Vuelvan a empezar y dialoguen» es a lo que insta a los gobernantes la presidenta del Colegio de Médicos de Asturias, la doctora Carmen Rodríguez, en esta tribuna publicada en el diario «El Comercio». La dirigente de los médicos asturianos reclama para los profesionales una mayor consideración por parte de la Administración sanitaria por el bien de la calidad y de la salud de sus ciudadanos
Oviedo, 18 de octubre 2012 (medicosypacientes.com)
A veces, los árboles no nos dejan ver el bosque y conviene ser muy claro y sencillo en los análisis. La Sanidad en España y en nuestra comunidad autónoma es uno de los pilares básicos del Estado de bienestar de nuestra sociedad. Las células progenitoras de este pilar esencial son el médico y el paciente: ambos hacen posible que se realice el “acto médico”. Sin esta dualidad necesaria, no existiría la Medicina y, por tanto, no habría pequeños ni grandes hospitales, ni sistemas sanitarios públicos o privados, ni asistencia universal, ni gestores sanitarios, ni… conflictos sanitarios. Esta simple afirmación es veraz y sencilla y quizás por su simplicidad la pasamos por alto, no la tenemos en cuenta y acosamos y ninguneamos a una de las partes básicas que, a la postre, afecta a la otra.
La sanidad asturiana era hace años una de las más florecientes y desarrolladas de España. En la actualidad –desgraciadamente- está bajo mínimos, inmersa en un conflicto que afecta gravemente a la dignidad profesional, no solo de los médicos, también de todos los trabajadores sanitarios. Los médicos de la Sanidad pública asturiana no se niegan, en estos momentos de grave crisis económica nacional a trabajar 110 horas más al año, ni a percibir sus salarios rebajados en la proporción dictada para todos los trabajadores de la Administración, pero no están dispuestos a que se les cambien sus condiciones laborales unilateralmente y en un “diktat” de Gobierno.
Los médicos están desmotivados, “quemados”, hastiados y hostigados por las campañas de desprestigio, de acoso y derribo que vienen sufriendo periódicamente y que repercuten no sólo en su prestigio personal, sino que indirectamente afectan de forma grave a la calidad de su servicio, al respeto de sus pacientes y, en definitiva, al deterioro de la sanidad.
Señor presidente del Principado, señor consejero de Sanidad (usted como médico debería saberlo), no existe una medicina de calidad si no está participada y no se escucha a los médicos y a los demás profesionales sanitarios. El diálogo no ha existido en este conflicto. ¿Por qué? Públicamente, lo demostraron los inútiles 30 días de encierro en el Sespa para no llegar a ningún acuerdo en una discrepancia de 60 horas anuales.
Muestren su buena voluntad a la sociedad asturiana a la que sirven y su consideración hacia los trabajadores de la sanidad pública. Vuelvan a empezar y dialoguen, porque deben entender que estamos en una democracia participativa. Si no es así, dejen paso a alguien más dialogante. La calidad de la sanidad y la salud de la sociedad asturiana bien valen ese sacrificio.