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Director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad: “El modelo de igualdad retributiva de los médicos puede ser que esté agotado»

Javier Castrodeza, de cuya Dirección General de Ordenación Profesional pende la reforma profesional que afronta el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, centrada cambios tan importantes para los médicos como el modelo formativo, retributivo y de desarrollo profesional, así como la creación de un Registro de profesionales sanitarios, indispensable para la planificación de los recursos humanos, plantea este escenario como “la antesala de una nueva relación del profesional con el SNS” y está convencido de que “el modelo de igualdad retributiva de los médicos puede ser que esté agotado” y que “el sistema va a tener que diferenciar unos profesionales de otros». Así lo explica en una entrevista publicada en el último número de la «Revista OMC»

Madrid, 2 de octubre 2012 (medicosypacientes.com)

  Este vallisoletano, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, forjado a base de oposiciones, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional vinculado a la asistencia, docencia e investigación hasta que en 2007 dio el salto a la política autonómica y, desde hace ocho meses, a la nacional, aunque él asegura que está en política “transitoriamente” y tiene claro que algún día regresará a sus orígenes.

Con aspiraciones truncadas de convertirse en futbolista – llegó a militar en el equipo filial del Real Valladolid-, confiesa que no estudió medicina por vocación, sino por factores circunstanciales, aunque ahora la medicina invada su vida laboral y familiar: está casado con una médico y, su hijo, su hermano, un cuñado y sus amigos, también son médicos.

La austeridad castellana y la disciplina que le inculcó su padre, un humilde agricultor de Villanubla, la ha aplicado a una forma de vida que ahora le lleva a levantarse a la seis de la mañana para coger el AVE Valladolid-Madrid y vuelta a casa a las nueve de la noche. Y, como buen técnico, en su despacho del ministerio aplica el pragmatismo y cuestiona el corsé que, a veces, imponen los tiempos políticos.

-Usted utiliza «tenemos que preguntarnos qué podemos hacer todos por nuestro SNS” ¿es una mera frase histórica o una convicción personal para salir de esta situación?

Esto lo digo por convicción. Ahora los profesionales sanitarios, y especialmente los médicos que son los que toman las decisiones relevantes, tenemos que estar todos trabajando y protegiendo nuestro SNS para hacerlo más sostenible cada uno desde la posición que ocupa: el profesional trabajando intensamente para hacerlo de la mejor forma posible y con el mejor nivel de eficiencia y con el mayor compromiso posible y el político ha de hacerlo especialmente bien. La profesión sanitaria es algo más que una profesión y eso nos puede hasta limitar, en algún momento, nuestra capacidad de protesta si ponemos en riesgo lo que es el mantenimiento del sistema.

-Una de las principales reformas que afronta su dirección es la reforma retributiva de los profesionales ¿Cómo está de avanzada?

De los trabajos de los tres grupos que analizan la reforma profesional –modelo retributivo, desarrollo profesional y equivalencias de categoríaya se han presentado al pleno de la Comisión de RR HH el primer borrador del desarrollo profesional y el desarrollo profesional continuo, que es un documento estratégico, teórico, que sienta las bases, con el esfuerzo de todas las CC AA y distintos sectores que participan, de lo que pueda ser el perfil profesional del SNS. Hay un consenso generalizado en que el modelo retributivo, tal como está ahora, plantea algunas dificultades y, probablemente, ese modelo puede ser un modelo  que esté agotado. Es legítimo que cualquier profesional quiera que cualquier organización le reconozca su nivel de excelencia y creo que tenemos que ir introduciendo elementos de calidad científica, de eficiencia, de funcionamiento, de compromiso…. Por el momento, no está definido como tal, más allá de una reflexión, este tema exige una implicación importante de todas las partes, un análisis tranquilo, sosegado, con la participación, evidentemente, de los sindicatos, con quienes mantenemos en este tema un contacto fluido.

-¿Cómo se va a medir eso que usted denomina como la excelencia?

“Cualquier empresa tiene que hacer un esfuerzo por reconocer dentro de la organización a los excelentes con criterios claros, concretos y transparentes a la hora de evaluar. Pero para aplicarlo, se debe disponer de un mapa o de un catálogo de indicadores, un cuadro de mandos que permita precisamente la evaluación para no cometer arbitrariedades y ser rigurosos.

-Hasta ahora, lo único que han visto los médicos es una disminución de sus retribuciones, con ajustes en las guardias, recortes en la paga extra de Navidad,… ¿Qué mensaje les enviaría?

-A nadie le gusta tomar medidas de este tipo. Yo también soy médico y, a mí, me han recortado también mi retribución y, cuando vuelva a la vida laboral como médico, tendré el recorte correspondiente. Todos entendemos en qué situación estamos y que el SNS necesita de una serie de medidas para su sostenibilidad. Es cierto que el sector sanitario había vivido ajeno a las crisis de otros sectores pero el problema ha llegado y los profesionales deben ser conscientes del papel que siguen jugando dentro del SNS, teniendo presente el valor incalculable que tienen sus acciones y decisiones para el mantenimiento del SNS. Creo que este es el momento para todos de arrimar el hombro y otras actitudes u otros posicionamientos no contribuyen al mantenimiento del SNS”.

-Su Gobierno ha anunciado la Ley de liberalización de los servicios profesionales ¿afectará a los servicios sanitarios? y ¿qué papel cree que deben tener los colegios de médicos?

La Ley de Servicios Profesionales es una ley en la que el Ministerio de Economía y Competitividad está trabajando. Nosotros estamos manteniendo contacto con todos los consejos de colegios profesionales para conocer su opinión. Hemos mantenido reuniones con médicos, enfermería, veterinarios, farmacéuticos, biólogos, químicos…, pero no se ha terminado todavía ningún documento. Sobre el papel de los colegios de médicos, yo soy un defensor porque creo que juegan un papel capital. Otra cuestión es que, tengan que reflexionar si lo que se ha hecho hasta ahora como estructura y funciones del colegio deben seguir o tienen que dar un giro en su funcionamiento. Cuando un médico pregunta ¿qué hace el colegio por mi?, yo siempre digo que el colegio debe velar para que tus actuaciones médicas y sanitarias se adecuen a unos principios éticos y deontológico. Un colegio profesional tiene que servir como un sistema de verificación de los profesionales, es decir, de inscripción, de registro, de licencia y ser garante ante la sociedad de que las actuaciones de los profesionales, tanto públicos como privados, se realicen bajo criterios éticos y deontológicos, al margen de otras funciones, como formación continuada u otras actividades. Percibo que estamos asistiendo a un posible de cambio de ciclo, al inicio de una nueva etapa en España para los colegios profesionales. Hoy, los colegios tienen un peso más relevante en el contexto de la medicina, de la organización sanitaria, de la tutela de los profesionales y en el contexto de los conocimientos científicos.

¿Cómo se entiende que para ejercer la medicina en cualquier país de la Unión Europea, sea obligatoria la colegiación como garantía para el paciente y, en España, no lo asuman cuatro comunidades autónomas?

-Aquí se han producido situaciones de vacío legal que algunas CC AA se han apresurado a llenar. Precisamente, esta Ley de Servicios Profesionales, que ya tenía que haber estado confeccionada hace más de un año, creo que va a ordenar todo ese tipo de situaciones.

-Para diseñar la estrategia de RR HH es preciso conocer qué recursos se tienen. ¿Cuándo estará listo el famoso Registro de profesionales sanitarios?

Hasta ahora, no existe una fuente documental que permita saber con qué número de profesionales contamos, razón fundamental para una correcta planificación. Por eso, en el RDL 16/2012, del pasado mes de abril, se crea el Registro Estatal de Profesionales Sanitarios, cuyo borrador ya está redactado – estamos ultimando los últimos flecos- y espero que esté listo para finales de año. También estamos trabajando en el diseño de una plataforma que dé cabida a las experiencias que ya algunas comunidades autónomas tienen sobre registros de profesionales, y en la que también tendrán cabida los Colegios profesionales y otras organizaciones, dado que hay profesionales que no trabajan dentro del SNS.

-¿El escollo para poner esto en marcha es la falta de colaboración a la hora de aportar datos las CC AA?

-No creo que ese sea el escollo. Yo he encontrado siempre colaboración en las Comunidades Autónomas para los temas que afectan a mi dirección. Hay que tener ese punto de paciencia, de lealtad Institucional y ese punto de consciencia de que nuestro SNS es la suma de 17 servicios regionales de salud y saber que, cada vez que estamos tomando una decisión, no es Estado-Comunidad Autónoma, si no que todo es Estado. Es bueno que tengamos una información fluida, respetuosa, sometida a los criterios de protección de datos…etc. para que cualquier profesional, organización sanitaria o cualquier ciudadano, dentro la limitación de sus campos de consulta, acceda a una información transparente, útil y útil. Ese es el reto.

-Usted ha dicho que habrá un antes y un después en política de recursos humanos tras la regulación profesional. ¿Cuáles son las claves de ese antes y después?

-Primero, es un cambio importante, porque se modifica la estructura formativa de los profesionales de las próximas generaciones de médicos. Cuando en el año 82 el doctor Segovia Arana creó el sistema de formación de especialidades médicas en nuestro país, no éramos conscientes de la trascendencia que iba a tener en nuestro sistema. Fue uno de los mejores logros de formación de los profesionales de la medicina, aportó innegable calidad y eficacia al sistema. Ese modelo, a través de la troncalidad se va a modificar y será un modelo que con la colaboración de todos mejore la formación de nuestros profesional, con ese objetivo estamos trabajando. En segundo lugar, saber cuántos somos y cuántos de cada especialización, es una pregunta que tardaremos tiempo en dar respuesta. Otro de los retos es la competencia profesional. La carrera profesional, que probablemente surgió con una buena intención, ha servido para pagar antigüedad hicieras lo que hicieras. El profesional de los próximos años va a estar mucho más integrado a nivel internacional, va a necesitar que se le reconozcan sus capacidades y el SNS va a tener que diferenciar unos de otros. Tenemos que avanzar en el reconocimiento de la formación de créditos europeos e internacionales, para que nuestros profesionales cuando vayan fuera de España u otros profesionales cuando vuelvan no tengan ningún problema.

-En esta regulación del desarrollo profesional ¿qué papel tendrán los colegios de médicos en temas como la validación periódica de la colegiación y la recertificación de conocimientos?

-Yo espero que en esa modificación, tanto los colegios profesionales como el Consejo General de Colegios, asuman una serie de competencias. En otros países lo hacen y en nuestro país también deberían hacerlo, sin olvidar que el Estado juega un papel como garante de todos estos aspectos de reconocimiento que estamos hablando. Pero, hay que esperar para ver cómo lo podemos perfilar.

-Su departamento trabaja en un borrador de troncalidad ¿en qué fase está ahora?

-El borrador del Real Decreto está concluido y será sometido a los trámites necesarios para su aprobación, incluido el de audiencia externa y examen por el Consejo Interterritorial. Se han introducido algunas aportaciones y hay un cierto nivel de consenso. En una reunión del Consejo Interterritorial se presentó una propuesta sobre la creación de dos especialidades: de psiquiatría infantil y de genética clínica y de cuatro áreas de capacitación, que son las de urgencias y emergencias, infecciosas, hepatología y neonatología. También hemos apuntado, en esa modificación, que la especialidad de análisis clínicos y bioquímica clínica se pueden fusionar. Hemos tenido contacto con los representantes de las sociedades y de las Comisiones Nacionales. Están trabajando en ello. Incluso sobre la especialidad de farmacia hospitalaria, hemos hablado con los responsables para integrar dentro de ese nuevo campo formativo aspectos que creemos que son importantes como los vinculados a las actuaciones profesionales de estos especialistas en atención primaria. Hemos sido bastante prudentes a la hora de pulsar de forma conjunta, incluso individual, cuál era el posicionamiento de las Comunidades Autónomas y es que el catálogo de especialidades del SNS tiene que conjugar muchos factores: las características del SNS, la capacidad de formación del sistema, la competencia en la formación del sistema, entender que está pensado y participado por 17 Comunidades Autónomas. Tiene que tener presente los informes fundamentales de las comisiones nacionales, y tiene que tener también en cuenta el avance científico y la especificidad científica de los avances técnicos que hay en la medicina. Todo eso hace un mix en el que todos tenemos que ser generosos. Cuando nace el primer catalogo de especialidades, en el año 1984, nadie pensaba en todas las especialidades que se han ido produciendo, fruto del avance de conocimientos, de la fusión de áreas de conocimiento en otras nuevas…etc. En resumen vemos la gran variedad de factores existentes y todo ello debe ser tenido en cuenta a la hora de las decisiones. Eso es lo que yo pido a los distintos interlocutores en este proyecto.

-Sobre el cambio formativo, tras el proyecto de troncalidad ¿cómo se establecerá la duración de las distintas especialidades médicas?

-El Real Decreto determinará la necesidad de aprobar, en los meses siguientes a su publicación, una orden específica para cada una de las especialidades. Lo que marca la troncalidad es que el periodo troncal común, mínimo sea de dos años, donde puede haber aspectos no solamente vinculados al área de la medicina o de la cirugía, o de laboratorio, sino también aspectos relacionados con la bioética, con la gestión, con la investigación, aspectos que entendemos que son importantes. Luego vendrá un periodo específico cuya duración será la necesaria para desarrollar las competencias que la Comisión Nacional específica determine que ese profesional debe tener.

-Se ha confirmado la rebaja del 4,7% de las plazas MIR para el curso 2012-2013 y se ha introducido una nota de corte en todas las titulaciones. ¿Cómo se concilia esta medida con el aumento de la oferta universitaria que ha pasado en los últimos 5 años de 28 a 40 universidades?

-Es verdad que este es un modelo difícil de cuadrar, pero creo que el SNS debe hacer un esfuerzo por aproximar la formación a sus propias necesidades. Con los parámetros de estimación que tenemos ahora, creo que una cifra que ronde los 6.000 puede ser razonable y hemos pedido un esfuerzo a las Comunidades Autónomas para que valoraran este tema y han hecho una reducción porque ya empieza a haber dificultades laborales en algunas especialidades.

-Querrá decir bolsas de desempleo

-No diría de desempleo porque no tengo los datos y, en el sector sanitario, hay que entender que las cosas no son tan simples porque el profesional, cuando hace una especialidad, tiene más dificultad o le resulta menos atractivo irse a un hospital comarcal que estar en un hospital grande. Pero sí que es cierto que hay ciertas especialidades que tenemos ya identificadas como sobreestimadas en número, con un número de efectivos que deberá ir reduciéndose y otras que se encuentran en una situación más ventajosa con una mayor oferta de trabajo. Pretendemos ir ajustando esto y, por eso, este año hemos iniciado una reducción del 4,7%, teniendo en cuenta lo que nos han dicho las Comunidades Autónomas. También hemos introducido otros elementos de modificación como un punto de corte que hemos establecido en el 30% de la nota de las diez mejores notas. Y hemos reducido la parte de las plazas reservadas para extranjeros, del 10 al 8%. Y por primera vez hemos incorporado el tema de la discapacidad que supone que el 7% de las plazas quedan reservadas para las personas que cumplan los nuevos requisitos de superar la prueba. Pero hay que intentar avanzar en lograr un equilibrio entre la oferta de plazas MIR y la oferta de plazas docentes en las universidades para no generar expectativas que luego no se cumplan. Los estudiantes también deben reflexionar sobre la relevancia de este sistema que no existe para otros colectivos universitarios que carecen de una oferta formativa tan importante y de tanta calidad además de estar costeada por el SNS. Creo que entre todos la debemos seguir manteniendo en niveles de calidad adecuados.

-Y que les diría a los MIR que cuando, terminan su formación, tienen que irse fuera porque no encuentran trabajo?

-Me gustaría que el SNS ofertara plazas suficientes para dar cabida a los profesionales que formamos porque lo que no es deseable invertir en formación y que otros países se beneficien de esta formación. No obstante no hay que olvidar que el principal beneficiado de esa formación es el propio profesional, porque un profesional de la salud puede trabajar en el ámbito público o privado, pero su formación se ha hecho con fondos del públicos del país. Otro hecho que hay que destacar es que los jóvenes profesionales una vez formados, algunos de ellos, buscan sus ofertas de trabajo en otros lugares por ser mejores que las que tienen aquí y eso no es consecuencia de una mala planificación, sino de una excelente formación que les capacita para ser tan buenos o mejores como los autóctonos de esos países.

-La estatutarización de los Médicos Titulares y los de Cupo y Zona, ha supuesto un escollo para el Ministerio de Sanidad ¿al final, se apagó el fuego?

-No pretendimos perjudicar a nadie. Cuanta menos diversidad haya dentro del SNS, los gerentes tienen más facilidad a la hora de gestionar los recursos humanos, y a la hora de asignar competencias y de evitar singularidades. Atendimos las sugerencias de las Comunidades Autónomas. Una lectura sosegada de lo que figura en el Real Decreto permite que las Comunidades Autónomas establezcan los mecanismos necesarios para resolver este tema de la integración que, en unas comunidades, se ha hecho, sino de derecho, casi de hecho. Entre todos se puede encontrar una solución satisfactoria.

-Y, con los MESTOS, usted se comprometió con este colectivo a hacer una valoración de la situación para su regulación ¿cómo está el tema?

-Hay que saber cuántos son y en qué situación está cada uno y todavía estamos a falta de que alguna CC AA nos de esos datos. No es lo mismo un mesto que se dedica a la medicina en atención primaria y es PRE-95 que otro que sea post 95. El mayor número de profesionales dentro de los “mestos” se corresponde con médicos generales pre-95 o médicos pre-95 que se dedican a la pediatría y muy esporádicamente profesionales que se dedican a otras especialidades como puede ser la cirugía, la anestesiología,…etc. Muchos de estos pueden tener una solución, acogiéndose a la titulación de Medicina Familiar y Comunitaria si cumplen los criterios de la convocatoria. Para los profesionales que pretenden otras especialidades veo muy difícil que haya una homologación de titulación. Hay que resaltar que nuestro sistema MIR de especialidades está muy regulado con procesos claros de acceso y criterios de calidad que en mi opinión deben prevalecer y estar presentes en nuestras decisiones. Debemos ser muy rigurosos en los pasos que se den.

-Usted ha afirmado que esta crisis es una oportunidad, ¿para qué exactamente?

-Creo que todas las crisis son una oportunidad. En el sector sanitario, es un momento en el que los profesionales deben plantearse si necesitamos una nueva relación con el SNS. Debemos estar preparados para explorar nuevos escenarios en esa relación, pero siempre con la óptica de mantener un sistema universal, solidario, equitativo y sostenible. Hasta ahora algunos profesionales entraba dentro del SNS, ganaban unas oposiciones, trabajaban y se jubilaban de esas oposiciones. Ahora, el profesional va a querer tener más competencias, más responsabilidades, más participación, más diferenciación,.. en ese escenario es necesario la evaluación. Y ese es un reto fundamental. Tenemos que garantizar a la sociedad nuestras competencias. Hay profesionales que lo hacen y de forma voluntaria y profesionales que no lo hacen. A los que lo hacen, no se les da ese reconocimiento y, a los que no lo hacen, no se les diferencia de los que lo hacen. No todos somos iguales, ni nos preocupamos con la misma intensidad, ni estamos igual de formados. Esto se puede trasladar a todos los colectivos, pero el médico tiene un papel especial porque es el que decide y su decisión tiene repercusión en el paciente y en el Sistema. Ese es el escenario en el que debemos avanzar y para el que nos tenemos que preparar.

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