Con motivo de la celebración del seminario "El papel del agua en la salud", Médicos y Pacientes entrevista a Luís Ferreirim, del área de biodiversidad de Greenpeace España, que participará como ponente. Ferreirim destaca que "nuestra salud está totalmente relacionada con la salud del planeta y por ello los médicos y médicas deben convertirse en auténticos activistas por la defensa del planeta"
¿Qué medidas se deberían tomar de forma urgente para mejorar la calidad del agua? Y a medio plazo, ¿cuáles deben ser los objetivos?
En el ámbito del sector agrícola, que es el que trabajamos desde Greenpeace, es urgente e imprescindible reducir la contaminación por nitratos y plaguicidas provocadas por la agricultura y ganadería industriales.
El incumplimiento de la Directiva de Nitratos, uno de los primeros textos legislativos de la Unión Europea contra la contaminación, por parte de España ha merecido la apertura de un procedimiento de infracción contra el Estado español en 2018 y ante la inacción de las administraciones la Comisión Europea decidió el pasado diciembre llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la UE. Este es solo un hecho más que muestra la gravedad de este problema en España y debe ser abordado con medidas valientes, de forma urgente y con contundencia.
Varias son las demandas de Greenpeace para atajar este problema, clasificado como “sistémico” por la Comisión Europea, y todas dirigidas a la raíz del problema. Ya no sirven parches que lo único que han permitido es que se arrastre y agrave la situación. En resumen, desde Greenpeace pedimos que se ponga en marcha una moratoria inmediata a la ganadería industrial y así frenar en seco el avance del problema y, para revertir el problema, que a medio plazo se reduzca la cabaña ganadera en intensivo y el uso de fertilizantes sintéticos. De la misma forma, es muy importante el fomento de la “dieta de salud planetaria” donde predominan los alimentos de origen vegetal y apostar decididamente por la agroecología. Ir a la raíz del problema mejoraría no solo la calidad del agua, sino que permitiría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector agrícola, de amoniaco, el consumo de agua e incluso mejorar el bienestar animal, un factor que preocupa cada vez más a la sociedad, entre muchos otros beneficios.
¿Qué debe saber la sociedad acerca del papel del agua en la salud?
El agua es vida y la sociedad debería saber que las decisiones que tomamos hoy respecto al modelo productivo y de consumo influyen directamente en este vital recurso. Las decisiones del pasado, donde ha primado el interés privado frente al interés general, han generado una contaminación sin precedentes del agua y muy en particular de las aguas subterráneas, las reservas del futuro.
En un escenario de cambio climático donde el agua va a ser cada vez más escasa, es de máxima importancia cuidar este preciado recurso.
En este sentido, es importante que la sociedad sepa que la contaminación del agua por nitratos tiene consecuencias para la salud – por este motivo la Organización Mundial de la Salud ha establecido una concentración máxima de esta sustancia en el agua y se ha plasmado en la legislación europea y estatal – y que lamentablemente por este motivo muchos son los pueblos que se están viendo privados de este recurso básico y son obligados a buscar alternativas de suministro.
La Comisión Europea asevera en su apartado sobre la Directiva de Nitratos que “el agua limpia es indispensable para la salud humana y los ecosistemas naturales, de modo que la calidad del agua es uno de los elementos más importantes de la política medioambiental de la Unión Europea”.
En el primer seminario de este ciclo, la Dra. María Neira afirmaba que los mensajes que se manden al respecto acerca del cambio climático deben ser en positivo, ya que, según afirmó, “no podemos permitirnos aterrorizar a la población con otra crisis”. ¿Cómo se debe concienciar a los ciudadanos de que es necesario un cambio por el bien de nuestra salud?
Si no actuamos con urgencia nos podemos enfrentar en un futuro próximo a otra crisis, la crisis del agua. No hay duda de que no es bueno aterrorizar a la población, sin embargo, es fundamental que conozcan las consecuencias de políticas inadecuadas y poco valientes y también de sus decisiones cotidianas. Hoy, actuar ya no es una opción, es una obligación y está en juego nuestra propia sobrevivencia. La comunidad científica nos advierte una y otra vez que el tiempo se agota para evitar las peores consecuencias de la crisis ambiental en la que estamos inmersos, pero que aún estamos a tiempo de evitarlo. Si no lo hacemos, no solo está en riesgo nuestra sobrevivencia, también la de las demás especies que hacen de este un planeta maravilloso.
Creo que la mejor forma de concienciar es justamente ser capaz de mostrar los enormes beneficios de actuar, de empezar a actuar hoy, aunque sean con pequeños pasos, de mostrar todo lo que podemos ganar si cuidamos al planeta.
¿Cómo puede contribuir la profesión médica en este ámbito? ¿Cuál debe ser su papel?
Los médicos y médicas siguen siendo personas en quienes confiamos mucho y, por lo tanto, tienen un papel fundamental. Por ejemplo, fomentar unas pautas alimentarias sanas y sostenibles, la “dieta de salud planetaria” y el consumo de productos ecológicos, podría tener unos efectos realmente importantes, no solo para la salud de las personas, sino también para la del planeta.
Nuestra salud está totalmente relacionada con la salud del planeta y por ello los médicos y médicas deben convertirse en auténticos activistas por la defensa del planeta. Por este motivo, una participación más activa y un posicionamiento claro y contundente ante la discusión de leyes ambientales es más que necesaria, también por lo que se dijo anteriormente, que la clase médica sigue mereciéndose el respecto y confianza de la sociedad… y, espero, que también de los responsables políticos.
Además del papel importantísimo que tienen las administraciones públicas, ¿qué pequeñas acciones puede hacer la sociedad para proteger el medio ambiente?
Nuestras decisiones cotidianas son fundamentales para la preservación del planeta. Por ejemplo, la alimentación es una de las herramientas más poderosas que tenemos a nuestro alcance para decidir que modelo productivo y de consumo queremos. Las personas más privilegiadas, podemos elegir hasta tres veces al día lo que ponemos en nuestro plato, podemos elegir si queremos seguir apostando por alimentos provenientes de un modelo destructivo, el industrial, o de un modelo que trabaja con la naturaleza, el agroecológico. Además, reducir el consumo de alimentos de origen animal e incrementar el de alimentos de origen vegetal, ecológicos, de cercanía y locales no solo es bueno para nuestra salud, lo es también para la del planeta.
Otras acciones que podemos poner en marcha están relacionadas con la energía que consumimos, como nos vestimos o como nos movemos, entre muchas otras. En todos estos ámbitos existen cada vez más alternativas sostenibles.
Por otro lado, es fundamental ser muy conscientes que vivimos en un planeta con recursos finitos – con el actual ritmo de consumo harían falta tres planetas para suplir la demanda actual – y que hasta ahora hemos tenido, como sociedad, una actitud absolutamente depredadora. Es el momento de cultivar la generosidad, reducir drásticamente todas nuestras formas de consumo y buscar vivir de una forma más sencilla y en harmonía con el planeta y las demás especies.
Es también necesaria una participación más activa de la sociedad en la toma de decisiones políticas y en el apoyo de las iniciativas de las organizaciones ecologistas para preservación del medio ambiente. La presión social es decisiva para que nos escuchen.
El papel del agua en la salud
El seminario tendrá lugar este miércoles a las 18:00.
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