Según destaca el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI Estatal), Luis Cayo Pérez Bueno, “mientras los derechos, la inclusión y el bienestar de las personas con discapacidad permanezcan tan amenazados como lo están siendo en estos últimos años, SOS Discapacidad estará vigente”
Madrid, 14 de enero de 2014 (medicosypacientes.com)
Así lo manifiesta en una entrevista concedida al boletín PREDIF Digital, en la que, según expone, “no parece que haya llegado el momento de atenuar la estrategia de contestación activa y movilización que es SOS Discapacidad”.
– Las tres grandes leyes existentes sobre discapacidad se han refundido hace unos días creando una unidad normativa, ¿qué supone esto para el sector de la discapacidad? ¿Qué va a aportar?
Es un paso en el proceso de mejora progresiva del marco normativo español de la discapacidad. Nunca se trata de llegar a estaciones término donde todo estará solventado y no hay nada más que hacer. En discapacidad nunca será así. Por el contrario, nos corresponde inducir cambios permanentes de avance, que lo que existe ahora sea preferible a lo de ayer. El texto refundido se inscribe en esta lógica. Aporta claridad, unidad, seguridad jurídica, respecto del contexto de derechos de las personas con discapacidad, y en muchos aspectos concretos, avances respecto de las tres leyes de cabecera que se refunden. Ha dado de sí todo lo que una norma de estas características (no es una ley de nueva planta) puede dar.
– Se ha celebrado recientemente el congreso de Cermis autonómicos, ¿a qué conclusiones se ha llegado?
Estamos inmersos, en el movimiento de la discapacidad, y al CERMI le toca estimular este proceso, en un replanteamiento del activismo en torno a los derechos y la inclusión de las personas con discapacidad. En un ejercicio casi de reinvención, desde nuevas bases, para ser más y mejores, y para llegar a más desde un mayor número. Esta innovación aplicada al propio movimiento requiere una gestión, un conocimiento, una técnica. Pues bien, en Canarias, en ese Congreso, hemos tratado de iluminar el cambio necesario en discapacidad. No podemos mirar hacia fuera, solo, y pedir que el entorno se transforme, que por supuesto; hemos de dirigir la mirada hacia dentro, y encabezar la gestión del cambio.
– Uno de los temas que se trató fue la necesidad del cambio del modelo asociativo actual. ¿Están preparadas las entidades para este cambio? ¿Cuál es el modelo que hay que implantar en las organizaciones?
Hay necesidad de cambio, eso es innegable. Hay también expectativas, la conciencia de que así no podemos continuar, que resulta un imperativo ético el que desde las propias estructuras de la discapacidad pilotemos la transformación, la reinvención que se espera y a la que estamos abocados. Junto a esto, se aprecia también lo que se produce en cualquier organización humana: acomodación, inercias, resistencias, miedo al cambio, ausencia de modelos, etc. Pero esto es natural, sucede siempre. El ser quiere perseverar en su ser, que ya decía el filósofo. No hay modelos que seguir, no existen pautas de referencia de las que echar mano, es una labor creativa, innovadora, sin precedentes… Modestamente, considero que el movimiento de la discapacidad debe enfatizar el activismo, repensar el binomio derechos/servicios y erigirse en un acompañante activo de las personas, de cada persona con discapacidad para que ella misma se convierta en agente de sus derechos, de su inclusión y de su bienestar.
– Tras dos años de estrategia SOS Discapacidad, ¿cómo afronta el sector 2014? ¿Se va a continuar con la misma estrategia?
Mientras los derechos, la inclusión y el bienestar de las personas con discapacidad permanezcan tan amenazados como lo están siendo estos últimos años, SOS Discapacidad estará vigente. No parece que haya llegado el momento de atenuar la estrategia de contestación activa y movilización que es SOS Discapacidad. El precario, discontinuo y frágil espacio de presencia social y acceso a derechos que con mil dificultades hemos conquistado en estos 30 últimos años ha estado a un paso de desaparecer. Esto obliga a estar vigilantes y a ser beligerantes.