El Foro Iberoamericano de Entidades Médicas (FIEM) ha pedido en el marco de su VIII Encuentro, celebrado en Santiago de Compostela, cooperación internacional para hacer frente a lo que considera como “delitos más horrendos y, a la vez, más frecuentes y lucrativos de este siglo XXI” como es la trata de seres humanos y el tráfico de órganos
Santiago de Compostela, 10 de junio 2015 (medicosypacientes.com)
El Foro Iberoamericano de Entidades Médicas (FIEM) ha pedido en el marco de su VIII Encuentro, celebrado en Santiago de Compostela, cooperación internacional para hacer frente a los que considera como “delitos horrendos y, a la vez, más frecuentes y lucrativos de este siglo XXI” como es la trata de seres humanos y el tráfico de órganos.
Según los datos ofrecidos en este encuentro, en el que participaron 15 delegaciones de países de ambos lados del Atlántico, unos 2 millones de personas son víctimas del tráfico ilegal anualmente , sin considerar los seres humanos que pueden ser víctimas dentro de su propio país.
Asimismo, como se puso de manifiesto en una de las mesas redondas de este encuentro celebrado en Santiago de Compostela, la extracción ilegal de órganos es la segunda causa que motiva la trata de personas en algunos países iberoamericanos. Pese a no disponerse de datos estadísticos sobre esta terrible problemática, se confirma la existencia de comercio ilegal de órganos con “ofertas púbicas de compra y venta de los mismos”.
La Medicina, a nivel institucional, como se indicó, en el transcurso de esta mesa, no ha tenido dudas en dar una respuesta negativa a la cuestión sobre la validez ética de la compra venta de órganos. De tal modo que, según se subrayó “los profesionales médicos que estén involucrados en éstas prácticas ilegales y totalmente rechazables no solo deben ser juzgados por los tribunales disciplinarios y de ética, sino que se les debe aplicar todo el rigor de la justicia”.
En línea con lo anterior, tal como se indicó, muchas corporaciones colegiales médicas integradas en el FIEM disponen de un reglamento que regula todo un proceso disciplinario ante la Fiscalía y ante el Tribunal de Ética Médica, para actuar aún de oficio contra aquellos médicos que incurran en actos irregulares, como es el caso del tráfico de órganos. “De hallarse culpable, el médico se expone a una suspensión del ejercicio profesional por parte del Colegio ya que se considera una falta gravísima”.
Por otra parte como se destacó, existen medios e instrumentos de lucha para hacer frente a esta lacra, como la de identificación genética que puede tener un papel primordial. Dentro de terreno se encuentra el programa de identificación genética DNA-PROKIDS, con la finalidad de poder obtener una base de datos de ADN de los niños encontrados fuera de su hogar, para compararlos con ADN de los familiares (básicamente madres) que denuncian la desaparición de los menores.
Estos fueron algunos de los aspectos abordados en la mesa “Trata de personas y comercio de órganos” que contó con la participación del Dr. Aníbal Cruz Senzano, secretario general del Colegio de Médicos de Cochabamba, Bolivia, que actuó de moderador, además de los ponentes Prof. Jose A. Lorente, director del Programa DNA-PROKIDS de España; Carlos Antonio Nina Deheza, abogado y asesor internacional del Colegio Médico de Bolivia filial Cochabamba; Rev. Prof. Pablo Requena Meana, de la Asociación Médica del Vaticano; y Julián Solano, abogado del Colegio Médico de Costa Rica.
Una “auténtica pandemia”
Abrió el tema el moderador y secretario del Colegio de Médicos de Cochabamba, el Dr. Anibal Cruz, quien relató la situación que se vive en Bolivia, respecto a esta problemática, donde en 2014 se produjeron 543 denuncias de trata y tráfico de personas. Así, como expuso, el índice de trata y tráfico de personas en Bolivia se incrementó en un 92,2 % en los últimos 10 años, siendo el 70 % de las víctimas son niños, niñas, adolescentes y mujeres jóvenes de 12 a 22 años de edad.
En el plano internacional, según las estadísticas manejadas por el representante de Bolivia, sobresalen Reino Unido 230.000; Alemania 100.000; Canadá 50.992; España 20.000; y Rusia 197.351, víctimas de este tipo de situaciones.
Asímismo, y en base a los datos de la ONU, el Dr. Cruz recordó que el tráfico de seres humanos constituye la segunda actividad ilegal en el ranking de rentabilidad, después del tráfico de drogas.
No obstante, como advirtió el representante boliviano, las estadísticas son sólo una aproximación puesto que, a su juicio, “no existen datos fiables”. Asimismo, y desde su punto de vista, la solución pasa, en parte, por desarrollar una normativa internacional sobre esta problemática y que parta desde las organizaciones, junto con la aplicación de mecanismos de control de la información, de aplicación internacional.
En línea con el anterior ponente, el Prof. Jose A. Lorente, director del Programa DNA-PROKIDS de España, expresó su preocupación por la transformación de este problema en “una auténtica pandemia”, poniendo el acento en que alrededor de un 1,2 millones de niños son anualmente víctimas del tráfico de personas.
Como herramienta para hacer frente en la medida de lo posible a este tipo e situaciones, este experto, expusol las principales características del programa humanitario DNA-PROKIDS (www.dna-prokids.org) que desde la Universidad de Granada está ayudando de modo desinteresado a resolver y prevenir parte de este complejo problema mediante la identificación genética y la reunificación familiar en los casos en que es posible.
El profesor Lorente ofreció algunos datos obtenidos gracias a este programa, tales como la recogida de 9.800 muestras, se han conseguido 675 identificationes positivas; y se han podido evitar, de esta forma, 262 adopciones ilegales.
Este experto expuso, además, algunos de los principales retos en este terreno, entre otros, lograr normativizar los bancos de ADN. En este sentido, puso el ejemplo de Guatemala, único país en el mundo donde hay legislación al respecto.
Otros proyectos de futuro pasan por una mayor sensibilización en esta materia, además de un mayor conocimiento del rol sobre este tipo de situaciones para lo cual se va a llevar a cabo una encuesta, animando a las delegaciones iberoamericanas a colaborar en su cumplimentación. En línea con lo anterior también se aspira a una colaboración con la Asociación Médica Mundial (AMM).
Parte de estos trabajos, como indicó, se englobarían dentro del objetivo de poner en marcha un Observatorio profesional en materia de adopción.
Otro de los intervinientes, Carlos Antonio Nina Deheza, abogado y asesor internacional del Colegio Médico de Bolivia filial Cochabamba, se centró en los pricipales datos a tener en cuenta a la hora de plantearse un tema complejo como es el de la adopción de niños y los riesgos inherentes en caso de irregularidades en este tipo de procesos, exponiendo aspectos relativos a los circuitos de control y verificación en la adopción internacional para prevenir la sustracción, la venta o el tráfico de niños.
El Rev. Prof. Pablo Requena, de la Asociación Médica del Vaticano, explicó que la Medicina, a nivel institucional, “no ha tenido dudas en dar una respuesta negativa a la cuestión sobre la validez ética de la venta de órganos”.
Asimismo, argumentó que las principales razones en contra de la venta de órganos pueden reducirse a dos: la explotación de la persona sin recursos (del sujeto vulnerable); y la mercantilización del cuerpo humano. Si existiera un mercado legal de órganos, abierto a todos, no serían ciertamente los ricos los que venderían sus riñones, sino los pobres. La sociedad no puede permitir esa injusticia. Por otra parte, la mercantilización del cuerpo supondría un cierto modo de volver a la esclavitud.
Finalmente, Julián Solano, abogado del Colegio Médico de Costa Rica, recordó lo que recoge la Carta Iberoamericana de Ética Médica sobre este tema, en la que se señala que “el trasplante de órganos es a veces la única alternativa terapéutica. El médico debe fomentar y promover la donación de órganos, preservando el anonimato del donante. No consentirá que se comercie con órganos o tejidos”. También hizo referencia a lo establecido en el artículo 120 del Código de Ética Médica de su país, donde se indica que “el médico no deberá participar, directa o indirectamente, de la comercialización de órganos o tejidos obtenidos de seres humanos”.
A continuación pasó a ofrecer algunos puntos clave respecto al posicionamiento que deberían adoptar las organizaciones médicas frente a esta problemática, entre los que caben destacar: reprochar la práctica de trata de personas con ocasión de tráfico de órganos, haciendo ver a la sociedad que esos actos son incompatibles con los principios y valores de los médicos; establecer mecanismos que le permitan iniciar de oficio investigaciones y establecer sanciones disciplinarias por medio de órganos internos contra los médicos que participen de esas prácticas, y velar para que ese fenómeno delictivo no influya gravemente en la promoción de los programas de trasplante de órganos.
Por último, habría que fomentar ante los entes legislativos la promulgación de leyes efectivas contra esas prácticas y ser parte de la coordinación institucional en trasplante de órganos. Y en el caso de poseer programas de defensa, se debe ser muy cauteloso, para no caer en la complicidad institucional con esa práctica (derecho de defensa y principio de inocencia).