Según los resultados de un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’
Madrid, 18 marzo 2010 (Reuters/EP)
Un equipo de científicos del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos, han conseguido detectar mediante técnicas de imagen la presencia de una proteína propia de la enfermedad de Alzheimer en personas sanas pero con antecedentes familiares de esta enfermedad mental, lo que puede ayudar a su diagnóstico precoz, según los resultados de un estudio publicados en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS).
Estos investigadores utilizaron tomografías por emisión de positrones (PET) para analizar el cerebro de 42 personas de una media de 65 años que presentaban un desarrollo normal del cerebro. En estas pruebas, añadieron un agente radiactivo llamado ‘Compuesto Pittsburgh B’, que ayuda a distinguir la acumulación de las proteínas beta amiloides, propias del mal de Alzheimer.
Tras esta prueba, dividieron a estos pacientes en tres grupos de 14 pacientes en función de si contaban con antecedentes familiares de esta enfermedad en alguno de sus progenitores o no. De este modo, comprobaron que las imágenes de todos estos pacientes mostraban que aquellos cuyos progenitores –ya sea madres o padres– sufrieron el trastorno eran mucho más propensos a tener placas amiloides en sus cerebros, sobre todo cuando lo habían sufrido las madres.
Según precisó Lisa Moscone, autores de la investigación, “tienen alrededor de un 20 por ciento más de depósitos de beta amiloide en sus cerebros. Un riesgo cuatro veces mayor”, confirmándose así otros estudios que sugirieron que tener una madre con Alzheimer podría conllevar un importante factor de riesgo.
“Parece que si se tiene un antecedente materno de la enfermedad de Alzheimer, el riesgo de placa beta amiloide y de reducción de la actividad cerebral es mucho mayor, en comparación con tener un padre afectado”, señaló Moscone.
Con estos datos, los investigadores aseguran que se pueden conseguir nuevos métodos para identificar a personas con más probabilidad de desarrollar Alzheimer “aún con tiempo de poder hacer algo”, por lo que el siguiente paso es seguir a las personas que participaron en el estudio para ver si desarrollan demencia.