La atención adecuada de las necesidades de salud de los pacientes y de la sociedad es impensable sin una competencia profesional por parte del médico, de ahí el esfuerzo individual y permanente que éste realiza para la mejora continua de la misma. En este marco, es la profesión médica la que debe liderar un sistema de colegiación ligado a la competencia profesional antes de que otros agentes planifiquen y ejecuten su control. Sobre esta cuestión y sobre los proyectos de la Organización Médica Colegial, en este sentido, se ahondó en la mesa «Validación periódica de la Colegiación», enmarcada en el II Congreso de la Profesión Médica, celebrado recientemente en Madrid
Madrid, 21 de abril 2010 (medicosypacientes.com)
De izda. a dcha. los doctores Muñoz, Campos,
Gual, Gutiérrez Martí, Vilardell, Mirón y Arjona.
Es característico de la profesión médica el esfuerzo individual permanente para el mantenimiento y mejora de la competencia, incorporando continuamente al ejercicio práctico de la Medicina los últimos conocimientos científicos y las últimas tecnicas validadas. En ello se sustenta la formación continuada, que se convierte para todo médico en una obligación ética explicitada en el Código Deontológico, en los estatutos de la Organización Médica Colegial y también en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias. No en vano, sólo desde la competencia profesional es posible atender correctamente las necesidades de salud de los pacientes y de la sociedad.
Bajo esta premisa se desarrolló la mesa sobre «Validación periódica de la colegiación: credencialismo», incluida dentro del módulo profesional y laboral, coordinado por el presidente del Colegio de Médicos de Cáceres, el doctor Carlos R. Arjona. Participaron en la misma los doctores Ricard Gutiérrez, vicepresidente del Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM), encargado de la reflexión preliminar; Luis Campos, presidente del Colegio de Médicos de Pontevedra y moderador; Arcadi Gual, técnico del SEAFORMEC, relator; Miquel Vilardell, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, discursor. De algunas de las preguntas formuladas a la mesa, fueron responsables el presidente del Colegio de Médicos de Ávila, el doctor Manuel Muñoz García de la Pastora, y el representante del Colegio de Médicos de Salamanca, el doctor José A. Mirón, vicepresidente segundo.
El objetivo fundamental de esta mesa fue la de exponer las bases de un sistema de reconocimiento periódico de competencia profesional ligado a la colegiación como una estructura en la que convergan y participen junto a los Colegios tanto las Sociedades como el resto de los actores: grado, universidad, postgrado, especialidades, pacientes, estudiantes y la propia Administración.
Como bien indicó en la reflexión preliminar el vicepresidente de la OMC, el doctor Ricard Gutiérrez, «no se trata en ningún caso de examinar al profesional ni de cuestionar su titulación, sino precisamente, reconocer el esfuerzo permanente que los médicos realizan, de ofrecerles una seguridad jurídica en base a su formación, y de mejorar la accesibilidad a la formación continuada y a promocionar su financiación a través de oportunas alianzas».
Y son, precisamente, «los Colegios de Médicos, englobados en la Organización Médica Colegial, a los que les compete realizar estas tareas de relicencia, de la validación de la colegiación, sin pasar por alto el papel que en este terreno han de tener también las Sociedades Científicas, en lo que es, sobre todo, la recertificación de la excelencia de la evaluación continuada en conocimientos científicos, en sus áreas específicas», según recalcó el presidente del Colegio de Médicos de Pontevedra, el doctor Campos Villarino, al presentar este acto.
Requisitos
Los requisitos para este sistema de validación, como explicó el doctor Arcadi Gual, que actuó de relator en esta mesa de debate, pasan, entre otros aspectos, por que sea un instrumento sencillo de aplicar, progresivo en el tiempo, integrador de los actores, bondadoso con los médicos, y efectivo para los pacientes.
El presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, el doctor Miquel Vilardell, al que se le adjudico el papel de discursor sobre los argumentos esgrimidos por el relator, se mostró de acuerdo, en líneas generales, con la visión expuesta del relator, pese a lo cual, es de la opinión de que es necesario plantearse una serie de cuestiones, tales como ¿quién evalúa? ¿cómo?; y después de la evaluación ¿qué va a ocurrir? ¿se van a ofrecer ayudas en los casos de déficits? «Son preguntas, realmente, difíciles -indicó el doctor Vilardell- puesto que repasando las experiencias de otros países de la UE nos percatamos de que no hay uniformidad, de que cada uno lo hace a su aire». Cuestiones que, a su juicio, producen un cierto temor entre los profesionales, «porque se puede caer en lo cómodo y en lo rápido». Su recomendación, al respecto, es clara «es mejor empezar tarde que no con accidentes múltiples»
De cualquier forma, el doctor Vilardell advirtió que «no todo es posible evaluar, pese a su influencia sobre el acto médico, porque no dependen directamente del profesional como, por ejemplo, las estructuras para las que trabaja, los recursos disponibles ni tampoco la formación e información que posea el paciente». Por tanto y bajo su criterio, «sólo podrían ser evaluables las actividades asistenciales, docentes e investigadoras».
Despejando dudas
Al final de la mesa se les planteó, precisamente, a los asistentes una serie de cuestiones cuya respuesta resulta clave sobre el futuro de este sistema. De los resultados de las respuestas obtenidas de los congresistas, alguna resulta fundamental como la relativa a la denominación de este sistema, votándose casi por unanimidad la de ?validación periódica de la Colegiación para el ejercicio profesional?, frente a otras como recolegiación o licencia. Anteriormente a decidirse el nombre oportuno, la audiencia ya había expresado, también en amplia mayoría, su acuerdo con lo que marcan los estatutos del CGCOM en cuanto a la puesta en marcha de un sistema de estas características. El sondeo también fue determinante en otros aspectos tales como el período de validación que tendría que ser de seis años en opinión de los congresistas. En cuanto a los items a evaluar, según los resultados de las votaciones, debería incluirse el estado de salud físico y psíquico, el comportamiento profesional y la formación continuada. Finalmente, se puso de manifiesto que la validación periódica de la colegiación ?va en beneficio tanto de los médicos como de la sociedad?.