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Entrevista con el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el doctor Julio Zarco

«Existe una desesctructuración en el manejo del proceso sanitario y una falta de garantía en la continuidad de los cuidados que se hace más acuciante en los pacientes crónicos»

Los pacientes crónicos utilizan indistintamente tanto el primer nivel asistencial como el especializado sin perder de vista que es el grupo que más recursos socio-sanitarios consumen y los que mayores esfuerzos requieren por parte de las organizaciones sanitarias. Bajo este escenario que testifica el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) va emergiendo el futuro ciudadano que solicitará cada vez más atención sanitaria, un paciente pluripatológico como consecuencia del envejecimiento de la población, pero también, como subraya el doctor Zarco, «fruto del fracaso de las políticas de prevención y promoción de la salud». A ello habrá de enfrentarse un colectivo médico que adolece, a su juicio, de objetivos claros y de rumbo fijo

Madrid, 20 de enero 2010 (medicosypacientes.com)

El Dr. Julio Zarco,
presidente de SEMERGEN.

-¿Cree que la respuesta asistencial que el sistema sanitario está dando al paciente, sobre todo al crónico, está enfocada, hoy por hoy, a procesos integrados y trayectorias pluripatológicas?

-Claramente no. Después de casi 25 años de desarrollo de la LGS (1986) seguimos teniendo un Sistema Sanitario fragmentado y compartimentalizado en dos ámbitos: la Atención Primaria (AP) y la Hospitalaria. Esto ocasiona una desestructuración en el manejo del proceso sanitario, y una falta de garantía en la continuidad de los cuidados. Hecho que se hace más acuciante en los pacientes crónicos, que utilizan indistintamente uno u otro ámbito.

-¿Observa que entre los médicos que representa se concede más prestigio a la tecnología, a lo molecular en detrimento de lo profesional?

-Socialmente tiene una mayor aceptación y una mejor prensa la tecnología que el propio ejercicio profesional ?senso stricto?. Esto es debido a que la tecnología va asociada, a mayor capacidad de resolución de problemas; y la AP aún carece de las herramientas adecuadas para garantizar la resolución de todos sus problemas; pese a que lo hace en un alto porcentaje de los casos. Aunque esta es la idea socialmente aceptada, a nivel profesional, también se percibe y vive con recelo y cierta ?envidia? la tecnología hospitalaria; pese a ello, los profesionales de AP gozan del respeto y cariño de los pacientes, y en ello se basa el prestigio de este ámbito asistencial.

-¿Piensa que los profesionales están influidos por el victimismo, y que es lógico echar toda la culpa de sus males al empleador?

-Sin lugar a dudas la AP ha vivido un profundo proceso de socialización y de funcionarización del ejercicio profesional, que ha conllevado un anquilosamiento y rigidez de dicho ejercicio. Esto, añadido a un techo profesional, y a una ausencia absoluta de Desarrollo Profesional, ha abocado a la frustración, la indefensión y el victimismo. El ser humano siempre tiende a culpabilizar a los ?otros?, y en este caso, el empleador es el objeto de nuestra insatisfacción, como responsable último de los motivos que la justifican.

-En su opinión, ¿disfrutan realmente los médicos hoy haciendo Medicina?

-Los motivos antes expuestos, junto a la imposibilidad de desplegar todos sus niveles competenciales, la falta de acceso a pruebas complementaria, las dificultades de coordinación con el ámbito hospitalario, la falta de tiempo para resolver todas las actividades que le son propias, incluyendo la investigación, y las pésimas condiciones laborales y remunerativas, hacen difícil que el médico de AP disfrute plenamente de su labor.

-La inercia del profesional resta potencia para llevar a cabo un cambio profundo de roles profesionales, que se precisa, ¿está de acuerdo?

-La inercia del profesional viene dada por ese potente proceso de funcionarización al que se ha sometido; por ello, además de los demás puntos señalados anteriormente, la profesión ha perdido sus señas de identidad, gracias a una devaluación de los valores profesionales y a una formación pre y postgrado, que no ha sabido transmitir los verdaderos y auténticos valores del ejercicio médico.

-La actitud del político, sanitario o no, ¿empeora la situación?

-Los políticos tienen visiones ?cortoplacistas?, con horizontes temporales de 4 años, además de existir un gran desconocimiento del sector sanitario por su parte, y una falta de voluntad política sincera a la hora de abordar los verdaderos problemas socio-sanitarios. Los ritmos políticos y la idiosincrasia de éstos, poco tienen que ver con los de los profesionales.

-La principal víctima de este ?maremagnum? sigue siendo el paciente, más que el profesional, o, tal vez, la relación médico-paciente, donde recalan los resultados de todo este tipo de acciones,?

-El ciudadano tiene una escasa participación en la toma de decisiones socio-sanitarias. Entre otras causas está motivado por el hecho de que el tejido social no está suficientemente vertebrado para abordar los procesos de promoción y educación para la salud, que es lo que de una forma más generalizada se podría asociar a una ?cultura de la salud?. El ciudadano sigue teniendo una actitud dependiente del Estado y de los políticos de turno, generando una relación médico-paciente o médico-ciudadano paternalista. El verdadero protagonista de la sociedad no es el político, sino el ciudadano, que a través de la vertebración de movimientos asociativos, es capaz de decidir, de manera autónoma y dependiente lo que necesita y lo que quiere.

-Hay nuevas tendencias, nuevas posibilidades, como, por ejemplo, como propugnan ciertos expertos, ?las organizaciones sanitarias integradas?, estrategias compartidas entre ciencia, medicina y sanidad enfocadas a la atención a la cronicidad, ¿tiene conocimiento de ello?

-Sí, existen muchas posibilidades y diversos modelos organizativos. Dentro del abordaje de los pacientes crónicos, que al fin y al cabo son los que más recursos socio-sanitarios consumen y los que más esfuerzo necesitan por parte de las organizaciones sanitarias, existen varios planteamientos, como el modelo Wagner. Se trata de un modelo global, basado en la obtención de resultados clínicos y funcionales. Un segundo modelo más avanzado, es el denominado Kaiser permanente. En éste, se estratifica la población en 3 niveles, dependiendo de su complejidad y, para cada nivel, diseñan un modelo distinto de prestación sanitaria.

-Un consejero de Sanidad, el del País Vasco, está tratando de implantar y de extender en su sistema de salud un nuevo modelo de atención basado en el paciente crónico ¿considera que puede dar resultado ante la sostenibilidad del sistema y el rearme moral de nuestros profesionales?

-Precisamente el Dr. Rafael Bengoa, actual Consejero de Sanidad del País Vasco, que ocupó la Dirección de Sistemas de Salud de la OMS, es un importante experto en los modelos señalados. El futuro ciudadano que solicitará cada vez más nuestra atención sanitaria será un paciente con cada vez más pluripatología, lo que demuestra, además de un envejecimiento de la población, un fracaso de las políticas de prevención y promoción de la salud. La pandemia de enfermedades crónicas se debe, como se ha comentado, en parte al envejecimiento de la población, pero también a la evolución en los hábitos de vida. Por este motivo, en la gestión de las enfermedades crónicas es de vital importancia el conocimiento continuo de la enfermedad. Sin lugar a dudas, modelos como el de Kaiser permanente, no sólo facilitan una organización integrada, donde se estratifica el riesgo, sino que, además, da cobertura a la prevención, tratamiento y cuidados dentro de una práctica clínica de multi-especialidades, donde se diluyen la división de niveles, facilitándose una mayor sostenibilidad del Sistema, una mayor autonomía profesional, unida a una mejor coordinación.

-En países como el Reino Unido hay un interés creciente por la mejora de la calidad de la atención a los pacientes crónicos. Al parecer, son tres los factores que han influido para dar prioridad en este tema: incremento de las enfermedades crónicas, (giro en los indicadores de la morbilidad); la percepción de que hay que mejorar en la asistencia a este tipo de enfermos; y el sacar adelante el establecimiento de objetivos, en este sentido. ¿Está España preparada para reaccionar de una forma similar?

-Un Sistema Nacional de Salud como el español debe poseer suficiente flexibilidad para dar respuesta a los requerimientos y necesidades del medio. Nuestro SNS es un sistema ágil y adaptativo, no así los profesionales que lo integran. El primer nivel asistencial está muy anclado en un modelo funcional troquelado conceptual e ideológicamente en un inmovilismo dependiente del contratador. En este panorama, se contempla la ausencia de decisiones de opinión en el sector, además de tener un sector profesional invertebrado, sin objetivos claros y sin rumbo fijo. Las organizaciones profesionales sanitarias, en especial las médicas, han diluido los valores profesionales a merced de un seguidismo administrativo y funcional. Es difícil una readaptación del modelo organizativo asistencial, si no acontecen profundos cambios en el sector profesional para dotar a estas instituciones de prestigio coherencia, ética, independencia y nivel adecuados.

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