Acudir al hospital para ser atentido por un ataque al corazón durante las noches, los fines de semana y los días festivos aumenta un 13 por ciento el riesgo de muerte en comparación con las personas que van en un horario dentro de la jornada laboral, según un nuevo estudio publicado en “Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes”
Cada año, más de 250.000 personas experimentan un infarto de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI, por sus siglas en inglés), el tipo más grave de ataque al corazón causado por una obstrucción completa del flujo de sangre al corazón. Para evitar la muerte, es fundamental restablecer el flujo de sangre lo más rápido posible abriendo quirúrgicamente el vaso bloqueado o administrando medicamentos para disolver los coágulos intravenosos.
“Un menor tiempo de puerta-balón [el periodo comprendido entre la llegada del paciente al hospital hasta que se abre el bloqueo mediante angioplastia] para las personas que acuden al hospital fuera de hora se debe probablemente a la dotación de personal, explica el autor principal de un nuevo estudio publicado en “Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes”, Jorge Saucedo, jefe de Cardiología y codirector del Instituto Cardiovascular del Sistema de Salud de la Universidad Northshore en Evanston, Illinois, Estados Unidos. “En medio de la noche, el laboratorio de cateterización del hospital donde se realizan la angioplastia y otros procedimientos para abrir las arterias se cierra”, añade.
“Cuando un paciente de un ataque al corazón llega al servicio de urgencias a la una de la madrugada, el personal de emergencia activa los localizadores. Los médicos deben conducir hasta el hospital y poner en marcha las herramientas de cateterismo en el laboratorio y, para ello, se necesita tiempo”, describe.
Los investigadores de este estudio compararon la atención recibida y la supervivencia de 27.270 pacientes con STEMI que llegaron fuera de hora frente a 15.972 pacientes con STEMI que acudieron a urgencias durante una jornada laboral normal entre enero de 2007 y septiembre de 2010 en 447 hospitales de Estados Unidos.
Los pacientes que acudieron a la sala de emergencia durante las horas regulares de días de trabajo tuvieron un tiempo medio de puerta-balón de 56 minutos, en comparación de los 72 minutos que transcurrieron en el caso de los pacientes que llegaron durante la noche, los fines de semana y los días festivos.
Las directrices de la Asociación Americana del Corazón sobre el tratamiento de pacientes con STEMI recomiendan realizar una angioplastia en 90 minutos o menos. Durante la angioplastia, se inserta un catéter en el corazón con un balón desinflado en la punta y, a continuación, se infla el globo en la arteria donde el flujo de sangre se ha reducido o bloqueado y, después, los médicos pueden implantar un tubo de malla llamado “stent” para mantener la arteria abierta.
Los investigadores vieron que la administración de aspirina durante las primeras 24 horas fue de casi del 99 por ciento, independientemente del momento en el que el paciente llegó al hospital. No hubo diferencias importantes en el tiempo en el que se realizó el electrocardiograma (ECG), un examen de imagen mediante el cual se ve la función eléctrica del corazón.
La hora de llegada al hospital no mostró una diferencia importante en la puerta-balón para la administración de medicamentos con el fin de disolver coágulos intravenosos. Casi el 88 por ciento de los pacientes que acudió en horas regulares entre semana fue tratado con angioplastia dentro de los 90 minutos recomendados por la Asociación Americana del Corazón frente al 79 por ciento de los que llegó fuera de hora.