La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, participó ayer miércoles en un almuerzo-coloquio en el Club Siglo XXI durante el cual abordó algunas de las cuestiones más candentes para el sector sanitario, en estos momentos. Aspectos como el bloqueo de la propuesta de directiva sobre asistencia sanitaria transfronteriza, la situación en torno a la gripe A, el copago y la sostenibilidad del sistema sanitario y, fundamentalmente, el pacto por la Sanidad fueron los más consultadas por los asistentes a este acto, entre los que se encontraban el presidente y el secretario general de la OMC, los doctores Rodríguez Sendín y Romero Agüit, respectivamente
Madrid, 3 de diciembre 2009 (medicosypacientes.com)
La ministra de Sanidad,
en el Club Siglo XXI.
Una de las principales cuestiones abordadas por la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, durante su intervención en el almuerzo-coloquio organizado en torno a su figura como máxima responsable de la Sanidad española, fue el del pacto por la Sanidad. Lo que avanzó Jiménez, al respecto, fue que, en estos momentos, hay redactadas alrededor de 100 propuestas, a modo de borrador, de contenido básicamente técnico, las cuales van a ser estudiadas tanto por su Departamento como por los correspondientes consejeros del ramo para posteriormente hacer las aportaciones definitivas y elevarlas a la entidad de acuerdo político.
“Es entonces -añadió la titular de Sanidad- cuando podremos hablar de medidas, de decisiones y de acuerdo concreto, que vamos a sacar con éxito”, tal como expresó convencida. “Estamos abordando cuestiones de mucha envergadura y transcendencia,que van a tener un importante efecto sobre la sostenibilidad y sobre la calidad asistencial que es lo que más me preocupa”, según aseguró. Ante estos trabajos, solicitó paciencia y solvencia, porque como subrayó, “no se trata de obtener un mero documento sino un auténtico pacto por la Sanidad”.
La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, aseguró, por otra parte, que el Sistema Nacional de Salud (SNS) “no tiene ningún problema de sostenibilidad, sino de escasez presupuestaria”. Como recordó, España gasta poco y es el segundo país de la Unión Europea que menos presupuesto dedica a la sanidad. El problema, insistió, es el “bajo presupuesto, escaso cada año, que se destina a esta materia”.
De cualquier forma, manifestó su oposición frontal a un sistema de copago. “Como ministra de Sanidad del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, me opongo al copago”, aseveró la ministra durante su intervención, rechazando esta medida paliativa frente al déficit del SNS”. Concretó, en este sentido, estar en contra de fijar un precio previo a cualquier prestación sanitaria para reducir dicho déficit y, así, de paso, disuadir la demanda asistencial, ya que, en su opinión, esta medida puede afectar a los ciudadanos más desfavorecidos y “provocar mayores problemas sanitarios”. “Hay que dejar a los ciudadanos que libremente decidan si deben o no hacer uso de un servicio sanitario”, según subrayó.
El presidente y el secretario general de la OMC
acudieron a la conferencia de la ministra.
Vacunación de la gripe A
Por otra parte, La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, calculó que ya hay “algo más” de un millón de personas que se han vacunado en España frente al virus de la gripe A (H1N1) desde el inicio de la vacunación, el pasado 16 de noviembre, mientras que en el conjunto de la UE, la cifra asciende a cinco millones. En este sentido, destacó que la vacuna está siendo demandada, sobre todo, por el grupo de riesgo de pacientes crónicos.
De cualquier forma, solicitó un margen mayor de tiempo, de unas ocho semanas más, para hacer un balance más detallado de la estrategia de vacunación que se ha diseñado frente a esta patología.
Directiva de servicios sanitarios
transfronterizos
En otro momento de su intervención, Trinidad Jiménez se detuvo a explicar las peculiaridades del bloqueo a la propuesta de Directiva europea de asistencia sanitaria transfronteriza que, como informó “Medicosypacientes” (en su edición 2-12-09) fue bloqueada por un grupo minoritario de Estados miembros entre los que se encontraba España. Pese a lo cual como ha subrayado la ministra, “España no se aparta de la existencia de una directiva de servicios sanitarios a nivel europeo, siempre y cuando contemple la Sanidad como un servicio público que busque incrementar cada día la calidad, la cohesión y la equidad, además de que aporte calidad y seguridad a los pacientes”.
Como señaló la máxima responsable sanitaria, “el texto que se nos había presentado durante las últimas presidencias: la checa y la francesa y la última, la sueca no coincidía en absoluto con la idea que España tiene y defiende sobre el modelo sanitario que debe haber en Europa”. ?Desde nuestro punto de vista, -añadió- una prestación sanitaria tiene que tener la consideración de servicio público. Además, entendemos que cualquier servicio médico tiene que estar previamente prescrito por un profesional de la Sanidad, que es el más indicado para conocer no sólo las circunstancias de cada paciente sino también los tratamientos más adecuados, así como sus alternativas?.
Por otra parte, resulta fundamental para Jiménez que los proveedores que pudieran hacerse cargo de esa prestación sanitaria fueran centros relacionados con el sistema público de salud o concertados, en el caso de que el establecimiento sanitario fuera privado, todo con el fin de que haya el máximo control de calidad de prestación del servicio.
Alguna otra propuesta realizada por la presidencia sueca también entraba en colisión con el modelo sanitario español como es, según la ministra, “que la persona que tuviera que elegir la prestación estaba obligada a desembolsar en un principio su pago, para después obtener el reembolso por parte del sistema público”. Ello significa, en su opinión, que “sólo aquellas personas con una capacidad económica considerable tendrían la posibilidad de desplazarse, escoger el lugar donde quiere ser intervenido y el profesional que le va a intervenir, todo ello sin asesoramiento, sin autorización y sin control por parte del sistema público del país de origen”.
En definitiva, como resumió, “temíamos en España por que se fueran a crear dos sistemas paralelos, uno sostenido por el sistema público y otro el ideado por la directiva pensado sólo para personas con un alto nivel adquisitivo, es decir, no más del uno por ciento de la población europea”.