Un estudio dirigido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidade de Vigo (UVigo) ha confirmado que el estudio de las aguas residuales se demuestra como clave, práctico y sensible para conocer la evolución de la incidencia del coronavirus SARS-CoV-2 y sus variantes
Es la principal conclusión del proyecto ‘DIMCoVAR‘, que viene recogido en un artículo publicado en ‘Science of the total Environment‘ y que nació en mayo de 2020 a partir del análisis de datos recabados en un total de 15 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) de Galicia en municipios de tamaño medio –de 2.000 a 23.000 habitantes– y sin vertidos procedentes de hospitales.
En concreto, se tomaron muestras de las depuradoras de Baiona, Nigrán, Gondomar, Cambados, Moraña, Porto do Son, Muros, Melide, Ares, Cedeira y Noia. A estas hay que sumar, a petición de las autoridades sanitarias, las estaciones de A Pobra do Caramiñal, Betanzos, Burela y Viveiro.
El objetivo general de este estudio, tal y como explica el CSIC, era determinar si el análisis de las aguas residuales permitía detectar el virus y predecir la evolución de la pandemia en Galicia, para así poner a disposición de las administraciones públicas una herramienta con la que adelantarse a las sucesivas olas de infecciones.
Antonio Figueras, profesor de investigación del CSIC en el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM), con sede en Vigo, explica que la “rápida propagación” del SARS-CoV-2 “evidenció pronto la necesidad de desarrollar herramientas para detectar masivamente su presencia” en las comunidades.
“Así, la carga viral en aguas residuales se utilizó para detectar brotes de covid-19 y seguir la evolución de la población infectada y los protocolos de detección del material genético en aguas residuales y su cuantificación se han optimizado cada vez más desde el inicio de la pandemia”, prosigue.