Expertos en psicogeriatría incidieron en «el poco conocimiento» que existe en la sociedad sobre los efectos de la depresión en los ancianos. Para los expertos existen varios factores que pueden predisponer a las personas a sufrir depresión como pueden ser el envejecimiento cerebral, factores vasculares o factores sociales como la pérdida de un ser querido, la pérdida de posición económica o la soledad
Madrid, 17 de noviembre 2009 (medicosypacientes.com)
Expertos en psicogeriatría incidieron en «el poco conocimiento» que existe en la sociedad sobre los efectos de la depresión en los ancianos, una enfermedad que de ser bien tratada «podría prevenir el 80 por ciento de los casos de suicidio en el anciano».
Así lo manifestaron los doctores Luis Agüera, María Dolores Franco y Manuel Sánchez; tres de los ponentes que participaron en la XVII reunión de la Sociedad Española de Psicogeriatria, celebrado en Pamplona y que reunió a más de 300 facultativos.
Según indicó el investigador de plantilla en la unidad de investigación del proyecto Alzheimer de la Fundación Reina Sofía Luis Agüera, «contamos con nuevos medicamentos antidepresivos, que son mejor tolerados por los ancianos; está comprobado que determinadas intervenciones psicoterapéuticas y psicosociales mejoran el pronóstico de la depresión y sirven para el tratamiento, pero poco se puede hacer, si la depresión no se diagnostica correctamente».
Al respecto, indicó que por definición «un anciano triste es un anciano enfermo» y abogó por intervenir, «no sólo desde el punto de vista sanitario, sino también desde el familiar, porque la depresión es una enfermedad que tiene mortalidad: el suicidio», concluyó.
Para Agüera, existen varios factores que pueden predisponer a las personas a sufrir depresión como pueden ser el envejecimiento cerebral, factores vasculares o factores sociales como la pérdida de un ser querido, la pérdida de posición económica o la soledad.
Para este psiquiatra del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, la señal de alerta de que una persona anciana tiene depresión es cuando «cambia la actitud de la persona en un tiempo rápido, en un mes o en semanas. Se vuelve más retraída, abandona sus actividades, pierde el placer y el gusto por hacer cosas que antes le gustaban, se queja y tiene menos ganas de comunicarse».
Por otra parte, la doctora Franco, psiquiatra del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, indicó que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística del año 2007 reflejan que 3.263 personas fallecieron por suicidio, «cifras sensiblemente superiores al número de muertos por accidentes de tráfico ese mismo año, 2.740 personas, y al de muertes por violencia de género. Sin embargo, el suicidio sigue siendo un tema tabú de la sociedad».
Según Franco, son muertes «evitables» que afectan en un 40 por ciento a personas mayores de 65 años, «fundamentalmente varones», y para lo que hace falta «una gran inversión social porque sabemos que el primer factor de riesgo para el suicidio es el mental y, en las personas mayores, la depresión».
Franco incidió en la necesidad de prevenir esta situación comenzando por el correcto abordaje y adecuado tratamiento de los cuadros depresivos en la población anciana, el adecuado tratamiento de patologías físicas, continuidad de cuidados y medidas de rehabilitación.
Finalmente, para Manuel Sánchez, especialista en Psiquiatría y vicesecretario de la Sociedad Española de Psicogeriatría, «resulta difícil proporcionar una asistencia de calidad al paciente psicogeriátrico en cualquiera de estas disciplinas en ausencia de una formación específica».
Para este doctor, la expresión de la psicopatología varía con la edad de tal forma que en el anciano lo más frecuente son las presentaciones atípicas de los diferentes trastornos mentales. «La presencia simultánea de otras enfermedades crónicas, de deterioro cognitivo o demencia y los múltiples tratamientos farmacológicos supone una mayor complejidad en el tratamiento psicogeriátrico», concluyó.