar menos enfermedades, prescribir menos medicación si se comprende mejor al paciente en su motivo de consulta.

Pero no fue hasta siete años después cuando ella misma expuso los “inconvenientes de no saberse placebo”, para lo cual tenemos que recordar lo fácilmente que puede incurrirse en “la errónea atribución de la causalidad” y en “la ilusión del control”.

El hecho A es causa del hecho B sólo cuando: Si es A, entonces es B

Sin embargo, la mente humana tiene una irrefrenable tendencia a atribuir causalidad entre hechos que están asociados estadísticamente, sin que uno sea causa del otro, de las dos siguientes formas:

1) A y B comparten una causa común C, pero A no es causa de B, ni B es causa de A

2) A y B están asociadas por azar (coincidencia)

Uno de los errores en la atribución de la causalidad en la clínica es la falacia post hoc:

Vino a mi consulta con síntomas y le hice un diagnóstico (y/o le prescribí medicinas).

Ahora está mejor, luego mi diagnóstico (y/o mis medicinas) son la causa de su mejoría.

Si el médico no es consciente de que “su consulta positiva” puede actuar como placebo en 1 de cada 4 individuos con síntomas y sin signos, incurrirá en un sesgo de confirmación, atribuyendo erróneamente a su diagnóstico y/o sus medicinas la causa de la mejoría. Este error de atribución es el origen de la superstición.

El resumen completo puede verse en evalmed.es, pestaña VARIOS, pero también puede accederse directamente en: http://evalmedicamento.weebly.com/varios/el-medico-como-placebo-ventajas-e-inconvenientes

Notas:

Thomas KB. General practice consultations: is there any point in being positive? Br Med J (Clin Res Ed). 1987 May 9;294(6581):1200-2.

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