Expertos de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (AlergoSur) advierten que la desertización, provocada por el cambio climático, contribuye a aumentar los casos de alergias en nuestro país, principalmente en zonas del sur donde este fenómeno es más acusado
Sevilla, 31 de mayo de 2012 (medicosypacientes.com/E.P.)
Expertos de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (AlergoSur) advierten que la desertización, provocada por el cambio climático, contribuye a aumentar los casos de alergias en nuestro país, principalmente en zonas del sur donde este fenómeno es más acusado
Según el alergólogo de AlergoSur Juan José Zapata, el aumento de la desertización de los suelos afecta a la flora de estas zonas. Esto provoca el incremento de pólenes, prevaleciendo el de las quenopodiáceas (actualmente la tercera causa de alergia más frecuente entre la población, después de la del olivo y las gramíneas).
Este problema, que afecta en mayor medida a las zonas del sur (en las que el número de alérgicos ha aumentado de un 10 a un 30 por ciento en los últimos 20 años) viene provocado por el deterioro general del suelo. Por ello, según explican los expertos, puede producirse en cualquier otra zona del país.
En este sentido, desde AlergoSur destacan la importancia del desarrollo de la inmunoterapia. Sobre todo para la creación de vacunas alergénicas contra la picadura de insectos, determinados alimentos y pólenes, afirma Zapata.
El experto defiende que, pese a los elevados costes de la vacuna en un primer momento, el gasto sanitario final en el paciente es menor, ya que tiene menos recaídas, y se ahorra dinero en medicación de rescate (como antihistamínicos por ejemplo).
La vacuna alergénica consiste en administrar el alérgeno que causa la reacción adversa del organismo, en dosis paulatinas cada vez más altas, hasta que el organismo lo tolera y lo toma como propio, explica Zapata. Y añade que estas vacunas “pese a algunas críticas, consiguen erradicar la alergia en un paciente que esté bien diagnosticado, transcurridos de media de tres a cinco años de someterse a este tipo de tratamiento”.