Psicólogos clínicos del Departamento de Salud del Hospital Universitario de La Ribera advierten que los niños suelen imitar el estado de ánimo de los adultos por lo que, al regresar a la rutina diaria tras las vacaciones, 3 de cada 10 menores sufren apatía, ansiedad e irritabilidad. Estos síntomas son pasajeros y no suponen ningún problema de salud, no obstante la mejor ayuda en estos casos es la prevención para evitar estos sentimientos en la medida de lo posible, según los expertos
Valencia, 4 de septiembre de 2012 (medicosypacientes.com)
Psicólogos clínicos del Departamento de Salud del Hospital Universitario de La Ribera advierten que los niños suelen imitar el estado de ánimo de los adultos por lo que, al regresar a la rutina diaria tras las vacaciones, 3 de cada 10 menores sufren apatía, ansiedad e irritabilidad. Estos síntomas son pasajeros y no suponen ningún problema de salud, no obstante la mejor ayuda en estos casos es la prevención para evitar estos sentimientos en la medida de lo posible, según los expertos.
“Los padres deben transmitir emoción por el reencuentro con los compañeros y entusiasmo por este cambio de rutina, y no un trauma”, recomiendan las especialistas Marta Simó y Ángela Ferrero, psicólogas clínicas de la Unidad de Salud Mental Infantil y Adolescente del Departamento de Salud del Hospital de La Ribera. Estas expertas explican que los menores suelen imitar el estado de ánimo de los adultos por lo que también pueden acusar el regreso a la rutina diaria tras las vacaciones.
Así, las estadísticas muestran que un 4% de los niños y adolescentes presentan problemas psicosomáticos como dolores abdominales, nauseas, vómitos o cefaleas en su etapa post-vacacional. A su vez, según las psicólogas, es frecuente que durante los primeros días de colegio, muchos de los pequeños se muestren reticentes a la hora de hacer los deberes o de levantarse por la mañana, o incluso se nieguen a acudir a clase.
En este sentido, las expertas aseguran que “la prevención es la mejor pauta para evitar en los niños estos sentimientos o paliarlos en la medida de lo posible”. Para ello hacen varias recomendaciones como que “en los días previos al final de las vacaciones, los niños vayan adaptando su horario con el fin de habituarse paulatinamente al que tendrán durante el curso escolar”, así, “puede ser útil levantar a los niños en los días anteriores al primer día de colegio cada día un poco más temprano, de manera que el primer día no experimenten un cambio brusco”, afirman las expertas.
Otra de las medidas que pueden adoptar los padres es la de “inculcar a los niños entusiasmo por el inicio de la nueva etapa por lo que es importante evitar los comentarios negativos sobre el fin de las vacaciones o la vuelta al trabajo”. Es conveniente que los padres ayuden a los niños a asociar mentalmente el colegio con escenas agradables como jugar, reír o aprender.
Por último, las expertas también aconsejan favorecer la relación con otros niños invitando a algún amigo a casa o acudiendo al parque habitual después del cole para ayudar a una mejor adaptación.
Estos síntomas también pueden mostrarse en casos especiales como el de los niños que acuden al colegio por primera vez. Para ellos las psicólogas inciden en la importancia, entre otras cosas, de no excederse en las despedidas ni dramatizar, a la hora de dejar a los niños en el colegio, sino transmitirles seguridad y tranquilidad. Además, recomiendan a los padres seguir unos horarios estables de dejada y recogida para evitar generar en los menores incertidumbre o angustia. Por último, otra manera de restar tensión emocional en el menor sería preparar los libros, la mochila o el uniforme unos días antes del comienzo de las clases de forma que esté todo apunto. Del mismo modo, acudir unos días antes al centro escolar con el niño para que vea las instalaciones y, si es posible, conocer personalmente a su profesor para que haya una mayor aceptación del alumno”, sería también positivo según las especialistas.