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Sandra Ibarra y Cristina Hoyos celebran que la relación médico-paciente sea cada vez más humana y cercana

En el marco de la V Convención de la Profesión Médica, Sandra Ibarra y Cristina Hoyos, ambas recuperadas de un proceso de cáncer, celebraron que la relación médico-paciente sea cada vez más humana y cercana; y pusieron de manifiesto la evolución que ha tenido, en los últimos 20 años, la humanización del médico en su comunicación con el paciente

Sandra Ibarra presidenta de la Fundación que lleva su nombre, de lucha contra el cáncer, y Cristina Hoyos, bailaora y coreógrafa, participaron en la mesa “Historias de pacientes. Mi médico y yo” en la que actuó de moderador el periodista Hilario Pino, que también sufrió un cáncer.

 
El periodista Hilario Pino inició la mesa felicitando, en primer lugar, a la OMC por haber diseñado en el marco de la Convención un espacio para el testimonio y la relación médico-paciente, algo que, según dijo, es “clave para ayudar al paciente a vencer su enfermedad y sus miedos. Los médicos -dijo- no solo tienen que diagnosticar y ofrecer el tratamiento adecuado sino deben “encontrar las palabras y los gestos precisos que permitan sacar al paciente fuerzas para salir adelante”. 
 
En este sentido, hizo un reconocimiento especial y expresó su agradecimiento a la Sanidad pública y a los doctores de la Unidad de Hematología del Hospital Clínico de Madrid, “y en particular – señaló-  al que se convirtió en mi tabla de salvación cuando a mí me diagnosticaron linfoma”. Mi oncólogo –añadió- es un ejemplo de profesionalidad, entrega y comprensión y de como con la necesaria preparación y con las dosis justas de realismo, de escucha y de humanidad se puede rescatar del pozo y llevar de la mano a un paciente”.
 
El moderador presentó a Sandra Ibarrra y a Cristina Hoyos como ejemplo de lucha y superación y alabó su decisión de contar su experiencia y la relación con los médicos que les atendieron durante el transcurso de su enfermedad.
 
Sandra Ibarra, referente en la lucha contra el cáncer, en 1995, cuando tenía 20 años y ejercía su profesión de modelo, le diagnosticaron leucemia, que superó tras un trasplante de médula. En 2002 fue sometida a un nuevo trasplante y para entonces su compromiso de activista contra el cáncer ya era firme. 
 
“La relación médico- paciente es muy importante, lo he vivido, como paciente en primera persona, en dos ocasiones, en estos 20 años”, señaló Sandra Ibarra quien puso de manifiesto que ha cambiado mucho esta relación porque antes, debido a que el cáncer era una enfermedad con mucho estigma, era muy complicado tener información. “Ahora –afirmó- se llega a la consulta mucho más informado lo cual se produce más diálogo con el propio médico”.
 
Insistió en la importancia de la conversación y del intercambio de conocimientos entre el profesional y el paciente “como algo vital para tomar las decisiones correctas que van a afectar a la vida del enfermo”.
 
Pero no solo eso, ese cambio también se debe a una evolución en la humanización por parte del médico. “Hoy en día –explicó- hay un componente de humanización, de cercanía, de decir las cosas con amabilidad, con una sonrisa, de tener la sensación de que te escuchan, la relación médico paciente se ha vuelto mucho más cercana, cada vez los médicos se implican más con sus pacientes”.
 
En su caso personal, destacó que el optimismo y la esperanza fueron sus mayores aliados para salir adelante. Algo que, a su juicio, deben impulsar los médicos “pero sin dar falsas esperanzas”. Asimismo, destacó el carácter paternalista que adquirió con los médicos que estuvieron con ella en las dos ocasiones de su enfermedad. “He crecido con ellos, el equipo médico es como parte de mi familia”, afirmó.
 
Para luchar contra la enfermedad, hace ocho años puso en marcha la Fundación Sandra Ibarra, que financia proyectos de investigación e impulsa campañas de sensibilización frente al cáncer. Desde su fundación, según contó, está en permanente contacto con pacientes a los que ha escuchado, en alguna ocasión, como sus médicos se convierten en una especie de “ángeles” que a pesar de su mal diagnóstico “salen con una sonrisa de la consulta” y como se establecen “lazos de cariño” entre médicos y pacientes. “Todo el equipo de profesionales –dijo- se une para sacar con fuerza a una persona”.
 
En este sentido insistió en la importancia de atender a los enfermos de una forma integral y con un equipo multidisciplinar “para mejorar la calidad de vida de los pacientes”.
 
Su intención es seguir sumando esfuerzos y continuar tejiendo una red que agrupe frente al cáncer a instituciones, empresas privadas y sociedad civil, porque según contó “sólo desde el esfuerzo conjunto llegarán las soluciones”. 
 
Por su parte Cristina Hoyos, tuvo cáncer también hace más de 20 años. Esta bailaora, considerada embajadora mundial de la cultura española en el mundo, comenzó a bailar con 12 años y creó su propia compañía de baile que debutó en el Festival de Paris hace 27 años.
 
En 1996 le diagnostican cáncer de mama siendo su mayor miedo perder movilidad en el brazo derecho al comunicarle que le iban a quitar los ganglios. Sin embargo, a la semana de haber sido operada, empezó a mover los dedos y los brazos para volver cuanto antes a su pasión. “Los médicos me dijeron que no podía volver a bailar hasta dentro de 10 meses, pero a los tres meses y con dos sesiones de quimioterapia, ya estaba bailando en los escenarios en Barcelona, porque tenía una compañía que dependía de mi”, dijo. 
 
De su relación con los médicos puso en valor el cariño con el que le trataban y les agradeció su apoyo en todo momento en cuanto a su decisión  “para mí –señaló- bailar era una necesidad”. 
 
En este sentido, destacó que la actitud del médico es muy importante, pero también la actitud de uno mismo.  “Mi positividad y mis ganas de luchar me hicieron salir adelante”, señaló la bailaora quien mostró su agradecimiento a la atención que pusieron en ella los médicos y a las facilidades que le dieron de seguir con su vida normal. “El médico me ofreció la posibilidad de estar en casa y hasta un día me fui a comprar con el drenaje en el bolsillo”, confesó.
 
Para Cristina hoyos “la cercanía y la amabilidad del médico” son elementos clave en la relación médico-paciente” algo que “con una buena actitud es lo que te hace seguir adelante”, aseguró.
Finalmente, hizo mención a los médicos que trabajan en la Seguridad Social, “por ser gente muy cercana y que dicen las cosas como son”.
 
 
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