La figura del estudiante de Medicina es clave para reactivar la Deontología médica, según concluyeron expertos participantes en una Mesa de Trabajo sobre “Deontología y Facultades de Medicina”, celebrada en el marco del reciente II Congreso Nacional de Deontología, que reunió en Tarragona a cerca de 200 asistentes para abordar las últimas novedades en esta materia
Tarragona, 11 de mayo 2015 (medicosypacientes.com/S.P.)
La figura del estudiante de Medicina es clave para reactivar la Deontología médica, según concluyeron expertos participantes en una Mesa de Trabajo sobre “Deontología y Facultades de Medicina”, celebrada en el marco del reciente II Congreso Nacional de Deontología, que reunió en Tarragona a cerca de 200 asistentes para abordar las últimas novedades en esta materia.
En el transcurso de esta sesión se puso de manifiesto la necesidad de mejorar la metodología docente de la Deontología, para lo que se requiere, según se indicó por parte de los expertos, “estrechar la colaboración con los estudiantes y sus organizaciones, dada la sensibilidad e interés que están demostrando hacia la formación ética”.
Los Colegios de Médicos, como se expuso, han recibido una encomienda social, como entidades de derecho público, que engloba la función de promocionar y promover la ética médica. Esta labor de dichas corporaciones se ha plasmado en este Congreso, con el análisis y debate de esta temática a través de aspectos tales como la participación de las Comisiones deontológicas en las Facultades de Medicina, a cargo de los Dres. Joaquin Fernández-Crehuet Navajas, presidente de la Comisión de Deontología del COM de Málaga, y director de la Cátedra de Etica Médica Hospital El Angel de la Universidad de Málaga; e Isabel López-Abadía, miembro de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Vizcaya y profesora titular de Medicina Legal y Forense de la Facultad del País Vasco.
Asimismo, se ofreció, a cargo de miembros del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) un informe sobre la valoración, por parte de los estudiantes de Medicina, de la formación deontológica, además de ofrecerse un ejemplo de cómo se plantea la Deontología Médica en una Facultad de Medicina, en este caso la de Reus, a cargo del Dr. Joaquín Escribano Subías, profesor titular de Pediatría de la Universidad Rovira Virgili y director del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Sant Joan.
Se contó, asimismo, con la participación del presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Tarragona, Dr. Antonio Labat; con la del Dr. Francisco García Sayago, vocal de la Junta Directiva del COMT; y con la del Dr. Rogelio Altisent, responsable de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica, de la Universidad de Zaragoza quien destacó, al introducir el contenido de la mesa, el importante progreso al que se ha asistido en los últimos años en relación a la formación en esta materia “al introducirse la Ética médica como enseñanza obligatoria en las Facultades de Medicina, que ya nadie cuestiona como un eje imprescindible junto a la formación científico técnica en el grado”.
Las Comisiones Deontológicas son, como se expuso, el “brazo intelectual” de los Colegios de Médicos para promover la Deontología, es por ello que los expertos recomendaron promover la alianza entre las Comisiones de Deontología y las Facultades de Medicina para colaborar en la enseñanza de la Ética Médica y contribuir a formar profesores con un perfil adecuado para esta docencia.
El Código de Deontología (CD) de la Organización Médica Colegial, actualizado en 2011, se ha convertido en una referencia necesaria en la docencia sobre el perfil de excelencia que debe definir al profesional, con el objetivo de proporcionar una atención de calidad a los pacientes, tal como se expuso y en lo que coincidió en destacar como fortaleza de la Ética Médica como asignatura en las Facultades, el Dr. Joaquin Fernández-Crehuet Navajas, presidente de la Comisión de Deontología del COM de Málaga quien calificó al CD como “un auténtico referente docente, aglutinador de toda la normativa que los médicos asumimos como compromiso ante la sociedad un puente claro entre el derecho de mínimos y la ética médica, además de herramienta imprescindible para saber por dónde hay que orientar la docencia en esta materia y unificar criterios y contenidos”.
“Las Comisiones Deontológicas -añadió- tenemos que tender puentes a todas las Facultades de Medicina, ofreciéndonos sus miembros como profesorado y viceversa, que los profesores puedan participar en las Comisiones de Deontología, para muchos desconocidas”.
Asimismo, incitó a los Colegios a realizar un esfuerzo para que sus Comisiones puedan estar presentes en los rotatorios de sexto curso de Medicina, pues es cuando el alumno entra en contacto directo con el paciente. Por otra parte, lamentó el desconcierto reinante, en muchos lugares, este tipo de formación durante el período de formación MIR.
La Dra. Isabel López-Abadía, miembro de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Vizcaya y profesora titular de Medicina Legal y Forense de la Facultad del País Vasco, recordó en base a lo establecido en el Plan Bolonia que “todo médico debe tener unos mínimos conocimientos sobre humanidades médicas y sobre ética médica”. A continuación explicó cómo está planteada la formación en ética médica en su Universidad, al que equiparó con el de otras Universidades españolas.
Lamentó, al respecto, la escasa participación de la Comisión de Deontología en los estudios de grado, salvo casos puntuales para impartir conferencias o hablar de temas específicos. Si bien, como indicó, dicha colaboración se amplía durante los estudios de postgrado, aunque en muchos de los cuales, se solicite simplemente lo que es “un barniz de ética” para darlo por encima de otros temas. No ocurre lo mismo cuando el contenido de los másters se centra en temas en los que la ética médica adquiere importancia como cuidados paliativos, oncología, reproducción asistida, etc. “se da un mayor peso específico y hay una colaboración más estrecha”, afirmó.
López-Abadía abogó, en otro momento de su intervención, por una más amplia colaboración en el futuro sobre todo durante la etapa de Grado en Medicina, sin perder de vistas las dificultades que ello conlleva dada, en su opinión, “la gran distancia, por lo general, entre ambas partes que sólo se acorta para situaciones muy puntuales”.
La situación mejora sensiblemente en el terreno de la investigación, “puesto que la Universidad está dando un impulso importante, con la participación de los Comités de Ética y con formación específica en la materia”, indicó.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Tarragona, Dr. Antonio Labat, sacó a colación el Compromiso de Badajoz, un documento de consenso firmado en 2009, entre las Comisiones Deontológicas de los Colegios de Médicos y la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, relativa a enseñanza de ética y deontología médica.
Entre los puntos destacados por el Dr. Labat, respecto a dicha Declaración, cabe destacar el compromiso de colaboración entre la Organización Médica Colegial y las autoridades académicas para que la ética médica y la deontología sean partes relevantes del programa docente del grado de Medicina. En este sentido, Los contenidos de ética médica y deontología deben incorporarse en los planes de estudios del grado de medicina, e impartirse en un proceso longitudinal que abarque tanto los cursos iniciales como la fase clínica de la enseñanza. Además estos contenidos pueden ser transversales a varios programas docentes. En cualquier caso, los contenidos de ética médica y deontología deben quedar bien definidos en las guías docentes correspondientes.
Las materias referidas deberán incluir referencias suficientes tanto al Código de Ética y Deontología Médica de la OMC y a otros códigos deontológicos profesionales como a los principios básicos de la ética médica y la bioética, así como a los valores profesionales.
Además, a la hora de impartir dicha formación se debe tener en cuenta la colaboración de médicos que, aunque no estén formalmente incorporados a los cuadros docentes de las facultades, puedan participar en la docencia, especialmente si tienen experiencia acreditada o son miembros de las comisiones deontológicas o de otras comisiones de bioética.
Necesidad de una nueva metodología docente
En su turno de palabra, los estudiantes abogaron por una nueva metodología de enseñanza de Bioética, tras los resultados de una encuesta presentada por miembros del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), con el objetivo de evaluar el grado de satisfacción del estudiante de medicina con la docencia de ética y deontología médicas, a través de encuesta online a alumnos de Facultades de Medicina que hubieran cursado la asignatura, con el objetivo de determinar las fortalezas y aspectos a mejorar en la docencia y evaluación de esta asignatura.
Entre las conclusiones expuestas por el CEEM cabe destacar que la asignatura de Bioética debe ser más práctica, enfocada a la resolución de casos y debates, y encaminar con estas herramientas los contenidos teóricos a impartir. Según otro de los resultados obtenidos, la docencia, en la actualidad, “es eminentemente teórica y se vuelve menos llamativa para el alumno”. Así, la asignatura se presenta “como si fuera un mero trámite de créditos que son obligatorios conseguir en la carrera”.
Asimismo, consideran que este tipo de materia debería impartirse en cursos más altos o repetidamente en el tiempo, teniendo en cuenta que se introduce en segundo de carrera.
Sobre la ética como “necesidad” en las instituciones sanitarias universitarias también expuso sus aportaciones el Dr. Joaquín Escribano Subías, profesor titular de Pediatría de la Universidad Rovira Virgili y director del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Sant Joan, quien ofreció el ejemplo de cómo se imparte dicha asignatura en la Universidad Rovira Virgili.