Además, un 56 por ciento de los pacientes que han sufrido este accidente cerebral antes de los 50 años muere o padece secuelas físicas o neurocognitivas al cabo de diez años. De hecho, el ictus en edades jóvenes es la principal causa de discapacidad física y neurocognitiva
Barcelona, 29 de octubre 2009 (medicosypacientes.com)
Los menores de 50 años que sufren infartos cerebrales han aumentado un 50 por ciento en los últimos años, debido a hábitos de vida poco saludables, según datos de la Unidad de Ictus del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
El centro, que cuenta con esta unidad desde 2001, señala que un 8,2 por ciento de todos los ictus se producen en menores de 50 años, cuyo perfil más común es el de un hombre que sigue pautas de dieta poco sanas, habitual del alcohol y tabaquismo, por ejemplo.
Además, un 56 por ciento de los pacientes que han sufrido este accidente cerebral antes de los 50 años muere o padece secuelas físicas o neurocognitivas al cabo de diez años. De hecho, el ictus en edades jóvenes es la principal causa de discapacidad física y neurocognitiva.
Su prevención, así como el diagnóstico precoz y tratamiento son las mejores herramientas de lucha contra el ictus y han permitido convertirlo en una enfermedad tratable. La atención neurológica especializada y urgente realizada en unidades de ictus es la medida más eficaz para reducir la mortalidad y la incapacidad asociadas al ictus.
En Cataluña, se producen cada año 18.000 ictus. De las 126.000 personas que han sufrido un ictus en Cataluña, más de 40.000 presentan una discapacidad por la misma causa.
Los principales síntomas del ictus son pérdida de fuerza repentina de la cara, el brazo y la pierna de un lado del cuerpo, trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de hormigueo en la cara, brazo o pierna, pérdida de visión parcial o total, alteración del habla, dolor de cabeza y vértigo y desequilibrio.