La Dra. Concha Ferrer, presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, expuso al Pleno del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España (CGCOM) la situación de la sanidad aragonesa y señaló que “el mapa de densidad poblacional de la comunidad autónoma complica la asistencia sanitaria e incrementa los recursos para poderla poner al alcance de toda la población”
Aragón cuenta con 33 comarcas. Zaragoza tiene 600.000 habitantes, mientras que Calatayud, Huesca y Teruel entre 20.000 y 50.000. Esto provoca que haya gran cantidad de centros comarcales de menos de 5.000 habitantes (19 comarcas con una densidad de población inferior a 10 habitantes /km de las cuales tres en Teruel y una en Huesca tienen una densidad inferior a 3,5 habitantes /km.
La Dra. Ferrer enumeró las especialidades en riesgo por jubilaciones en los próximos 10 años y destacó que en Zaragoza son Medicina del Trabajo, Medicina Legal y Forense; en Huesca, Anatomía Patológica, Cirugía General, Medicina del Trabajo, Medicina de Familia, Medicina Legal y Forense, Medicina Preventiva, Microbiología, Nefrología, Neumología, Obstetricia, Pediatría, Radiología y Reumatología; y en Teruel, Anatomía Patológica, Cardiología, Hematología, Medicina del Trabajo, Medicina de Familia, Microbiología, Neumología y Radiología.
También expuso la situación de la colegiación en Aragón. La comunidad cuenta con un total de 8.946 colegiales, de los cuales 7.376 están en activo y 1.570 están jubilados. Por provincias, Zaragoza tiene 7.237 colegiados, Huesca 1.034 y Teruel 675. En rango de edad con mayor número de colegiados es de 55 a 64 años, con 2.167.
La Dr. Ferrer señaló como causas de la problemática actual de la sanidad aragonesa “la poca planificación de los recursos humanos, el mantenimiento de un SNS no adaptado a las necesidades del S. XXI, la incapacidad de atraer especialistas formados en la región, con un proyecto atractivo para que se queden y comunidades autónomas con sistemas más consolidados como País Vasco o Navarra, menores problemas de demografía y territorio como La Rioja, que complican la situación y atraen a los profesionales aragoneses”.
Como soluciones a este contexto, la Dra. Ferrer apeló a la valentía para afrontar la situación actual, “que tendrá un coste político para cualquier equipo de Gobierno lo asuma”; apostó por la planificación con adaptación a ese estudio detallado de lo necesario en RRHH; la incentivación de los puestos de más difícil cobertura; programas asistenciales adaptados como copia de otros lugares que como Aragón tienen gran dispersión y envejecimiento de la población; evaluación, donde las retribuciones y el desarrollo profesional se funden en una valoración objetiva y transparente de la actividad profesional; y la carrera profesional, paralizada y no retomada desde 2009.
