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Dr. Antonio Ares Camerino: “Retrasar, negar, defender”

El Dr. Antonio Ares Camerino, vicesecretario del Colegio de Médicos de la Provincia de Cádiz, analiza, en este articulo de opinión publicado en Médicos y Pacientes, la sanidad española.

“Se anunciaba en prensa y todos los medios audiovisuales como Centro Sanitario de Alta Tecnología. Sólo había que encender la Smart TV para que te inundarán con propaganda que te ponía la piel de gallina. Los medios más avanzados, las terapias más innovadoras y so profesionales que ostentaban el top ten en todas las estadísticas. La pulcritud de la publicidad sólo te llevaba a una zona tenue sin sufrimiento real. Aquello, más que un centro sanitario de servicio a la comunidad parecía una pulcra oficina de diseño variopinto. Luces tenues bien orientadas, cristales nítidos, metales lustrosos y maderas de un noble que se relamían por sí solas, nos situaban más en un centro de negocios o bufete de abogados que en algo que oliera a enfermedad o sufrimiento. La música ambiental nos trasladaba a una zona de confort, tan plácida que era imposible quejarse de nada. La uniformidad del personal y sus identificaciones nos hacían presagiar que allí no había forma de soltar mocos y dolores, que todo lo que pudiera ser sufrimiento quedaría postergado para otro lugar. Eso si toda estaba supeditado al importe de la póliza concertada o al saldo disponible en la tarjeta de crédito”.

Estados Unidos ostenta, como país, el récord mundial en gastos sanitario por habitante. Sus Universidades de élite han conseguido batir todas las marcas en cuanto a Premios Nobeles conseguidos en todos los campos, Física, Química, Fisiología o Medicina. Para hablar de los avances terapéuticos, de novedosas tecnologías biosanitarias, de diagnósticos punteros, de investigación a gran escala, o de revistas científicas de renombre, hay que contar con ellos. Sus publicaciones, y líneas de investigación acaparan todos los campos de las ciencias médicas y sociales. Pero no es oro todo lo que reluce. Este país, tan magnánimo y puntero en sus estadísticas, tiene tasas de vacunación infantil muy por debajo de países que ellos consideran del tercer mundo. Su mortalidad infantil y perinatal es mucho mayor que la de países de su entorno con rentas per cápita muy inferiores. Hay estudios que hablan incluso de “exceso de mortalidad”, en determinadas zonas y grupos de población, propias de países subdesarrollado Las expectativas de vida, según las zonas y los grupos étnicos del país más desarrollado del mundo, pueden tener una diferencia de más de 20 años. No es lo mismo ser negro que blanco, ser mujer que hombre, ser migrante que ciudadano, ser del este que del oeste, del norte o del sur. Todo marca una diferencia, siempre en contra de los más vulnerables.

Cincuenta millones de estadounidense viven por debajo del nivel de la pobreza, lo que supone casi un 20 % de su población, sin derechos tan básicos como el acceso a una sanidad pública, gratuita y universal, como a una educación de calidad. A día de hoy la esperanza de vida media en EE UU apenas puede superar los 78 años, muy por debajo de la de Europa, que ya supera los 82 años (en España 84) y de la de su referente más próximoCanadá. Manuel Franco, epidemiólogo y profesor de salud pública de la universidad de Alcalá y del John Hopkins Hospital, comenta que en un artículo publicado recientemente en la prestigiosa Revista The Lancet, después de la pandemia se ha producido un importante descenso en la esperanza de vida de determinados grupos de población.

El Sistema Sanitario de EE UU es ultraliberal y privado has extremos insospechados. Las Compañías Privadas de Seguros de Salud campan a sus anchas. Cada año se producen cerca de 300 millones de reclamaciones por servicios contratados y no prestados, casi a uno por habitante. Personas octogenarias deciden seguir trabajando tan sólo por tener un precario sistema de salud.

En estos días tras el asesinato de Brain Thompsom, ejecutivo de la mayor aseguradora de servicios de salud de Estados Unidos de América, se ha abierto el debate de lo que puede considerarse “La salud como derecho o como negocio”.  La obra del profesor de derecho Jay M. Feinman, “DELAY, DENY, DEFEND” (Editorial Pulido 2010) ha estado en el centro de la polémica desde que se produjo el crimen.

El cine ha dado buena cuenta de la situación de secuestro y extorsión que sufre la población estadounidense en cuanto a su salud, basta con ver John Q, interpretada por Denzel Washington o The RaimMarker, dirigida por Francis Ford Coppola, e interpretada por Dani de Vito y Matt Damon.

A pesar de la gestión más que mejorable de las distintas Consejerías de salud de las distintas Comunidades Autónomas, de la falta de competencias reales de un Ministerio de Sanidad perdido en combate, de las listas de esperas para acceder a los servicios sanitario y de la desesperación de gran parte de la población, que no puede pagarse un sistema de salud privada, nuestra Asistencia Sanitaria, y gracias a sus profesionales, sigue siendo de las mejores del Mundo.

Las tribunas y artículos publicados en medicosypacientes.com no representan posturas o posicionamientos oficiales del CGCOM

BIBLIOGRAFÍA

https://www.healthdata.org/sites/default/files/2024-12/US-series-newsrelease-es.pdf

https://www.podiumpodcast.com/podcasts/a-vivir-que-son-dos-dias-playser-em/episodio/4273294

https://institutofranklin.net/sites/default/files/revistas/%5B2021-07/tn35-MFranco.pdf

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