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Los ciudadanos tienen que seguir estrategias personales para protegerse de los efectos de la contaminación del aire

Los propios ciudadanos tienen que empezar a realizar elecciones personales recomendadas para proteger su salud respiratoria y, en general, frente a la contaminación del aire, contra la que ya no bastan solo las políticas públicas que se ponen en marcha. El abanico de medidas que pueden adoptar los ciudadanos de forma individual es amplio y, entre ellas, figuran desde llevar mascarillas en las condiciones en que estén prescritas, limitar el ejercicio físico al aire libre en los días de más contaminación atmosférica y cerca de las fuentes de esta contaminación, intentar reducir la exposición a la contaminación del aire de carreteras mientras se viaja de un lugar a otro o utilizar sistemas de calidad del aire para planificar las actividades, según un artículo sobre la situación actual de la contaminación del aire publicado en European Respiratory Journal este año 2020

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha querido llamar la atención sobre la importancia de que los ciudadanos empiecen a adoptar estas medidas, con motivo de la celebración del acto Impacto de la contaminación y el cambio climático sobre la salud. 

Las muertes causadas por la contaminación del aire se habían subestimado, ya que existen actualmente 9 millones de defunciones anuales de forma global en todo el mundo, de las cuales el 99% se deben a causas domésticas de la contaminación del aire y casi el 90% debido a la contaminación del aire ambiental ocurre entre la población con ingresos medios y bajos, donde la quema de combustibles sólidos para cocinar y calentar es un problema importante. Además, el 25% de muertes prematuras cuya causa es la contaminación del aire son de tipo respiratorio.

Pero a las enfermedades y muertes por causas respiratorias relacionadas con la contaminación del aire hay que sumar la morbilidad y mortalidad cardiovascular, dado que la inhalación es la puerta de entrada común de los contaminantes.

Teniendo presentes estos datos y que éstos van al alza, que protegerse frente a la contaminación del aire no solo ayuda a proteger la salud respiratoria, sino también la cardiovascular y que no existe una exposición a la contaminación del aire que sea de riesgo cero, no solo es preciso poner en marcha políticas públicas, sino también hacer recomendaciones a los ciudadanos para que opten por elecciones personales que les permitan evitar el impacto de la contaminación del aire. Estas medidas son útiles para toda la ciudadanía, pero especialmente para personas con asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o que puedan desarrollar estas enfermedades en el futuro. Las evidencias respecto a las recomendaciones planteadas para reducir el impacto de la contaminación del aire, aplicables a nivel local, en distintos países. Son tres grupos de 10 recomendaciones:

Las recomendaciones para minimizar la contaminación del aire ambiental son las siguientes:

• Llevar respiradores de partículas ajustados, como las mascarillas N95, cuando los niveles de la contaminación ambiental sean altos o se viaje a áreas con altos niveles ambientales de contaminación del aire.

• Cambiar del transporte motorizado al transporte activo, como andar o ir en bicicleta.

• Elegir rutas de viaje que minimicen el tráfico cercano a la carretera para evitar la exposición a la contaminación del aire, donde haya poco tráfico, rutas y recorridos con los espacios abiertos, minimizar los viajes durante las horas pico y evitar retrasos en áreas de alta contaminación del aire cuando sea posible.

• Optimizar el estilo de conducción y la conducción del vehículo, como conducir con las ventanillas cerradas en medio del tráfico, mantener los sistemas de filtración del aire del automóvil y evitar el motor inactivo.

• Hacer ejercicio al aire libre de forma regular, pero de forma moderada cuando haya niveles de contaminación del aire altos.

• Estar atentos a los niveles de contaminación locales. Las recomendaciones para minimizar la exposición personal a la contaminación del aire doméstico son las siguientes:

• Utilizar combustibles limpios y asegurarse de que el hogar tenga ventilación donde sea posible y adoptar mejoras en estufas, donde los recursos sean suficientes.

• Usar limpiadores de aire portátiles combinados con medidas para reducir la fuente de consumo doméstico, contaminación del aire y estrategias para mejorar ventilación. Y, por último, esta publicación apela a que los ciudadanos tengan presentes que existen dos recomendaciones más que pueden ser modificadores de los efectos de la contaminación:

• Tratarse del asma, la EPOC u otras afecciones respiratorias, pues tener estas enfermedades bajo control es crucial para combatir el riesgo aumentado de la contaminación del aire ambiental o doméstica.

• Modificar la dieta y complementarla con antioxidantes o agentes inflamatorios, porque una dieta equilibrada se asocia con una disminución del riesgo de enfermedades crónicas.

Un estudio del Royal College of Physicians de Reino Unido alienta a los médicos a hacer recomendaciones a los pacientes más vulnerables para mitigar los efectos de la contaminación del aire. No obstante, los autores del artículo de ERS han advertido que faltan algunas evidencias respecto a las 10 recomendaciones y que habrá que seguir investigando sobre ello.

Estas elecciones no deben hacer olvidar el papel de los poderes públicos para minimizar el impacto de la contaminación del aire. El artículo señala que la planificación urbanística debe desarrollarse teniendo en cuenta que el impacto en la contaminación del aire sea el menor posible y haciendo factible que vivir y trabajar en el centro de las ciudades sea atractivo, para que disminuya el transporte activo y que no haya tantas emisiones.

Papel de la sanidad en el calentamiento global

Junto a la contaminación del aire, el cambio climático ha sido identificada como la otra gran, amenaza para la salud humana. “El cambio climático no es una cuestión de opinión. Es tan abrumadora la cantidad de evidencia que existe sobre el efecto antropogénico en el calentamiento global, que negarlo es simplemente un absurdo”. Así arranca el editorial de SEPAR más reciente sobre esta cuestión, publicado en Archivos de Bronconeumología y firmado por el Dr. Carlos Cabrera, la Dra. Isabel Urrutia, coordinadora del Área de Medio Ambiente de SEPAR y el Dr. Carlos A. Jiménez-Ruiz, presidente de SEPAR.

El calentamiento global conlleva una gran cantidad de enfermedades, como las infecciones, por la diseminación de vectores; los brotes de enfermedades digestivas, por inundaciones; enfermedades psiquiátricas y mortalidad causada por las temperaturas extremas en las ciudades, hasta el punto que la OMS estima que en 2030, solo dentro de diez años, la mortalidad anual atribuible al cambio climático rondará las 250.000 personas y existe un consenso amplio en que la acción contra el cambio climático es probablemente la mayor oportunidad en salud del siglo XXI, según datos reseñados en el editorial.

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