Acontece la necesidad imperiosa de mover las piernas lo que aparece al final del día pero sobre todo durante la noche, que suele asomar más de dos veces durante la semana con un nivel entre moderado o severo
Algo así como el fuego que recorre mis piernas o cierta sensación de gas por las venas son frases con las que describen lo que perciben, fundamentalmente por la noche, aquellos que padecen esta enfermedad, estamos hablando, en definitiva, de un trastorno del sueño que tiene una prevalencia como alteración neurológica, nada despreciable, del 5% dentro de la población incluida entre los 30 y los 70 años, solo superada por la migraña como patología nerviosa a lo que añadimos que únicamente el 20% de los afectados están diagnosticados actualmente, a pesar de que altera profundamente el sueño, es decir el reposo necesario, y las posteriores actividades diarias, asimismo, podemos decir que no existe en la actualidad ninguna guía práctica clínica ni tampoco muchas publicaciones especializadas sobre esta enfermedad.
Acontece la necesidad imperiosa de mover las piernas lo que aparece al final del día pero sobre todo durante la noche, que suele asomar más de dos veces durante la semana con un nivel entre moderado o severo, cometiéndose un generalizado error como el de englobar la situación bajo la rúbrica de problema psicógeno a lo que podemos añadir otro como su frecuente denominación utilizando el término de enfermedad rara ? así se denominan a las patologías padecidas por menos del 0,25 % de la población ? sin tener en cuenta el porcentaje de implicados anteriormente expuesto, por cierto, de ello se ha quejado la Asociación Española de Pacientes con Síndrome de Piernas Inquietas.
Las mujeres lo padecen más, sobre todo en la menopausia o durante el embarazo, pero no podemos descartar la implicación de la falta de hierro, la alteración de un concreto transmisor neuronal o problemas renales ni tampoco la posibilidad de que existan factores hereditarios que lo desencadenen ya que existen familias con varios afectados por este síndrome, por cierto, los casos más graves acontecen en la juventud y curiosamente el problema aparece cuando la temperatura corporal desciende por la noche, mejorando por la mañana con su elevación, sin olvidarnos de un concreto caso, descrito en la Revista de Neurología, de un ingresado al que se le tuvieron que amputar gran parte de ambas piernas y que sufrió en sus propias carnes lo que describió como manifestaciones semejantes a las que estamos redactando.
Generalmente el paciente describe que duerme menos de una hora pero, afortunadamente, no es tan corto el periodo de sueño que despliegan, ahora bien, lo que es seguro es que cuando se levantan, debido a que se despiertan con asiduidad, y caminan mejora su situación debido a cierto relajamiento, lo que si está claro es que todo esto acarrea durante el día cansancio y mala concentración.
Cuando se describe la zona que provoca la movilización generalmente queda reflejada la zona de los gemelos antes que los músculos superiores, apareciendo hormigueo más la posterior quemazón entre otras síntomas y parece ser que en la denominada como fase REM del sueño ? periodo en el que soñamos y realmente conseguimos el descanso nocturno ? también aparecen los movimientos.
Como es rutinario los pacientes deben olvidar el tabaco, el alcohol y el café, asimismo, hacer deporte ya que con este tipo de enfermedades se cumple a rajatabla la mejoría, utilizando los baños de agua fría antes de acostarse más los masajes en las piernas, evitando las cenas copiosas.
Tengo que agradecer a mi amigo el Dr. López de Cózar la cesión de la imagen que muestra el cuadro denominado Un Hombre, pintura al óleo que realizó a la espátula en 2003 y que creo que sirve para reflejar el tema.
Fuente: Dr. Juan Carlos Moreno
para medicosypacientes.com