Datos del Instituto Urológico Madrileño revelan que 471.760 menores sufren de enuresis, de los cuales 48.010 son mayores de 14 años. Como consecuencia de ello, estos menores pueden sufrir baja autoestima, impedimentos para desarrollarse socialmente, falta de motivación o fracaso escolar. Por la carga traumática que conlleva, los especialistas consideran que debe considerarse la enuresis como un problema de salud
Madrid, 6 de septiembre de 2012 (medicosypacientes.com/E.P.)
Datos del Instituto Urológico Madrileño revelan que 471.760 menores sufren de enuresis, de los cuales 48.010 son mayores de 14 años. Como consecuencia de ello, estos menores pueden sufrir baja autoestima, impedimentos para desarrollarse socialmente, falta de motivación o fracaso escolar. Por la carga traumática que conlleva, los especialistas consideran que debe considerarse la enuresis como un problema de salud.
Para los expertos, son precisamente los adolescentes de 14 años los que más afectados se ven por esta situación, debido a las implicaciones sociales que este trastorno tiene para ellos. Fracaso escolar, falta de motivación, baja autoestima, impedimentos para desarrollarse socialmente, interrupción del sueño o aislamiento son las consecuencias que trae consigo orinarse en la cama.
Los menores reconocen este problema como «el acontecimiento más traumático detrás del divorcio y las peleas entre los padres». Por ello, los especialistas consideran que la enuresis «debe ser reconocida como un problema de salud pues sigue siendo una entidad frecuentemente olvidada».
Los especialistas advierten a los padres que la edad para empezar a preocuparse se produce mucho antes de los 14 años. «Si el niño moja la cama a una edad por encima de los 5 años es el momento de considerar la posible existencia de un problema de control vesical», subrayan los expertos del Instituto Urológico Madrileño.
La enuresis se produce cuando rebasada esta edad, se producen dos o más episodios al mes. No obstante, en el 85 por ciento de los casos es hereditario debido en principio a un gen del cromosoma 13, «aunque están en estudio otros genes y cromosomas que podrían estar implicados», señalan los expertos.
Por otra parte, en el 90 por ciento de los casos «hay de fondo una causa fisiológica que puede ser la maduración de la vejiga o una producción de orina nocturna superior a la normal», explican. El 10 por ciento restante puede deberse «a un acontecimiento inusual en la vida del niño o en su estructura familiar», observan.
Los especialistas recomiendan a los padres y menores que se encuentren ante esta situación acudir al pediatra para que éste realice las pruebas oportunas a fin de descartar otras patologías más graves. El pediatra puede determinar el tratamiento a seguir, ya sea la adopción de medidas conductuales, la aportación de la hormona que el cuerpo no libera u otras, explican.
