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El médico que cambió su bata de “héroe rural” por la de jubilado voluntario

La historia del doctor Manuel Millán Catalán no es sólo la de un médico rural jubilado que durante 36 años ha dedicado su vida a cuidar de sus pacientes, es la historia de un profesional que, a través de su origen humilde, sacrificio, esfuerzo y superación se convirtió en un héroe rural para la Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA), el único en nuestro país

Pero un héroe nunca se retira, a pesar de haber colgado la bata a finales de 2015, el médico nacido en Maella (Zaragoza) ha emprendido un nuevo camino: el voluntariado y la cooperación. “Tras una vida afortunada tengo la sensación de estar en deuda con el mundo y ésta es una forma de devolver el exceso de recursos que nos han dado a los nacidos en este primer mundo” y por ello anima a los profesionales que se jubilen a emprender este camino “siempre que exista ilusión”.

No obstante, la vida de Manuel no sigue los estándares que hoy en día asociamos a una vida con excesos de recursos. No fue a la escuela hasta los 8 años, pasó su primera infancia en una pequeña masía sin agua corriente y sin electricidad y trabajó durante su adolescencia cosiendo balones para una conocida marca de deporte para poder sufragar los gastos de sus estudios. Más adelante comenzó a trabajar como cantante en Zaragoza, una actividad que le permitió vivir más holgadamente y pagar sus estudios de Medicina y donde se licenció en 1979 por la Universidad de esa misma ciudad.

Manuel tuvo la oportunidad de desarrollar su carrera profesional en el hospital de la capital aragonesa, pero decidió que su sitio estaba en la Medicina Rural, en los pueblos, y comenzó a trabajar en las zonas rurales de la provincia de Guadalajara donde ha pasado 36 años, un tiempo en el que puso sus distintas habilidades, no sólo científicas sino como cantante, pintor o cocinero, al servicio de las personas menos favorecidas.

A finales de 2015 este héroe rural colgó la bata pero no su capa, y por ello comenzó su andadura en el terreno de la cooperación y el voluntariado con distintas ONGs con las que ha viajado a países como Camerún o la República de El Chad. “Hacer voluntariado y cooperación es fruto del espíritu y vocación de servicio de tantos años de profesión a lo que se suma el interés por conocer otras realidades sociales. Tengo la sensación de estar en deuda con el mundo por mi vida afortunada, por el exceso de recursos que tenemos en el primer mundo y esta labor es mi manera de saldar esta deuda”.

La experiencia y el tiempo hacen de la jubilación un momento idóneo para ser voluntario

Para este héroe rural la jubilación es un periodo idóneo para comprometerse en labores de cooperación y voluntariado porque “contamos con la máxima experiencia y con un tiempo que ya no robas a tu familia ni a tus pacientes, solo se necesita ilusión”. No obstante, advierte de que la situación y perfil debe ajustarse a la cooperación en otros países porque si no es así, existen en nuestro entorno muchas formas de ayudar que son “igual de necesarias y satisfactorias”.

Contar con un buen estado de salud; estudiar las funciones y características de la organización con la que se viaja; hablar con otros voluntarios que hubieran estado antes; sopesar que puedes ofrecer sobre el terreno según tus capacidades y estudiar las enfermedades prevalentes de la zona y los tratamientos disponibles, son algunas de las recomendaciones de Manuel para los compañeros que quieran involucrarse en la cooperación y voluntariado antes de salir a terreno.

En su opinión la sociedad debe implicarse más en el voluntariado, una cuestión que en su opinión está ligada a la educación y que generalmente se desarrolla de manera más efectiva en otras sociedades como los países nórdicos. En este sentido anima a las vocalías de médicos jubilados de los distintos colegios de médicos a organizar de forma periódica jornadas sobre cooperación para inspirar y motivar a los numerosos profesionales que van a colgar la bata en los próximos años.

La Medicina Rural es un plus para trabajar en terreno

El Dr. Millán Catalán cree que la Medicina Rural aporta un plus para llevar a cabo trabajos de cooperación en terreno. En África o en otros lugares del tercer mundo, además de las enfermedades prevalentes de cada zona, son muy frecuentes la patología traumática y grandes heridas que exceden, con mucho, lo que un médico de rural está acostumbrado a tratar en nuestro medio. Además, en estos países, habitualmente, “eres el último escalón de la asistencia sanitaria y lo que tú hagas es la máxima atención médica que ese paciente puede recibir. Es por ello, que los médicos rurales que han trabajado lejos del hospital están más familiarizados con la atención a este tipo de problemas, máxime cuando además se han hecho cargo de la urgencia de los Centros de Salud alejados del hospital y donde es frecuente llegar el primero en accidentes de tráfico, traumatismos y heridas graves” – explica.

“La docencia es una de las labores más satisfactorias del voluntariado”

Manuel, cuya última incursión como voluntario fue hace menos de dos meses en Dono Manga, al sur de la República de El Chad con Fundación Ilumináfrica, destaca la labor docente como una de las grandes ventajas y beneficios del voluntariado en la jubilación.

“Siguiendo el mensaje de la famosa frase: `no le des un pez, enséñale a pescar`, la docencia puede ser una de las labores más satisfactorias de un voluntario. En cada viaje se pueden ver los déficits del entorno donde trabajas y pequeños consejos pueden mejorar la atención del lugar, siempre contando con los medios locales. Si vamos a ofrecer docencia, aconsejo siempre hablar con los responsables de los servicios locales de salud y comentarles tu intención de ofrecer unas sesiones de formación con la mayor sensibilidad y mostrando siempre el máximo reconocimiento a los profesionales de la zona.

Incide en que para hacer labor docente hay que llevar todo el material necesario. “En estos dos últimos viajes tengo la experiencia de haber impartido talleres de Cirugía Menor por lo que llevé piezas cárnicas “tratadas” para las practicas (allí no hay sistema de refrigeración), ocho equipos de instrumental, suturas adecuadas y el soporte audiovisual correspondiente. Si te dejas algo de la cadena de trabajo lo más probable es que allí no lo encuentres. África es un continente donde las tijeras nunca están en su sitio y si están, no cortan” – subraya.

Con el objetivo de apoyar a este colectivo de médicos jubilados que quieren ofrecer su experiencia e ilusión, la Fundación de los Colegios Oficiales de Médicos para la Cooperación Internacional trabaja para que en 2020 pueda ofrecer a estos médicos una cobertura especial del seguro de responsabilidad profesional limitada al tiempo que dura la campaña, para facilitar las condiciones de trabajo y mejorar la seguridad en el terreno. Más información en www.fcomci.com

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