Una ingesta energética suficiente y una aportación adecuada de algunas vitaminas, tales como el ácido fólico, se asocian con una menor incidencia de microrroturas musculares y con una menor variación de la proporción de las células sanguíneas, las alteraciones hormonales y el estrés oxidativo tras ejercicios físicos prolongados de intensidad alta
Bilbao, 12 noviembre 2008 (medicosypacientes.com)
El ejercicio físico prolongado de alta intensidad produce frecuentemente microrroturas musculares, modificaciones en la proporción de las células sanguíneas, alteraciones hormonales o estrés oxidativo. A partir de esta evidencia científica un grupo de trabajo multidisciplinar de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), formado por investigadores de la Facultad de Medicina y Odontología y de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, ha desarrollado un estudio con una hipótesis de partida sugerente: ¿Afecta la nutrición de los deportistas a estas alteraciones?
La investigación se ha centrado en tres deportes concretos: maratón, esquí de travesía y fútbol. El proyecto aún se encuentra en fase de desarrollo pero comienzan a extraerse importantes conclusiones. La primera de ellas consiste en que ?la alimentación que aporta unos niveles adecuados de energía al organismo y la ingesta adecuada de algunas vitaminas, tales como el ácido fólico, disminuyen las alteraciones asociadas? aseguran Susana Gil y Jon Irazusta, coordinadores del proyecto.
Si bien la investigación está orientada tanto desde el punto de vista preventivo ?cómo nutrirse para afrontar este esfuerzo físico intenso-, como hacia la recuperación del deportista ?qué ha de comer durante y después de la práctica de ejercicio ?, ?es en esta segunda fase donde parece evidente que han de extremarse los cuidados nutricionales, ya que habitualmente recibe menos atención por parte de los deportistas?.
El trabajo de campo se ha realizado en dos etapas. En la primera de ellas se analizó la dieta de los deportistas que practicaban este tipo de ejercicios y cuáles eran sus alteraciones metabólicas más comunes tras la realización de un esfuerzo competitivo. En una segunda fase se decidió intervenir en la dieta y ver si los parámetros de las citadas alteraciones se modificaban.
La investigación, que derivará en varias tesis doctorales, congrega a diversas especialidades. Así, médicos del deporte, médicos nutricionistas, profesionales de la bioquímica y de la enfermería de la actividad física participan en este proyecto que, hasta la fecha, se ha centrado en deportistas acreditados pero que no compiten en la élite de estos deportes.
En la última temporada se ha dado un salto de calidad en la investigación y el estudio va a cubrir ambas facetas. Se ha alcanzado un acuerdo con el Athletic Club de Bilbao para realizar una investigación similar en las jugadoras de sus equipos femeninos: analizar su alimentación y el tipo de alteraciones metabólicas que padecen tras un esfuerzo competitivo y proponerles una dieta ajustada para comprobar si se mitigan, al menos en parte, las citadas alteraciones.