viernes, mayo 3, 2024

Portal informativo de la Organización Médica Colegial de España

InicioOMCColegios y consejos autonómicosDra. María Castellano: “La Atención Primaria es fundamental en la detección de...

Dra. María Castellano: “La Atención Primaria es fundamental en la detección de la violencia de género”

La Dra. Maria Castellano, que participó en la Fundación Científica del Colegio de Médicos de Segovia, en una sesión formativa para hablar del papel de “La Atención Primaria en la prevención y detección de la violencia familiar y de género”, aseguró que este nivel asistencial es “fundamental es la detección” de este “grave problema de salud pública”.  

“Cuando una persona va a consulta con signos evidentes de violencia -heridas, golpes o hematomas- las señales de alerta de que detrás de ello hay violencia son evidentes. Pero también hay otros síntomas que van desde cefaleas, insomnio, ansiedad, a temor o nerviosismo que, en ocasiones, esconden maltrato y que hay que saber detectarlos y, en esto, los médicos de Familia son claves en la detección precoz”.    

La Dra. María Castellano, primera mujer catedrática en una Facultad de Medicina en España con sólo 32 años, Académica de Número de la Real Academia Nacional de Medicina de España y de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental, y una amplia trayectoria en las Comisiones Deontológicas de distintos Colegios de Médicos y del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, es también una de la pionera en el abordaje de la violencia de género en nuestro país. 

Para está médica, considerada por los compañeros como “maestra y humanista” como así lo han reflejado en el libro homenaje que ha publicado sobre ella la Organización Médica Colegial, la violencia engloba la violencia machista contra la mujer, pero también la violencia contra los menores o incapaces, contra los ancianos y contra los padres, aunque ha centrado gran parte de su exposición en Segovia en la violencia contra las mujeres.

El COM Segovia mantuvo una entrevista con ella en la que habla de toda la violencia en general desde la perspectiva de su experiencia.  

Usted, como médico forense, se inició en el tema de la violencia familiar en los años 90, época en la que las Administraciones públicas empezaron a tomar conciencia de este problema. ¿Cómo vivió aquella época?

Nosotros veíamos a las familias en las que la mujer había puesto denuncia y analizábamos al agresor para ver si tenía una actitud de rencor y de venganza hacia la mujer, si la situación podía llevarle a una reacción depresiva y si suponía riesgo para la mujer, un aspecto que hoy día sigue sin estar resuelto.

Hay que tener en consideración rasgos del agresor como una posible patología mental, drogas y alcoholismo porque muchas veces y más en el medio rural, son el detonante de su agresividad. Qué duda cabe de que, si el alcohol es el detonante de esa actitud y de esa conducta contra su mujer, es muy importante una medida judicial que imponga la desintoxicación como un tratamiento obligatorio porque si le quitas algo que le despierta su agresividad contra la mujer, con una medida de este tipo se está protegiendo la mujer.

En muchos casos, el agresor es una persona inmadura que ha tenido una gran protección materna y, ven en la mujer una continuidad de esa protección y perderla los hunde. También hay que valorar la depresión y ansiedad, en el agresor porque el hombre que se deprime es el que mata y luego se suicida y ese es un modelo que se repite.

¿Qué está fallando cuando las propias víctimas han denunciado y las han matado?

Uno de los problemas es que, pese a las denuncias, a las órdenes de alejamiento, llevamos 51 asesinatos en lo que va de año a manos de sus parejas o exparejas. Lo que le mueve al agresor es un sentimiento de odio y de venganza, de revancha contra lo que le ha hecho la mujer y hay también un efecto contagio en parejas concretas que están ya en una situación límite en la que no ven salidas al problema y eligen la peor de las decisiones. 

Pero lo que más me preocupa son los casos en los que, a pesar de la orden de alejamiento, los agresores siguen teniendo a su cargo a los niños ¿Cómo pueden darse estos casos? ¿dónde está ahí la sociedad y los servicios sociales? Naturalmente, hay muchas lagunas en todas las medidas que se han llevado a cabo para luchar contra este problema. 

Lo que siempre echo en falta cuando analizo este drama es un estudio de los motivos de por qué una persona es capaz de matar a cambio de 30 años de cárcel o de su propia vida. No puedo entender que todo se resuma en machismo, razones culturales o la maté porque era mía. 

Con el Pacto de Estado contra la violencia machista, hemos avanzado mucho, pero ¿serían necesarias nuevas medidas?

Hemos avanzado mucho, pero se siguen aumentando los asesinatos de mujeres, de niños, se sigue maltratando a los ancianos…La legislación actual permite la protección y reparación a la víctima en lo que pueda haber sido el daño físico o psicológico, así como la atención psicológica al agresor. Y si, hay muchos recursos en violencia de género, pero creo que no están bien estructuradas las necesidades de cara a identificar correctamente qué problema hay que solucionar, qué respuesta hay que dar a estas situaciones y que los recursos vayan a esa respuesta. Y, desde luego, una de ellas es una valoración inmediata de los agresores denunciados para que entren en un proceso y que se valore los riesgos que supone para la mujer y las medidas necesarias para eliminar ese riesgo.

Estamos viendo sentencias que están dictando los jueces sin valoración médica del agresor, algo muy importante porque si un juez cuenta con un informe del agresor, le permitirá tomar decisiones con mayor seguridad.  Y si para ello, no hay recursos suficientes, que contraten más médicos, más equipo psicológico que haga esa función. 

Yo creo que no son necesarias nuevas leyes, sino que es preciso aplicar las medidas acordadas, administrar bien los recursos y, lo más importante, el compromiso de todos porque cada persona desde su profesión y situación puede hacer algo

¿Qué puede aportar la Atención Primaria en este tema?

El papel de los médicos, en especial, de los médicos de Atención Primaria es fundamental en la detección y diagnóstico de la violencia. Cuando una persona va a consulta con signos evidentes de violencia -heridas, golpes o hematomas- las señales de alerta son evidentes.

Pero también hay otros síntomas que van desde cefaleas, insomnio, ansiedad, a temor o nerviosismo que, en ocasiones, esconden maltrato y que hay que saber detectar. Para ello, es preciso, entre otras cosas, mejorar la formación especializada en género, en especial, para aquellos profesionales que trabajan en centros en el ámbito rural; revisar y reforzar los protocolos de detección precoz en el ámbito sanitario e historias clínicas en las que se incluyan indicativos de alerta que sean identificados en cualquier comunidad autónoma donde reciba asistencia la víctima, con codificación específica, confidencia y homogénea para los casos de violencia de género.

La renovación del Código de Deontología Médica, recoge claramente que la violencia es un hecho contrario a la salud y el bienestar de las personas y, actualmente, es un grave problema de salud pública por su elevada morbimortalidad y el médico tiene el deber de combatirla y de colaborar activamente para hacer posible su erradicación. 

Los deberes de los médicos con la violencia son los mismos que se tienen con todos los pacientes en el diagnóstico, el mecanismo de las lesiones, los problemas y medidas familiares y sociales, el tratamiento clínico, las medidas legales; en definitiva, deber de protección a la víctima.      

¿Qué opina de las agresiones en grupo de las llamadas manadas?

Se están produciendo unos delitos contra la libertad sexual que aparecen ante la opinión pública con unas connotaciones muy particulares. Son agresiones en grupo a víctimas en las que hay que tener muy claro que la principal diferencia entre lo que es una agresión y un abuso es el consentimiento. 

La agresión es violación cuando hay violencia o intimidación y la violación cuando hay penetración vía vaginal, anal o bucal. El uso de la violencia se asimila a fuerza física, mientras que la intimidación es sentir miedo que hace que una mujer se preste a una acción a la que no se niega, precisamente, por el efecto de ese miedo.

Cuando una mujer se ve rodeada por dos, tres hombres que están bajo los efectos del alcohol, con una agresividad animal, donde pierden el control sobre sus pasiones cuando estas se han desencadenado ¿Qué más intimidación se quiere? Creo que el error es no apreciar el término intimidación y lo que significa esa situación como miedo para aceptar participar en algo a lo que no estás en condiciones de decidir. Se impone un cambio de mentalidad absoluta para los hombres que es aceptar que, en una relación sexual, no es no, es decir, cuando una de las personas participantes en una relación sexual dice no, ahí se debe interrumpir ese acto, como dice el movimiento feminista. 

Relacionados

TE PUEDE INTERESAR

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más populares