El Blog de Juan del llano, de la Fundación Gaspar Casal, aborda en su blog la crisis económica y las consecuencias que ha tenido en sectores como el sanitario y reclama reformas estructurales y una mayor transparencia para lograr una necesaria modernización
Madrid, 12 de mayo de 2015 (medicosypacientes.com)
España: con el viento en la cola (blog completo)
Desde la Fundación Gaspar Casal queremos contribuir a que ese viento en la cola perdure y a que aprovechemos todo lo favorable que viene de fuera para reformar todo lo que tenemos pendiente dentro, veremos!
Jesús Fernández Villaverde dictó una conferencia la pasada semana en la Fundación Rafael del Pino que me ha estimulado a escribir esta entrada. Nos está costando mucho tiempo salir de una crisis muy profunda que ha golpeado con dureza a los más desfavorecidos pero también a las clases medias. En la incipiente salida que no todos alcanzamos a ver, nos han ayudado, el Banco Europeo con las declaraciones de Draghi en el verano de 2012, la reflotación del sistema de cajas de ahorro por las ayudas recibidas de la UE y recientemente, el precio del petróleo y los bajos tipos de interés. Como verán todo viene de fuera. Y, entonces, ¿qué se ha hecho de puertas a dentro?, pues bien, el mercado, para ser más competitivo, ha ajustado con una bajada fuerte los salarios ajustados por productividad que eran artificiosamente altos como consecuencia de la burbuja inmobiliaria.
Sin embargo, seguimos teniendo pendiente, como país, algo muy importante: remover la incapacidad que tenemos de crear instituciones públicas modernas al servicio de los ciudadanos. Impera el conformismo y la inmovilidad del estatus quo que resiste a la implantación de cualquier cambio e incluso ajuste. Se percibe y más en año electoral, riesgos ciertos adicionales del tipo de, caer en la complacencia del “ya hemos hecho todo” o, el olvidarnos que la restricciones presupuestarias existen, y existen porque hay casi 6 puntos de PIB de diferencia entre ingresos y gastos públicos, con una deuda exterior y unos intereses de pago de esta deuda, apabullantes, con doce ceros.
¿Cómo equilibramos esta balanza fiscal?. Las previsiones de mejora de ingresos con el tenue crecimiento y el alto desempleo, quedan lejos del equilibrio. No parece que la mera simplificación de organismos públicos, abolir duplicaciones, la lucha contra el fraude fiscal, las medidas de mejora regulatoria de sectores clave sean suficientes para este cierre de brecha. Los ciudadanos lo saben y tiene que escuchar de sus elegidos en los distintos gobiernos que, o bien aumentamos la presión fiscal o bien, reducimos las prestaciones sociales. Hay propuestas encima de la mesa de profesionales y expertos tributarios que ayudarían. También hay que exigir que las Comunidades Autónomas sean más disciplinadas en el gasto y que este vaya a cubrir las muchas necesidades sociales y educativas y no a proyectos absurdos y antieconómicos. No se puede volver a crear empleo público sin sentido. Hay que hacer frente al fraude fiscal con eficacia, fortaleciendo con recursos la tarea inspectora y con medidas de reflotamiento de la economía sumergida. Pero, sobre todo, el esfuerzo hay que hacerlo de la mano de una profunda modernización de las empresas pequeñas y medianas, que son mayoría en nuestro país. Precisan ganar tamaño.
Sorprendentemente constatamos que el crecimiento del 1,4% viene de nuevo de la construcción, del turismo y de la creación de empleo público (37.200 en el último año). Sin embargo, en I D estamos muy lejos de la media de la UE-28, 1.24% del PIB frente al 2,02. Alemania destina el 2,94 y Dinamarca el 3,05 según Eurostat. ¿Cómo es posible?. Carecemos de industrias, de materias primas, solo podemos competir en servicios y para ello requerimos priorizar en talento, y no lo hacemos, lo abocamos a salir, a regalarlo a otros países que sí lo quieren y lo valoran. ¿En qué estamos pensando?, ¿por qué no actuamos?
Conviene repetir para que no nos olvidemos que la economía funciona por ciclos y por tanto, volverán los malos tiempos. Aprovechemos el ahora. Es el momento de abordar las reformas estructurales pendientes, entre ellas, la principal: mejorar la productividad total que año tras año, cae desde mediados de los ochenta del siglo pasado. Nuestro PIB per cápita a finales de 2013 está a los niveles de 2003. Hemos perdido una década. Mantenemos un desempleo estructural intolerable con regiones como Andalucía que son el número 1 de todas las regiones de la Unión Europea. Nuestro sistema educativo hace aguas con un 35% de jóvenes que solo completan la educación secundaria frente al 2% de Corea del Sur. España se ha vuelto a situar en 2013 a la cabeza de Europa en abandono escolar temprano, el que hace referencia a los jóvenes de 18 a 24 años que dejaron sus estudios tras completar la educación obligatoria o antes de graduarse. Un 23,5% de los jóvenes españoles había abandonado la enseñanza prematuramente el año pasado, el doble de la media comunitaria, situada en el 11,9%, según los datos publicados por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat. La paradoja es que el de 2013 es nuestro mejor dato histórico: España mejora en un punto y medio respecto al año anterior, y en ocho puntos si se compara con los datos de la última década. Nadie pone en duda que una sociedad dotada de altos niveles de capital humano es un factor clave para encarar la recuperación de la crisis económica así como para garantizar el crecimiento económico de un país de manera sostenida. Un bajo nivel de capital humano nos aboca a competir en sectores de escaso valor añadido y, por tanto, de sueldos bajos. Un primer dato a destacar es que la población española adulta alcanza una puntuación, tanto en comprensión lectora como en matemáticas, muy por debajo del resto de los países participantes del “Programme for the International Assessment of Adult Competencies” (PIAAC) y del promedio de la OCDE y la UE. España tiene una de las tasas de rendimiento más bajas en enseñanza secundaria superior entre los 25 y 34 años (con un 64,1% frente al 81,5% de promedio de la OCDE, ocupa el lugar 31 de 35). No nos olvidemos de una obviedad: la gente responde a incentivos. Todo esto se puede revertir si la política tuviera altura de miras. No ayuda contar con trece leyes de educación distintas en treinta años.
Sobre nuestro sector les doy un pequeño apunte que me viene a la cabeza de una Jornada celebrada recientemente en el Consejo General de Colegios Médicos, donde su presidente, Rodriguez Sendín puso unas cifras concernientes al sector público sanitario que dan para pensar: en 1984 estábamos gastando por rentas del trabajo el 57% y en 2014, el 43.5%. A su vez, hemos pasado del 16% (1984) de gasto en medicamentos y otras tecnologías al 28% en 2014. ¿Alguien ha estudiado en profundidad las consecuencias de este hallazgo no menor?, ¿están siendo los pacientes mejor tratados?, ¿están los médicos más motivados?, ¿funciona mejor el sistema sanitario?,…
Por último, la foto que acompaña esta entrada, señala el lugar de Madrid donde se edificarán más y más torres. ¿Hemos sido informados y ya no digamos participado los ciudadanos en esta decisión?. Parece claro. Algo tiene que cambiar. La sociedad civil está despertando y por ende está tornando hacia la exigencia en la rendición de cuentas y la transparencia. Hay indicios de ello. Plataformas políticas de nuevo cuño. También contamos con excelentes Blogs en Internet que analizan nuestra realidad con independencia y claridad tales como Hay Derecho, Politikon, Nada es Gratis,…informémonos, participemos, no seamos conformistas…