Los desfibriladores semiautomáticos están diseñados para poder ser utilizados ante una parada cardiaca, por cualquier persona. Sin embargo el mantenimiento de esta tecnología sanitaria debe llevarse a cabo por expertos en Electromedicina e Ingeniería Clínica, para que su funcionamiento sea perfecto y seguro cuando su utilización sea necesaria
Madrid, 1 de abril 2009 (medicosypacientes.com)
Tan importante como la inclusión de los desfibriladores semiautomáticos en zonas muy concurridas hay que asegurar su perfecto funcionamiento en el momento en que se requiera su aplicación sobre una persona en riesgo. Unos trabajos que deben ser realizados por personal cualificado y muy familiarizado con este tipo de equipos, tal como ha reclamado la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC).
?Debemos insistir en la importancia de que las tareas de mantenimiento se realicen por personal cualificado y formado en tecnologías sanitarias, como es el caso de los expertos en Electromedicina e Ingeniería Clínica?, recuerda José Carlos Fernández de Aldecoa, Presidente de la SEEIC.
También insiste en la ineludible necesidad de realizar una auditoría periódica sobre el estado de estos desfibriladores, en la que se comprueben aspectos como la integridad de sus cables, el estado de los electrodos, la regulación de la pantalla, el funcionamiento de cada uno de los controles, su estado de carga, etc. ?Sería imperdonable que no se pudiera salvar una vida disponiendo de un desfibrilador porque, cuando este se fuera a usar, estuviera averiado o no se encontrara en perfectas condiciones de funcionamiento?, comenta Fernández de Aldecoa.
Los desfibriladores semiautomáticos son de pequeño tamaño y fácilmente manejables. Estos dispositivos son capaces de analizar automáticamente el ritmo cardíaco y descargar una dosis de energía eléctrica controlada. Están diseñados para poder ser utilizados por cualquier persona, mientras ésta siga las indicaciones que el equipo le va indicando en una pantalla, y/o por medio de voz.
Sin embargo es necesario diferenciar este tipo de aparatos de los desfibriladores convencionales o manuales, que son los utilizados por el personal médico. En este caso, y visualizando los valores del ritmo cardíaco del paciente, el profesional decide el tipo de descarga y su intensidad.
Un paso importante para salvar vidas
Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo, se estima que cada año se producen en España más de 24.500 paradas cardíacas extrahospitalarias, lo cual equivale a una media de una cada veinte minutos. Esto supone cuatro veces más muertes que los accidentes de tráfico. Cada año, 68.500 pacientes sufren infarto agudo de miocardio en nuestro país, de los cuales, aproximadamente un 30% fallece antes de ser atendido en un centro hospitalario.
La fibrilación ventricular es la responsable inicial de hasta un 85% de las paradas cardíacas extrahospitalarias, siendo la desfibrilación temprana en la recuperación del ritmo cardiaco efectiva en un 90% de los casos, cuando ésta se realiza en el primer minuto de evolución.
?Ante una parada cardíaca, la actuación debe ser rápida e inmediata; por ello, la instalación de desfibriladores semiautomáticos en lugares públicos permite solventar estos casos con prontitud, llegando a salvar vidas?, afirma el presidente de la SEEIC. ?El número de dispositivos necesarios para todo el territorio nacional puede superar la cifra de 5.000, y su distribución dependerá de la cantidad de lugares de gran afluencia que haya en cada Comunidad Autónoma, como es el caso de aeropuertos, estaciones de autobuses y trenes, estadios deportivos, grandes edificios de oficinas, lugares públicos de ocio, centros comerciales, etc.
Es importante que los desfibriladores estén ubicados a una distancia que permita a cualquier persona acceder al equipo fácilmente, y volver en poco tiempo a auxiliar al paciente?, concluye Fernández de Aldecoa.