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Expertos instan a los Gobiernos de la UE a reconocer el dolor crónico como enfermedad

Más de 400 profesionales de 35 países europeos se reunieron, recientemente, en Dinamarca para sensibilizar sobre el impacto social del dolor, intercambiar las mejores prácticas y fomentar proyectos europeos y nacionales en políticas de atención al dolor. Sus aportaciones han sido recogidas en el informe «Proceso de reflexión sobre las enfermedades crónicas en la UE: El papel del dolor crónico», en el que se pide expresamente a los Gobiernos de la UE que este tipo de dolor sea considerado como una enfermedad en sí

Madrid, 4 de junio 2012 (medicosypacientes.com)

El dolor crónico es frecuente en aquellos pacientes que ya tienen una o más de una enfermedad crónica. En particular, en la población de edad más avanzada, se muestra una estrecha relación entre el aumento de la edad y la prevalencia del dolor crónico. Los costes que se derivan de esta condición tan prevalente son significativos y elevados para nuestros sistemas nacionales de salud. Todos estos aspectos han sido tenidos en cuenta por más de 400 profesionales de 35 países europeos, que se han reunido en Dinamarca para sensibilizar sobre el impacto social del dolor, intercambiar las mejores prácticas y fomentar proyectos europeos y nacionales en políticas de atención al dolor. Sus aportaciones han sido recogidas en el informe «Proceso de reflexión sobre las enfermedades crónicas en la UE: El papel del dolor crónico», que revela que el impacto global del dolor es elevado, medido en términos de prevalencia y costes, presentado en el III Simposio Europeo sobre “El Impacto Social del Dolor”, celebrado recientemente en Copenhague, en el que se defiende claramente la necesidad de que el dolor crónico sea reconocido como una enfermedad en sí por parte de las instituciones gubernamentales de la UE y los gobiernos de los Estados miembros.

Las conclusiones de dicho documento, que corroboran, entre otros aspectos que el impacto global del dolor es elevado, medido en términos de prevalencia y costes, fueron apoyadas por la representante danesa del Parlamento Europeo, Anna Rosbach, quien manifestó ser consciente de la carga que supone “El dolor crónico es una carga para millones de personas en Europa, porque a menudo no es considerado una enfermedad por la sociedad y los sistemas de atención sanitaria. Esto debe cambiar. Se debe prestar mayor atención y cuidado al dolor crónico que al dolor temporal”.

Además, el responsable de Política Sanitaria de la Cámara de Comercio danesa, Martin K. Pedersen, dio su punto de vista al repsecto desde una perspectiva económica: “En una situación donde todo el mundo está hablando de retención de personal, parece obvio comenzar con el dolor crónico: el impacto económico del dolor es mayor que el de la mayoría de otras condiciones de salud; en Dinamarca se ha estimado que se pierde anualmente 1 millón de días de trabajo a causa del dolor crónico, y en Suiza se ha indicado que la pérdida de productividad debido a la baja por enfermedad como resultado del dolor crónico constituye el 91% de los costes socioeconómicos de 9.200 millones de euros asociados con este problema.  Se ha demostrado que las probabilidades de abandonar un puesto de trabajo a causa de una enfermedad, son siete veces mayor entre las personas con problemas de dolor crónico que entre las personas que no lo padecen”.

Por su parte, el Dr. Marco Spizzichino, jefe de la Oficina de Cuidados Paliativos y Terapia del Dolor Uff. XI, Ministerio de Sanidad italiano, institución que ofreció su patrocinio al evento, expuso su ejemplo de implantación de políticas dirigidas a atender el dolor: la “Ley 38”: “Tratar el dolor de forma adecuada es un deber de todo médico; no sufrir es un derecho de todo paciente: la Ley 38 de marzo de 2010 protege a los ciudadanos italianos, asegurando un acceso razonable a una adecuada atención y tratamiento. Ahora, dos años después de la puesta en marcha de esta medida, los resultados son alentadores. No obstante, se necesita aún un fuerte compromiso de parte de todos los agentes implicados, para que todos los ciudadanos residentes en Italia puedan beneficiarse de una asistencia de calidad”.

Antón Herreros, director de la Fundación para la Investigación en Salud (FUINSA), habló durante el simposio de la Plataforma SinDOLOR, un proyecto conjunto de FUINSA y la Fundación Grünenthal, que lleva desarrollando su labor durante los últimos cinco años con el objetivo de concienciar y sensibilizar sobre la importancia del dolor, actuando como núcleo coordinador de actividades que se realicen sobre este grave problema sanitario.

El documento íntegro, en inglés,»Proceso de reflexión sobre las enfermedades crónicas en la UE: El papel del dolor crónico», se puede consultar a pie de página

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