La neuralgia del glosofaríngeo es un síndrome raro que provoca dolor por compresión del nervio glosofaríngeo, noveno nervio craneal que está situado dentro del cuello, dolor que se extiende por la garganta, la lengua, las amígdalas y el oído medio, aunque puede provocar en múltiples ocasiones dolor en la espalda
Puede durar por breves segundos hasta algunos minutos, aconteciendo lo anterior en múltiples ocasiones durante el día o, incluso, durante semanas. Muchos individuos con Neuralgia del Glosofaríngeo relacionan los ataques de dolor con factores específicos como tragar, beber líquidos fríos, estornudar, toser, hablar, aclarar la garganta y tocar las encías de la boca.
La neuralgia del glosofaríngeo generalmente está ocasionada por la compresión del nervio glosofaríngeo, pero en algunos casos, ninguna causa es evidente. Lo que parece comprobado es que, como ocurre en la neuralgia del nervio trigémino, está asociada con esclerosis múltiple, lo que no se debe olvidar es que la neuralgia del glosofaríngeo primordialmente afecta a las personas de edad.
En definitiva, esta compresión provoca cuadros paroxísticos de dolor, muy intensos, que se repiten, como ya he comentado, al hablar, al deglutir o, incluso, al tocarse, pues bien, una intervención quirúrgica ha conseguido erradicar, de un modo instantáneo un cuadro recidivante de dolor intenso en la parte interna de la boca, en la faringe y el oído que padecía una paciente desde hacía un año y medio.
Tras realizar diversas pruebas exploratorias, como la resonancia magnética, se diagnosticó la neuralgia glosofaríngea debida a la compresión por la arteria cerebelosa posteroinferior. La intervención, con procedimiento de descompresión microvascular, que se prolongó durante casi cuatro horas consiguió la desaparición del dolor siendo el postoperatorio satisfactorio.
Las primeras 24 horas se mantuvo a la paciente en la UCI y al no presentar complicaciones se le ingresó en planta, donde permaneció hospitalizada durante sólo seis días, para regresar a casa con posterioridad.
Fuente: Dr. Juan Carlos Moreno
para medicosypacientes.com