Con motivo del día internacional de la mujer, que se celebra cada 8 de marzo, Médicos y Pacientes ha entrevistado a la vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial y expresidenta del Colegio de Médicos de Alicante, Dra. Mª Isabel Moya, para conocer su visión sobre la situación de la mujer en la profesión médica.
¿Está la mujer debidamente representada en la profesión médica a todos los niveles? ¿Por qué?
La feminización en la Medicina es una realidad. Según el estudio de “Mujeres en Medicina en España (WOMEDS)” publicado por FACME, en junio de 2021, el 61% de los médicos que trabajaban en centros sanitarios públicos en España eran mujeres. El 70 % del estudiantado en el grado de Medicina son mujeres. Sin embargo, los porcentajes de médicas que ocupan cargos de representación y de alta dirección son proporcionalmente inferiores lo que indica una infrarrepresentación de la mujer médico en el liderazgo de la profesión en todos sus ámbitos.
¿Sigue siendo más complicado para las médicas llegar a los puestos de dirección en su actividad profesional? ¿Cuáles cree que son los motivos y por donde pasa la solución?
Los motivos están en relación con las dificultades que encuentran las mujeres en conciliar su desarrollo profesional con la vida personal y familiar condicionadas, en gran medida, por las circunstancias que rodean la maternidad y el rol de “cuidadora” que todavía ostenta la mujer en esta sociedad.
Así se refleja en la encuesta realizada por el Observatorio de Género y Profesión de la OMC sobre la percepción de la desigualdad de género, en relación con la brecha salarial, conciliación, techo de cristal, y acoso laboral, en la que se muestra una mayor necesidad por parte de las médicas de reducción de jornada por cuidado de familiares, mientras que en los médicos la razón para disminuir esta jornada laboral era mejorar la calidad de vida. Indudablemente esto constituye una barrera para el desarrollo profesional y la ocupación de cargos de liderazgo y, sobre todo, una desigualdad de condiciones respecto a nuestros compañeros de cara a optar por esos puestos de liderazgo que conllevan más tiempo, más responsabilidades, más competencias.
La solución no es fácil, por estar involucrados aspectos culturales y de constructo social, pero evidentemente pasa por atacar la raíz e implementar políticas que fomenten la corresponsabilidad y la conciliación no sólo para obtener un empleo y ejercer una profesión sino medidas que permitan progresar en igualdad de oportunidades.
Por supuesto, acciones formativas, educativas y de divulgación son imprescindibles, siempre sin caer en radicalismos feministas, que generen motivación en la mujer para alcanzar puestos de responsabilidad y liderazgo y, por ello, iniciativas como nuestro Observatorio son estratégicas.
¿Qué le motivó a liderar un colegio de médicos?
Fundamentalmente por la convicción que podía aportar una visión distinta en la gestión colegial y en la defensa de nuestra profesión. Conseguir que estas instituciones estén al servicio de quienes representa, sean verdaderamente útiles y generen sentido de pertenencia son los objetivos principales que me mueven. En mi caso, he sido la primera presidenta del Colegio de Médicos de Alicante y la primera vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial. Si esta oportunidad que he tenido sirve para romper moldes y servir de referencia a mis compañeros y compañeras será un aliciente añadido que pienso incorporar a mi lista de motivaciones.
¿Es necesario potenciar la perspectiva de género para evitar desigualdades en el diagnóstico, tratamiento y atención a las mujeres?
Sin ninguna duda porque hay mucha evidencia científica al respecto. Por ejemplo, los síntomas del infarto agudo de miocardio y la percepción de estos se presentan de diferente modo dependiendo del sexo de la persona que lo sufra. Entre las mujeres son más frecuentes los síntomas atípicos y ello puede estar en relación con el peor pronóstico de las mujeres que tienen un IAM. Según los datos de la Fundación Española del Corazón, hasta un 6% más de mujeres fallece por enfermedades cardiovasculares en comparación con la población masculina.
Hay muchos estudios, a través de casos clínicos, de cómo las innovaciones de género contribuyen a mejorar las prácticas profesionales, su eficiencia y equidad (Gender Innovations).
¿Cuándo cree que habrá paridad en la representatividad de la profesión?
Para mí es más importante hablar de igualdad efectiva como objetivo a conseguir. Las mujeres han de tener las mismas oportunidades para su progreso profesional y para llegar a ocupar puestos de liderazgo que los hombres. Esto no se consigue sólo siendo más, que es la tendencia en nuestra profesión; sólo por números absolutos en pocas décadas podríamos presuponer la paridad, pero no es la meta sino construir una sociedad que cambie el rol de la mujer en ella, valore la corresponsabilidad en la conciliación de la vida familiar y laboral y aproveche y potencie todo el talento femenino. En este sentido, he de recordar que la Comisión Permanente de la OMC es un ejemplo nacional y europeo ya que somos una de las pocas organizaciones colegiales constituida de forma paritaria.
