La rinitis se define como la inflamación de la mucosa nasal y se caracteriza por síntomas de congestión, rinorrea, picor de la nariz, goteo nasal y estornudos, pero en las personas mayores los síntomas se amplían con la formación de costras en la nariz, tos, secreción excesiva, pérdida de olfato y sequedad nasal
Se puede dividir ampliamente en dos categorías principales : alérgica y no alérgica, siendo la primera una inflamación mediada por una inmunoglobulina que se activa como defensa a diferentes alérgenos como el polvo, el polen o el moho.
En la actualidad se le suele clasificar como «intermitentes» si los síntomas están presentes menos de cuatro días por semana o menos de cuatro semanas consecutivas, o como «persistente» si los síntomas están presentes más de cuatro días a la semana y durante más de cuatro semanas consecutivas.
La definida como no alérgica se caracteriza por síntomas, que no están mediados por la inmunoglobulina citada, como la congestión y rinorrea clara , con menos protagonismo de los estornudos y del picor nasal, y se suele desencadenar por estímulos inespecíficos como los olores , la comida , la emoción, o un cambio en las condiciones atmosféricas.
La rinitis es una enfermedad inflamatoria que se presenta con más severidad en los ancianos por alteraciones de la función inmune, un concepto llamado en la actualidad como inmunosenescencia.
Además, a medida que envejecen las personas aparecen cambios en la anatomía y la fisiología nasal, lo que favorecen la expresión de la rinitis, se atrofia la mucosa provocando un moco más espeso pero con sequedad del resto de la nariz, sin olvidar la pérdida de olfato.
El tratamiento es un reto ya que existen pocos datos sobre la medicación claramente beneficiosa para estas personas ancianas que suelen padecer enfermedades avanzadas de múltiples tipos.
Fuente: Dr. Juan Carlos Moreno
para medicosypacientes.com