La presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, Dra. Concha Ferrer, al término del XI Curso de Enseñanza e Investigación en Bioética, valoró la constancia y esfuerzo de mantener este foro de debate, para abordar asuntos tan cruciales que afectan al ejercicio de la profesión como la ética, el profesionalismo o las humanidades, que la práctica diaria, a veces, parece que los coloca en el olvido
La Dra. Concha Ferrer se refirió en particular a la falta de formación del médico en el coste económico de sus actuaciones. “Se nos cuentan procesos, medios diagnósticos y se pone todo al alcance, se nos enseña a utilizarlo para curar, pero el profesional no es consciente que el gasto que infringe al sistema tiene un techo que, mal utilizado, modifica la calidad y los resultados”.
También defendió que este techo hay que saberlo utilizar, hay que enseñar a utilizarlo y hay que establecerlo desde parámetros éticos: “hay que intentar enseñar a utilizar los recursos a los profesionales y crear la conciencia de que el gasto sanitario tiene un techo, y que es una responsabilidad de todos, también de nuestras autoridades sanitarias y de los pacientes.
La presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza volvió a insistir en la necesidad de consenso político en el ámbito sanitario.
A vueltas con la sostenibilidad
Tras la jornada inaugural del curso, en la que se analizaron experiencias en investigación, un segundo bloque de contenidos abordó el papel de las humanidades en la formación del profesional de la salud, y un tercer apartado, referido a la innovación docente en bioética, trató la sostenibilidad en el aprendizaje de la medicina y la perspectiva de los estudiantes sobre la medicalización en la enseñanza de la medicina.
Sobre la sostenibilidad en el aprendizaje de la Medicina, el Dr. José Ramón Repullo, del Instituto de Salud Carlos III, señaló que “existe una conciencia creciente de la irracionalidad organizativa del modelo de gestión sanitaria y que ha llegado el momento de hacer cambios en la sanidad española”.
El Dr. Repullo apuntó la necesidad de un nuevo contrato social con la profesión médica y la revitalización del profesionalismo. “La Medicina tiene ante sí una crisis de maduración: para gestionar su conocimiento debe salir de la vieja crisálida. Y para ello se necesita mucho profesionalismo y generosidad para hacer esta metamorfosis”.
Finalmente, el jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud, ha señaló que las narrativas de la calidad, la seguridad del paciente, la bioética, la gestión clínica y de la integración asistencial pueden ser excelentes instrumentos para impulsar el cambio necesario.
Por su parte, Cecilia Sanjuán, coordinadora de la Comisión de bioética y Ética médica del Consejo Estatal de estudiantes de medicina, se refirió al estudio puesto en marcha desde el CEEM para valorar los sesgos a los que se encuentra sometida la educación médica en España y ha recordado el posicionamiento del propio CEEM con respecto a la industria farmacéutica.
En este sentido, subrayó el compromiso de los estudiantes de no recibir financiación por parte de la industria farmacéutica, la necesidad de fomentar los valores éticos necesarios durante la formación de los médicos, y la realización de estudios como el señalado, sobre la influencia de la industria farmacéutica en la formación médica.
En el debate posterior, el Dr. Rogelio Altisent, director del curso planteó la puesta en marcha de un proyecto: cómo introducir en la enseñanza de medicina la sostenibilidad desde un planteamiento ético. El Dr. Altisent ha sugerido la posible creación de una guía. Para ello ha señalado la necesidad de contar con capacidad de influencia y ha apuntado a la Conferencia de Decanos de Facultades de Medicina para conseguir esa influencia.
Teatro-foro: una herramienta para la enseñanza de la ética
Tal y como explicó el Dr. Rogelio Altisent, la última parte del curso consistió en la propuesta de un experimento con el objetivo de abrir la brecha emocional que facilita el aprendizaje. Y para ello se ha utilizado la herramienta del teatro foro, en la que los principales actores son los propios espectadores.
A partir de una representación teatral de experiencias comunes, en una posterior puesta en escena, una vez conocida la historia, se reclama la intervención de los espectadores, que van deteniendo la representación, y que ocupan voluntariamente el lugar de los actores para transformar la realidad, representada desde su aportación ética crítica.
Bajo la dirección de Chusa Pérez de Vallejo, actriz y psicopedagoga, la representación realizada se convertirá en un vídeo-herramienta para la enseñanza de la bioética, como propuesta del curso de enseñanza e investigación en bioética. El Dr. Rogelio Altisent destacó la potencia docente de la herramienta y considera que será muy útil para el aprendizaje ético y su consolidación en las facultades de medicina.
