La Asociación Médica Mundial alerta del consumo excesivo de sal, la mayor parte del cual se da fuera del ámbito del hogar, por lo que deben centrarse los esfuerzos no sólo en una mayor información al ciudadano sino que se requiere también la colaboración de los gobiernos, de los fabricantes de alimentos y de las empresas de restauración y los cocineros. El consumo medio actual oscila entre 5,6 y 11,5 gr de sal por persona y día, y no debería sobrepasar los 5 gr
Madrid, 5 enero 2009 (medicosypacientes.com)
La Asociación Médica Mundial (AMM) ha alertado sobre el excesivo consumo de sal, al que considera un factor de riesgo para la aparición o agravamiento de la hipertensión y para las enfermedades cardiovasculares, y señala que según la sensibilidad de cada persona a la sal, el sodio puede producir mucho daño a las poblaciones tanto hipertensas como incluso normotensas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo promedio de sal para los adultos debe ser, como máximo, el equivalente a 5 gr de sal. No obstante, a nivel mundial, cada persona consume entre 5,6 y 11,5 gr de sal al día. En los países desarrollados se calcula que del 75 al 80% del consumo diario de sal proviene de los alimentos procesados y de los alimentos consumidos fuera del hogar, por lo que cualquier estrategia destinada a limitar este consumo de sal excesivo se debe apoyar en los fabricantes de alimentos y cocineros, así como en campañas nutricionales de educación.
En este ámbito, las asociaciones médicas de cada país deben trabajar en:
- Cooperar con las organizaciones de salud nacionales e internacionales en la educación de los consumidores y en el control de las fuentes dietéticas.
- Pedir la disminución del 50% del contenido de sodio en los alimentos procesados, productos fast food y comidas de restaurantes, durante los próximos diez años.
- Informar a los pacientes sobre las principales fuentes de sodio en su alimentación y cómo disminuir el consumo de sal.
- En colaboración con la industria alimentaria y los legisladores, mejorar el etiquetado de los alimentos.
- Instar a las Autoridades de gobierno para que elaboren leyes y regulaciones nacionales para la disminución de sodio en los alimentos, fijando plazos para su ejecución.
- Divulgar esta problemática en cuantos foros públicos y encuentros profesionales sea posible.
Se adjunta texto íntegro de la declaración de la AMM sobre la disminución del consumo de sal en la alimentación:
Declaración de la Asociación Médica Mundial sore la disminuación del consumo de sal en la alimentación
Introducción
Las enfermedades cardiovasculares se mantienen como una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Los factores de riesgo incluyen altos niveles de colesterol, hipertensión, tabaquismo, inactividad física, obesidad y diabetes. Estos factores son en gran parte evitables y modificables.
En general, cerca del 25% de todas las muertes por enfermedades cardiovasculares se deben a la hipertensión. Esta cifra puede subestimar el verdadero impacto de la presión sanguínea elevada, ya que el riesgo cardiovascular de presión sanguínea continuo comienza a 115/75 mm Hg. Existe mucha evidencia que indica que el consumo excesivo de sal es un factor de riesgo para la aparición o agravamiento de la hipertensión y también puede ser un factor de riesgo independiente para las enfermedades cardiovasculares, al igual que causa de muerte.
Se pueden lograr importantes beneficios incluso con una pequeña disminución de la presión sanguínea de la población. Según la sensibilidad a la sal de cada persona, el sodio puede producir mucho daño a las poblaciones normotensas e hipertensas. Por lo tanto, los esfuerzos para disminuir el consumo de sal en la alimentación de la población son una buena manera de bajar los niveles de hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
Antecedentes
En las poblaciones aculturadas, la presión sanguínea, el aumento de la presión con la edad y la frecuencia de la hipertensión están relacionadas con el consumo de sal. Los estudios de observación y los controles aleatorios demuestran un efecto claro y consistente del consumo de sal en el aumento de la presión sanguínea. Esta también se ve afectada por otros alimentos y nutrientes, una disminución del consumo de sal es sólo un elemento de una estrategia completa para bajar la presión sanguínea. Más actividad física, comer mucha fruta y verduras, disminuir las grasas totales y saturadas, mantener un peso óptimo y un consumo moderado de alcohol son estilos de vida recomendados para evitar y controlar la hipertensión y reducir su impacto en las enfermedades cardiovasculares.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo promedio diario de sal para los adultos debe ser menos de 2000 mg (5 gr de sal). La evidencia epidemiológica, incluida la marcada disminución de la hipertensión o del aumento progresivo de la presión sanguínea con el avance de la edad en poblaciones con un consumo de sal de 1500mg (3.8 gr de sal) diarios, refuerza la importancia de este límite, sobre el cual el riesgo de enfermedades cardiovasculares graves comienza a aumentar.
La población mundial consume 2300-4600 mg de sodio (5.6 ? 11.5 gr de sal) cada día por 2000 calorías. En los países desarrollados, se calcula que del 75 a 80% del consumo diario de sal proviene de los alimentos procesados y de alimentos consumidos fuera del hogar (por ejemplo, fast foods y restaurantes). Por lo tanto, toda estrategia importante destinada a disminuir el consumo de sal de la población se debe apoyar en los fabricantes de alimentos y cocineros, a fin de reducir la cantidad de sal durante la preparación y también en los programas nutricionales de educación. El impacto más importante del sodio en la alimentación de los países desarrollados podría derivarse de una disminución progresiva de sal en los alimentos que se consumen con más frecuencia y que contribuyen mucho al consumo de sal. En los países menos desarrollados, es probable que se consiga disminuir el consumo de sal agregando menos cantidad de sal a lo cocinado en casa.
Recomendaciones
Las asociaciones médicas nacionales deben:
- En cooperación con las organizaciones de salud nacionales e internacionales, trabajar para la educación de los consumidores sobre los efectos del consumo de sal para la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares y sobre los beneficios de una disminución del consumo de sal a largo plazo y sobre las fuentes dietéticas de sal y cómo pueden disminuirse.
- Pedir una disminución progresiva de 50% del contenido de sodio de los alimentos procesados, productos de fast food y comidas de restaurantes para los próximos diez años.
- Instar a los médicos a informar a los pacientes sobre las principales fuentes de sodio en su alimentación y cómo disminuir el consumo de sal, incluida la disminución de la cantidad de sal utilizada para cocinar en casa.
- En cooperación con la industria alimentaria y los legisladores, analizar la manera de mejorar el etiquetado de los productos alimentarios y crear etiquetas y advertencias para los alimentos con alto contenido de sodio.
- Instar a las autoridades de gobierno para que elaboren leyes y regulaciones nacionales que exijan la disminución de sodio en los alimentos procesados a niveles aceptables. Fijar un plazo para que las industrias cumplan con las nuevas leyes y regulaciones.
- Estimular el debate sobre el tema en conferencias, simposios y teleconferencias a fin de promover la conciencia en la profesión médica con respecto al sodio en los alimentos y sus consecuencias. Los médicos que estén bien informados transmitirán la información a sus pacientes y podrán prescribir menos medicamentos contra la hipertensión.
Fuente: Declaración de la Asociación Médica Mundial adoptada en su Asamblea General de Seúl (Corea), octubre 2008.