“La potenciación y gestión de las reclamaciones extrajudiciales es una buena política para evitar la judicialización de la medicina”, según puso de manifiesto el Dr. Josep Arimany Manso, en el II Congreso Nacional de Deontología Médica, celebrado el pasado fin de semana en Tarragona
Tarragona, 11 de mayo 2015 (medicosypacientes.com/T.A.)
“La potenciación y gestión de las reclamaciones extrajudiciales es una buena política para evitar la judicialización de la medicina”, según puso de manifiesto el Dr. Josep Arimany Manso, en el II Congreso Nacional de Deontología Médica, celebrado el pasado fin de semana en Tarragona.
El Dr. Arimany, Especialista en Dermatología, director del Área de Praxis del COM de Barcelona, participó en la mesa “Las Comisiones Deontológicas ante el error médico” en la que habló de la “Judicialización de las reclamaciones médicas”. En la mesa, moderada por el Dr. Eneko Barbería, Médico Forense, vocal de la Comisión Deontológica del COM de Tarragona, participó también el Dr. Antonio Blanco Mercadé, presidente de la Comisión deontológica del COM de León. Actuó como secretario el asesor jurídico del COM de Tarragona, Bernat Goula.
El Dr.Arimany inició su intervención partiendo de la base de que actualmente “la medicina actual es muy efectiva pero compleja y relativamente peligrosa”, por lo que la “seguridad clínica” es una prioridad internacional desde que, en 1999, se publicó “To Err is Human” por el Institute of Medicine de EE.UU., tras comprobar que en Norteamérica morían anualmente, por errores médicos, entre 45.000 y 50.000 personas.
Tras poner de manifiesto que “todos los médicos somos responsables a la hora de atender a un paciente” y la obligación que tienen los profesionales de “reparar y satisfacer las consecuencias de sus actos, omisiones y errores, cometidos en el ejercicio de su profesión”, aludió a los principios éticos que establece el Juramento Hipocrático y a la legalidad vigente en torno al principio de autonomía del paciente y a la historia clínica para el buen ejercicio de la medicina.
Incidió en la importancia de este último aspecto y, tras recordar lo sucedido con el accidente aéreo de Germanwings, equiparó la importancia de la “caja negra” de la navegación aérea con la historia clínica médica. “En medicina ?dijo- la caja negra es la historia clínica”.
Hablo del Consentimiento Informado, que es verbal con carácter general, excepto en casos de procedimientos invasores o que supongan riesgos para el paciente y en medicina satisfactiva, y dijo que esta figura es de “gran trascendencia ética, médica y legal”, que está “incluido en el acto médico, forma parte del proceso de comunicación médico-paciente y debe entenderse como un proceso y no como un hecho puntual”, que no hay que confundir con el Documento de Consentimiento Informado, del que afirmó que “no es un puro trámite administrativo”.
Asumiendo que las reclamaciones contra los médicos son una realidad, dijo que la mayor parte de las veces, son consecuencia de un mal resultado, una complicación imprevisible y/o inevitable de la enfermedad, por iatrogenia o por incumplimiento de los preceptos médico-legales y, muy pocas veces, son por una negligencia.
Explicó que las causas del aumento de las reclamaciones contra los médicos residen en múltiples aspectos: procedimientos diagnósticos con riesgo; una sobrecarga asistencial, el aumento de autonomía del paciente; un mayor avance técnico y expectativa de resultados satisfactorios y no reales de los pacientes, que tienen una información a través de Internet que no se ajusta a la realidad; una mala relación médico-paciente, así como una sociedad cada vez más mercantilista.
Ante estas situaciones, se mostró partidario de la prevención y de un adecuado aseguramiento de responsabilidad profesional médica que “favorece el acceso y la calidad de todos los servicios de salud. Para el Dr. Arimany, las políticas de responsabilidad profesional médica deben “inspirarse en la mayor evidencia científica disponible” y dijo que los datos de las reclamaciones representan una “fuente potencialmente rica para aprender de los errores” y consideró que en España, a diferencia de lo que ocurre en Reino Unido o EE.UU., está “claramente infra-explotada”. “El análisis sistemático de los datos es fundamental y redunda en mejoras en materia de seguridad clínica, pudiendo prevenir incidentes similares”, añadió.
En su exposición hizo alusión al modelo catalán de seguro de responsabilidad profesional puesto en marcha por el COM de Barcelona en 1986, al que se han acogido 25.000 profesionales, que ha incorporado de manera sistemática y desde hace años el análisis de reclamaciones como herramienta de seguridad clínica, considerando que “las reclamaciones son la manifestación visible de una parte de los eventos adversos en la asistencia y que algunos de ellos son potencialmente evitables”.
Del análisis realizado por el COM de Barcelona tras la puesta en marcha del Seguro de Responsabilidad Profesional, se deduce el progresivo incremento de las reclamaciones que se solventan mediante acuerdo extrajudicial, con claro descenso de las condenas en el ámbito penal que han pasado de un 61% de los casos en 2002 a un 21% en 2014.
La resolución extrajudicial supone para ambas partes, según el Dr.Arimany, una “mayor celeridad, unos costes inferiores, evitar la arbitrariedad del proceso judicial y una reducción del sufrimiento asociado al procedimiento”.
De este análisis, también expuso los procedimientos que, por sus tasas de reclamación, destacan: en anestesiología, anestesia general (daños dentales, parada cardiaca y broncoespasmo) y en anestesia obstétrica y ginecológica (lesión nerviosa, muerte del feto y post-punción dural); en cirugía Bariátrica, la dehiscencia de sutura; en Endoscopia Digestiva, las perforaciones en colonoscopias, y, en urología, la torsión testicular y las vasectomías. Como ejemplo de reclamación de este último procedimiento, aludió a un caso en el que un paciente dejó embarazada a su mujer meses después de haberle realizado una vasectomía.
El Dr. Arimany hizo una serie de recomendaciones generales, entre ellas, mantener una buena relación con el paciente y su entorno; precaución con las nuevas formas de atención a través de consultas virtuales; procurar una formación continuada, tanto en conocimientos como en habilidades; hacer constar siempre en la historia clínica todo lo que suceda en relación al proceso y al paciente; solicitar el DCI en cualquier intervención quirúrgica, procedimiento diagnóstico invasivo o terapéutico, con riesgo de efectos secundarios potencialmente graves; cumplir la legislación vigente en materia de ensayos clínicos, documentación clínica y otras normativas, y fomentar las medidas de seguridad clínica y del paciente en los centros sanitarios.
Afirmó que los datos del COM Barcelona indican que el número de reclamaciones contra los médicos en Catalunya, en contra de lo que publican algunos medios de comunicación de que han aumentado, está estabilizado y con tendencia a la baja ?de 387 en 2.003, ha pasado a 315 en 2014-. Y abogó por la “potenciación y gestión de las reclamaciones extrajudiciales” como la “mejor política para evitar la judicialización de la medicina”.
“La gestión de la responsabilidad profesional médica puede claramente contribuir a mejorar la calidad asistencial y la seguridad clínica, aportando seguridad a facultativos y pacientes, siendo viable y recomendable la gestión extrajudicial de las reclamaciones, contribuyendo a evitar la judicialización de la medicina”, concluyó.
Previamente a su intervención, el Dr. Antonio Blanco Mercade, habló de la “Diferencia entre el error médico y la mala praxis”, tema que calificó de “polémico, terrorífico y horroroso”, del que “no nos gusta hablar ni reconocerlo”, pero sobre el que los profesionales “debemos reflexionar” y “asumir nuestras responsabilidades”.
El Dr. Blanco Mercade expuso en su intervención la diferencia entre un error, que es “un fallo, una falta, un despiste”, es decir, actuar de una manera incorrecta sin querer y que es consustancial a la naturaleza humana, y la mala praxis, que es una actuación incorrecta que provoca daño en el enfermo. En su conferencia, reiteró su posicionamiento expresado en la entrevista con Médicos y Pacientes, publicada el pasado viernes (http://www.medicosypacientes.com/articulos/drblanco8515.html)
Concluyó que, tanto el error como la mala praxis, que “tanto daña la reputación profesional”, forma parte de la punta de un iceberg que “tenemos que conseguir que emerja”, ser capaces de “reconocer los errores” y que “la sociedad los comprenda”.